Lector, lector ¿querés ser mi amigo? Mirá, vos tenés que decir que me conocés, que soy un buen tipo, que todo lo que se dice de mí son vulgares patrañas inventadas por los medios, que tenés pruebas de mi inocencia, que pondrías tus manos en el fuego, en el aire, en la tierra y en el agua por mí. Y después, o si querés antes, con el botón derecho de tu mouse hacés click en “aceptar” o en “confirmar” y ya está ¡somos amigos del alma, soul brothers, carne y uña, culo y calzoncillo, Oreste y Pilates, Castor y Pólux, Laurel y Hardy, tuco y pesto..!

Yes, lector, la soledad es un tema del pasado, además de ser un tema de Spinetta. Ahora, para saber cómo es la soledad, tenés que estar sin compu, porque si no ¡el mundo es tuyo! Bueno... ¡No es tuyo, pero te lo prestan! ¿Y sabés por qué te lo prestan? ¡Porque son tus amigos, te quieren, asisten a tus eventos, te confirman, te dan toques, te mandan mensajes; abrazos, besos, y todo lo que se te pueda ocurrir, desde la virtualidad del ciberespacio!

Sí, lector, el mundo no es más La Tierra; el mundo, ahora es el Facebook donde todos somos amigos y nos queremos mucho, donde se puede ser fan de las medias agujereadas, y pertenecer al grupo “yo también lloré cuando Rosa de Lejos se casó con el maestro”. Podés encontrar a los que son como vos, suponiendo que eso sea algo bueno, y si no, ¡también! Podés encontrar a los que tengan tus mismos gustos, tus mismos disgustos, tus mismas debilidades. Podés hacer contacto con la mujer, el hombre, el oso hormiguero de tu vida. Te van a invitar a lugares increíbles, algunos de ellos ni siquiera existen, pero vos vas a estar y vas a poder llevar a tus amigos, a tus enemigos y, sobre todo, a todos aquellos que no sabés si son amigos o enemigos, porque no te contestaron.

Y el sistema va a poder saber todo sobre vos. Y cualquiera que vos aceptés va a poder saber todo lo que vos le dejés saber. Con quién vivís, cómo es la relación, si te gustan los ravioles de ricota, el sexo a la madrugada o el mate con medialunas. Lo que está muy bueno, porque si de pronto te olvidás de cómo sos, lo consultás y te lo dicen.

Y va a haber leyendas urbanas, rurales, intercolegiales, universales y locales. Y quizá la Historia deje de ser Historia y se transforme en eventos. Y usted en lugar de creyente pueda ser “fan” de una religión. Nosotros, por ahora, somos testigos de este fenómeno. Y se lo mostramos a usted, lector, bajo la forma de chistes, la que nos gusta.

Hasta la semana que viene.