"El Venado Tuerto de Roberto Scott se ha transformado en un verdadero infierno represivo, gracias a la mano dura requerida monótonamente desde el poder político y económico local. La destrucción facial de Lucas Oro de un itakazo el pasado 16 de diciemmbre, y a los siete días, la golpiza brutal aun joven de 17 años en la que se vería comprometido seriamente uno de sus ojos, por parte del Comando Radioeléctrico dependiente de la U.R. VIII son sólo muestras de muchos hechos más de terror estatal que no son denunciados por sus víctimas pero no por ello menos graves", señaló

Ana Braghieri, integrante de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre de Venado Tuerto. "En este marco de terror impuesto desde el poder local no nos llama la atención que la interna del partido gobernante se cobre una víctima como forma de resolver su descomposición. Desde nuestra posición, aún desconociendo los pormenores del hecho, repudiamos el secuestro y tortura que sufriera Héctor Darío Bustos", agregó.