Desde que la Sala II falló que la desobediencia de una prohibición de acercamiento (en este caso, de un hijo violento) constituye delito, siete de once camaristas se pronunciaron en ese sentido. Así lo indicó en LT8 el juez Adolfo Prunotto. "Las denuncias que se recibían en los juzgados correccionales eran desestimadas y archivadas. Ya en 2012 yo había dicho que la desobediencia de la orden judicial era delito, pero mis colegas de la sala mo me acompañaron, en aquel momento. Con posterioridad (en 2013), a la vuelta de uno de los jueces de su licencia, resolvimos en ese sentido. Estamos dando una respuesta necesaria a la sociedad, a las mujeres golpeadas; y dando cumplimiento a los pactos de derechos humanos", indicó.