Entre la pila de planos originales del Monumento Nacional a la Bandera hallados en la sede local de la Dirección Nacional de Arquitectura, un diseño sin fecha cierta despertó la curiosidad de los investigadores, abriendo un enigma que todavía no pudieron resolver: Sobre una planta del Patio Cívico, alguien dibujó a lápiz y en colores una "decoración floral y jardinería" de grandes proporciones.

La idea era cubrir toda la superficie de las escalinatas con una colosal bandera argentina confeccionada con "un tapiz de flores blancas y azules", más el "sol de flores amarillas". Todo iba a estar rodeado por un tramo de "césped decorativo" y por un "cerco de tuyas (árbol conífero) y cipreses" en los laterales.

No queda en claro si el proyecto era transformar el Patio Cívico en una especie de jardín permanente -vedando cualquier posibilidad de transitarlo- o se trataba de una iniciativa precursora de lo que ahora se conoce como "arte efímero".