En Nuevo Alberdi el temor permanente al desalojo y la imposibilidad del acceso a una vivienda digna se hizo más fuerte luego de la inundación de 2007. Mientras los vecinos reclamaban un resarcimiento por los perjuicios sufridos por el desborde del canal Ibarlucea, y a pocos días de la bajante del agua, representantes de empresas privadas, en particular de Aldea S.A. recorrieron la zona, explicó Giros a Rosario/12. Ya se les decía a los vecinos que se tenían que ir porque de lo contrario llegarían las topadoras municipales "y les ofrecían montos de dinero irrisorios", explicó Tomás Monteverde. El conflicto sigue todavía, se abrieron espacios institucionales de encuentro y discusión alrededor de cómo solucionar el problema, hubo movilizaciones y acampes, cuenta su hermano Juan.

En Empalme Graneros, Giros trabajaba desde un año y medio atrás. Se comenzó con talleres para niños y algunos emprendimientos productivos para los adultos. En el marco de una asamblea barrial se decidió construir un centro cultural para albergar estas actividades. Claro, previo a ello, los integrantes del grupo habían obtenido la información catastral: El lugar elegido para el centro que era un inmenso basural pertenecía a Aldea S.A. Dos semanas atrás, el caso retomó actualidad cuando se presentaron integrantes de la Iglesia Santuario de Fe, que está a cargo del pastor Norberto Carlini, e informaron verbalmente que habían comprado 9 hectáreas que comprendía el precario barrio y el asentamiento del centro cultural. Tras muchas gestiones se abrió una instancia institucional de negociación en el Distrito Noroeste. De todos modos una topadora terminó con el espacio destinado a los talleres y la discusión siguió por tratar de dar garantías, a quienes ocupan las viviendas, acerca de que las mismas no serían destruidas. Los vecinos temen por la experiencia que ya vieron con el centro que deseaban seguir teniendo. Ninguno de los dos conflictos, que involucra la posibilidad del acceso a una vivienda para muchas familias está cerrado.