El Palacio Berlusconi abrió en diciembre de 2009 con escondida repercusión. A partir de una nota de Rosario/12, las diputadas Alicia Gutiérrez, Lucrecia Aranda y Mónica Peralta, junto a ONGs por los derechos de la mujer denunciaron en marzo de 2010 ante el fiscal Eduardo Valdez Tietjen que en esa whiskería y en La Rosa, de Callao 125 bis, se ejercía la prostitución. El fiscal hizo allanar el segundo local y halló un libro de pases y una puerta que comunicaba directo al hotel lindero. Ni a él ni al juez Héctor Núñez Cartelle les pareció suficiente como para convencerse de la denuncia. Siguieron con una orden de allanamiento sobre la planta alta de Sarmiento 1112. Y cuando la policía llegó, en el burdel habían desaparecido camas y todo vestigio que delatara su verdadero negocio. Ni un preservativo había.

A las denunciantes les quedó la certeza de que alguien avisó antes que el allanamiento era inminente. No saben si el soplón fue un policía, un funcionario judicial o municipal, amigo del dueño. Lo cierto es que, ante la falta de evidencia, el juez archivó la denuncia. A partir de esta clausura, Gutiérrez reveló ayer que van a pedirle a Núñez Cartelle que reabra el expediente y que avance en serio. "Es imprescindible, para que esto no ocurra más, que la Legislatura sancione el proyecto que tiene media sanción en Diputados, para cerrar definitivamente los prostíbulos en la provincia, como sucede en Córdoba y en Entre Ríos", dijo Gutiérrez acerca de una iniciativa impulsada por ella y por el diputado José Abello, que el Senado todavía no trató.