Entre los valiosos testimonios con los que cuenta el film de García-Videla, la voz de Natacha Sedova, viuda de Trotsky, rememora los últimos momentos de Trotsky: "Vi que León Davidovich -Trotsky era el seudónimo que el creador del Ejército Rojo adopta durante su exilio europeo en Londres- estaba cerca de una jaula de conejos. Ahí mismo estaba también un individuo al que no reconocí inmediatamente, hasta que se quitó el sombrero y vino hasta el balcón. Era Jackson (alias Ramón Mercader). Quién hubiera creído que el 20 de agosto, un día como cualquier otro, sería fatal. Los acompañé hasta la puerta del estudio de León Davidovich. La puerta se cerró y yo entré en la habitación contigua. Apenas transcurrieron tres o cuatro minutos, oí un grito terrible, estremecedor. Entré y sobre el quicio de la puerta apoyado en el bastidor estaba en pie León Davidovich con la cara ensangrentada. ¡¿Qué pasa, qué pasa?!, le abracé. Jackson. León Davidovich lo dijo como si hubiera querido decir: se cumplió. Natacha, te amo. Hay que alejar a Sieva de todo esto. ¿Y qué hacer con éste?, pregunté a León Davidovich, señalando a Jackson. Lo van a matar ellos. No, no debe matársele. Es preciso obligarle a hablar. Pero dirigiéndose a yo (sic) en inglés, y señalando su corazón dijo: siento aquí que este es el fin. Esta vez lo han logrado".