Desde Santa Fe

El gobierno de Hermes Binner volvió a agitar las demandas salariales de los docentes para justificar un impuestazo en la provincia. "No hay otra", tiró el ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti. "Este es un cóctel de tres patas: tenemos menos recursos, más inflación y reclamos de los trabajadores del Estado. Entonces, no hay otro camino para el Estado que hacerse de más recursos que deben provenir de la recaudación provincial", dijo. Y explicó: "No hay otra posibilidad para cualquier Estado del mundo de funcionar sin impuestos y los impuestos han quedado extremadamente atrasados. El inmobiliario prácticamente es ridículo, en base a lo que cuesta una propiedad, el incremento que tuvieron en los últimos años y lo que se paga hoy por la valuación fiscal".

El lunes, el ministro de Economía, Antonio Sciara, confirmó que analizaba un aumento de impuestos para equilibrar la finanzas de la provincia. Pero precisó que el origen del desfinanciamiento de Santa Fe, no había que buscarlo tanto en el conflicto con el campo o en las demandas docentes, sino en el sesgo demagógico del gobierno de Jorge Obeid que proclamaba "hacer obras sin aumentar impuestos". Bonfatti fue en el mismo sentido.

"¿Este es un diagnóstico distinto al que tenían antes de asumir el Gobierno o la realidad económica de la provincia se desbarrancó en los últimos tiempos?".

-Esto viene desde el 2003, en la medida que los impuestos no siguieron el ritmo... La provincia tenía muchos ingresos, a partir del crecimiento (del país) a tasas chinas que permitían una entrada de dinero importante por ingresos brutos, la coparticipación y había una inflación contenida. Pero los ingresos ya iban mermando, aunque se mantenía el superávit. O sea, un superávit de 2.200 millones de pesos en 2003 se fue cayendo paulatinamente. Y este año se preveía que íbamos a quedar en un equilibrio, en cero, pero nos fuimos comiendo el anterior. Hubo un incremento salarial (a los docentes y trabajadores estatales) de 1.000 millones de pesos, más 320 millones para los pasivos que no estaban previstos en el presupuesto (2008). Por lo tanto, esto ya era una luz amarilla, aunque con el crecimiento de la economía y una inflación no alta pensábamos que íbamos a poder satisfacer esta demanda salarial. Pero hoy, nos encontramos a partir del conflicto del campo con una escenario diferente -contestó Bonfatti.

-¿Y usted cree que el sector productivo está en condiciones de pagar más impuestos justo cuando la economía se empieza a achicar?

-En todas las economías, tanto familiares como en los comercios, hubo aumentos de precios, y obviamente, no se puede sostener el Estado sin recursos. Porque es muy fácil pedirle al Estado más seguridad, una salud adecuada y que invierta en educación, pero todo esto se hace con plata.

-¿Y cuánto incidió este conflicto con el campo?

-Yo diría que fue el detonante. Una economía que se venía enfriando y una tasa de inflación que iba creciendo, pero este conflicto del campo para Santa Fe fue nefasto. Porque durante 30 o 40 días, durante la agudización del conflicto, la provincia estuvo paralizada, literalmente, porque no se podía circular por las rutas. Esto se sintió en la cadena de pagos, hay una merma en la construcción, en la industria metal mecánica. En fin, todo lo ligado a la ruralidad hoy está semiparalizado.

-¿Hubo también alguna merma en el flujo de recursos de la Nación?

-Nos han respetado el coeficiente de coparticipación, pero en base a lo que estaba proyectado que ingresara, indudablemente que hubo menos recursos.