-¿Qué balance hace de sus años de mandato?

-En general estoy conforme con lo que hemos realizado, soy muy autocrítico con lo cual me hubiera gustado avanzar más rápido. Se han concretado obras muy importantes para la ciudad, proyectos que están en marcha tanto del sector público como privado. Además hay un cambio cualitativo al que yo le asigno una especial importancia que es el cambio de clima social, hay más expectativa, más esperanza, más orgullo ciudadano, con más autoestima. Me preocupa sí la cuestión social: Rosario como toda gran ciudad tiene bolsones de pobreza estructurales, sectores muy castigados durante los `90 a quienes costará mucho integrarlos al mercado de trabajo formal.

-Usted ha dicho en más de una oportunidad que no se imagina siendo intendente cuatro años más. ¿Es una decisión irreversible o, sí el partido se lo pide, podría continuar?

-Yo soy un militante, y de última no tengo personal independientemente de un proyecto colectivo en el cual estamos trabajando desde hace mucho tiempo. Con esto quiero decir que no descarto en absoluto desarrollar una segunda gestión, pero de lo que de mí depende, yo creo que cuatro años es un buen tiempo para dejar una marca. Además la renovación es buena.

- ¿Se imagina algun día siendo gobernador de la provincia?

- Puede ser, en algún momento. Como en toda tarea siempre hay expectativa de crecimiento y de desarrollo.