Seguramente, lector, éste es el suplemento que usted esperaba. Porque a todos nos gusta identificarnos con los medios, que nos reflejen como un espejo, sin quemarnos como el sol del mediodía (algunos medios exigen protector solar antes de exponerse a ellos, es cierto). Queremos vernos, queremos que nos muestren cómo somos, ya que parece que es tan difícil vernos por nosotros mismos. Quiero decir, nos vemos, y nos preguntamos ¿Ese soy yo, ese gordito tranqui, ese pelado, ese que está al lado de ésa, ese adolescente que no sabe cómo hacer para estar al lado de ésa, esa que quiere estar al lado de ése, o ése, o ese otro, o aquel, ese que quiere estar más cerca de sus hijos, más lejos de sus padres, al lado de su vecinita? ¡Yo soy ese que no salió en la foto! ¿Tan gordo, flaco, pálido, peludo, pelado, desprolijo, metrosexual, alto, bajo, standard, neurótico, loco, exhibicionista soy?

Nahhhhh, mentira, mentira, yo quise decirle... mejor enciendo la tele, que va a mostrar cómo soy: un hombre moderno, una mujer tentadora, un pibe que sabe lo que quiere, un joven prometedor, un león, una pantera, un cachorro de tiranosaurio. Y también me compro una revista, o pongo un programa que me diga qué tengo que comer, cómo me tengo que vestir, qué auto tengo que usar, con quién debo salir, qué tengo que decir para ser yo mismo.

Por eso este suplemento, lector, porque gracias a nosotros, ahora usted, esté donde esté, está en la playa, disfrutando: usted puede estar en su casa loco del calor, o en la Antártida tiritando, o en la casa de su suegra discutiendo con su futura ex mujer las condiciones de su propio rescate, o escuchando a un paciente aburrido que todas las semanas le cuenta el mismo sueño, o en la playa, pero sufriendo los avatares del vendedor de bolsas de plástico con color de milanesa... ¡Usted puede estar en cualquiera de esas situaciones, o en una mejor, o en una peor, pero, gracias a nuestro suplemento, usted está en la playa, disfrutando!

De nada, lector. Hasta la semana que viene.