El régimen de privilegios a Cargill y Petrobras que facturan el doble del presupuesto de la provincia volvió a meterse en la campaña. Jorge Obeid lo defendió: "No hay que demonizar las inversiones", dijo al justificar "las ventajas comparativas" que su gobierno y el de Carlos Reutemann concedieron a las dos multinacionales: desgravaciones impositivas, promoción industrial y hasta un acceso pavimentado de 10 millones de dólares. Pero Hermes Binner le contestó con ironía: "Hay gente que todavía se resiste a leer lo que ha pasado en las elecciones (de 2007). Aquí hubo un cambio de gobierno y ese cambio significa avanzar en una propuesta diferente", dijo el gobernador y ratificó su política fiscal de cobrarle a esas empresas y a otras, que tienen las cuentas embargadas por la API "los impuestos que tienen que pagar, porque eso le hace bien a la democracia".

Obeid consideró ayer que el "error" de Binner era "no entender los programas de promoción a la industria, y cuando hablo de industria hablo también de la industria agropecuaria". Pero Binner rechazó la imputación. "Nosotros no echamos a nadie, al contrario, queremos que haya inversiones, pero (las multinacionales) que inviertan que paguen los impuestos, como los paga una verdulería", reflexionó.