"Le voy a contar algo que muy pocos conocen", advierte Milicic antes de contestar una inquietud sobre la composición de su familia. "Yo tengo dos hermanos: una hermana y un hermano. A Marcelo, que es 12 ó 14 años más chico, una vez lo llevé a Buenos Aires a ver a Central. Era un partido con Vélez, en Liniers. Cuando llegamos a la cancha los hinchas de Vélez nos mostraron el club durante más de dos horas y nos invitaron con un asado. Mi hermano tenía 8 años y se enamoró de Vélez. Desde ese día se hizo hincha fanático y todavía viaja para ver al equipo".

-¿Qué idea cree que tiene la gente de usted?

-La gente informada me cree y me identifica por la función que cumplo en Central. Usted debe saber que yo vengo de una generación solidaria. Cuando se enfermaba el vecino iba todo el barrio a verlo y a preguntar qué necesitaba. Vengo de la generación de los sueños. En la tribuna también había mucho solidaridad entre la gente que uno sólo conocía por ver allí cuando jugaba el equipo. No existía la droga.