CIUDAD › DEBATE EN TORNO A LA INDEMNIZACION
El investigador Carlos Crucella y el abogado laboralista Jorge Elías, opinan sobre el mundo laboral en la región sin indemnizacion especial.
› Por Guillermo Lanfranco
El régimen de "doble indemnización" -aunque no le queda nada de doble- creado en medio de la crisis de 2002 para poner freno a los despidos masivos de trabajadores, acaba de fenecer gracias a la caída del índice de desempleo por debajo de los dos dígitos. ¿Cómo se proyecta este cambio en el campo laboral del Gran Rosario? Para el investigador Carlos Crucella, las consecuencias se acotan tanto como el sector que puede estar comprendido por la medida: El 40 por ciento del total de asalariados de la región, que pertenecen al sector privado y cobran sus salarios en blanco. "No creo que una consecuencia sea la disminución del empleo asalariado, porque la demanda es fuerte y se encuentra en expansión", precisó Crucella. Por el contrario, el abogado laboralista Jorge Elías se preguntó "por qué si se dice que ahora la indemnización especial no es necesaria, hubo tanta presión de los empresarios para que se la diera de baja", y destacó que "a los trabajadores les interesa que siga vigente porque implica cobrar más en caso de despido, y eso en parte compensa la imposibilidad de los mayores de 40 años de conseguir un nuevo empleo".
Cuando la crisis golpeaba duramente al empleo, en los primeros meses de 2002 se puso en marcha la doble indemnización, apuntando a preservar puestos de trabajo. Con el paso del tiempo el porcentaje fue reducido al 80 por ciento y finalmente hasta el 50 y se limitó sólo a los trabajadores ingresados a planta antes del 1º de enero de 2003. La idea era conservar este régimen especial de indemnización, hasta que la desocupación fuera de un dígito. Esto finalmente sucedió en 2007, de acuerdo a los datos difundidos por el Indec, ya que el índice de desempleo se ubicó en el 8,5 por ciento. Incluso ayer, el jefe de Gabinete nacional Alberto Fernández, dijo que el gobierno no considera necesario ningún acto adicional para que quede sin vigencia la "doble indemnización", porque la norma que la puso en vigencia "fue lo suficientemente clara en el sentido de que mientras existieran dos dígitos de desocupación la obligación se mantenía".
En el Gran Rosario, el alcance de la caída de la indemnización especial está acotado por la cantidad de trabajadores del sector privado que cobran sus salarios en blanco. Es decir, que estaban fuera de la misma los empleados estatales y los en negro, definidos como quienes no realizan aportes jubilatorios. Sobre un universo de 285 mil asalariados del Gran Rosario, quedarían aproximadamente 150 mil que podían ser alcanzados por la normativa. Por otro lado, el empleo asalariado entre 2003 y 2006 incorporó entre 65 y 70 mil trabajadores, quienes por el período de su ingreso al empleo formal también estaban fuera de la indemnización especial.
Más allá del sector limitado que se podía beneficiar, para Crucella "con empleo en expansión como tenemos en el Gran Rosario, la normativa no tenía mucho sentido. ¿Quién va a querer prescindir de un trabajador para luego incorporar otro que ocupe el mismo puesto de trabajo?". Agregó que "el empleo asalariado va a seguir creciendo en la región, porque todos los sectores están incorporando trabajadores. Incluso hay ramas en las que se están disputándose los obreros, como sucede en la construcción, donde se nota la falta de mano de obra especializada".
Por su parte, el abogado laboralista Jorge Elías, recordó que la denominación de "doble" hace tiempo dejó de ser tal, ya que la indemnización especial bajó del cien al 50 por ciento. "La norma tiene muchísima aplicación", indicó Elías, porque es una forma de proteger a trabajadores mayores de 40 años, que tienen casi nulas posibilidad de conseguir un nuevo empleo en caso de despido. "A la gente le interesa, porque si la echan quiere cobrar lo más posible, y no es lo mismo cobrar 10 mil que 15 mil pesos", ejemplificó el abogado.
Elías considera que la discusión respecto a sacar o no la especial, esta poniendo en evidencia las insuficiencias del régimen de indemnización por despido vigente en la Argentina, que establece un mes de sueldo por cada año trabajado. "¿Es una reparación adecuada? se preguntó porque a mucha gente le pagan veinte sueldos por otros tanto años de trabajo, en poco tiempo se los consume, por su edad no consigue un nuevo empleo, y se queda sin nada el resto de su vida". Entonces, agregó, "por miedo al despido, los trabajadores de mayor edad aceptan el no pago de horas extras, la falta de ropa de trabajo, la desafiliación sindical y otras cuestionan que atentan contra sus derechos. Todo el mundo tiene pánico de que lo echen, porque siempre el despido termina siendo un castigo".
El laboralista resaltó que en otros países hay sistemas más protectorios. Por ejemplo, en España se puede pedir la nulidad del despido y el trabajador debe ser reincorporado, cobrando todos los sueldos no percibidos. También existe una indemnización reforzada más elevada que en la Argentina.
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