CIUDAD
Patricia Isasa increpó a otro de los testigos que participaron en el reconocimiento de la Guardia de Infantería Reforzada: el ex chofer del Area 212, Eduardo José Córdoba, que estuvo a las órdenes de los dos jefes de la Oficina de Coordinación, Jorge Alberto Villalba y Juan Calixto Perizzotti. Córdoba intentó saludarla, pero Isasa lo frenó. "Qué me venís a saludar si sos un cómplice", le dijo.
Después, cuando Córdoba esperaba en una oficina de la GIR al lado de la que alguna vez fue el despacho de Perizzotti con las ventajas abiertas y detrás de las rejas, Isasa volvió a cruzarlo desde la vereda. "¿Donde está esta gente que tenían acá en el '79 cuando me secuestraron a mi? Por favor. ¡Vos lo sabés! ¿Dónde están las Casitas? ¿Quién sacaban los cuerpos de los que se le quedaban en la tortura? ¡Vos sabés todas esas cosas y muchas más! le reprochó Patricia..
No, está equivocada le contestó Córdoba.
No tenés cara... ¿Sabés qué es lo peor? Que a esta altura de la vida lo único digno que podés hacer es hacerte cargo y llevar tranquilidad a un montón de familias.
Después, Isasa dijo que interpretó el saludo de Córdoba como una "vergüenza y una canallada". Y recordó que el 2 de julio de 1979, cuando secuestraron a su amiga Viviana Cazoll, en una casa San Martín y Buenos Aires, el chofer que manejaba el auto era Córdoba y ella la reconoció. La madre de Viviana lo corrió en otro auto y llegó hasta la Guardia de Infantería. Y lo increpó a Córdoba. Y le dijo: 'Tomá, dale un saco a Viviana'. Los otros detenidos fuimos José Luis Toledo, Raúl Bisso y yo. Pero había unas 20 personas más", afirmó.
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