Los dirigentes de Central endilgaron responsabilidades a los empleados de Utedyc, la policía eludió cualquier responsabilidad y los barras se despegaron de toda culpa. Pero lo cierto es que sólo un centenar de entradas se vendieron ayer los socios de Central para presenciar mañana el partido ante Belgrano, de las 2500 que se prometían.

En menos de media hora de venta los boleteros anunciaron que se habían agotado las localidades llegadas de Córdoba, lo que desató la ira del millar de socios canayas que se acercaron al Gigante de Arroyito a buscar una de las 2.500 populares cedidas por los cordobes. Andrés "Pillín" Bracamonte, líder de la barra, afirmó no haber sido beneficiado por la entrega de populares por fuera del circuito oficial de distribución, al tiempo que los hinchas denunciaron a policías que "retiraron entradas en ventanilla".

Al cerrar las boleterías los simpatizantes manifestaron la bronca ante los barras y efectivos policiales, quienes con disparos al aire disuadieron a los enardecidos socios. La dirigencia asumió que retuvo sólo 500 de las entradas enviadas por los cordobeces, para ser entradas a familiares y amigos de los jugadores y dirigentes. ¿Dónde están entonces las dos mil restantes? Nadie sabe.