Evocando, en una entrevista con Rosario/12, aquel momento vertiginoso de fines de los años sesenta, Puzzolo fue muy crítico con los años de silencio artístico que le siguieron a Tucumán Arde (una decisión tomada por el Grupo de Arte de Vanguardia) y recordó que "era una época donde la utopía era tan grande".

-¿No había dudas? ¿No dudaban?

-No, para nada. Eso era increíble. Era "la patria socialista" y mañana llegábamos, ya estaba. Yo siempre repito que era un momento histórico muy particular. Vietnam vencía a Norteamérica. No es poca cosa que un país como Vietnam venza a Norteamérica. Cuba conquistaba la revolución socialista. Rusia era una potencia que no nos enterábamos qué pasaba ahí adentro. ¡Stalin era un héroe de guerra! Cuando nos enteramos todo lo que fue el stalinismo, nos enteramos las matanzas que hubo, las purgas... ¿cómo no ser crítico a eso? Yo te lo estoy diciendo desde mi ignorancia. No tengo un discurso analítico profundo en todo esto. Son las cosas que a mí me angustian porque de alguna manera me han tocado. Y, también, la vida se vive, no es un boceto que se pueda borrar y empezar de nuevo, y digo, pucha, cuánto tiempo que perdí, o cuánto tiempo que gané, no sé, fue mi vida. Pero ¿hasta dónde los tipos que queríamos hacer arte podíamos estirar la cuerda? Lo que pasa es que la cuerda no la estirábamos solamente los artistas, la cuerda la estiraba la sociedad en su conjunto.