¿Es verdad que ayer comenzó el segundo semestre alegre, el semestre tan esperado? El almanaque dice que sí, pero ojo que el Gobierno asumió hace casi siete meses ya. Por eso, mejor no creer algunas cosas. ¿O el último semestre duró siete meses? ¿Y la pesada herencia cuál es ahora? ¿Los últimos siete meses? ¿Habrá siete meses de vacas gordas y siete de vacas flacas?

No lo sé, como sea, lo importante es no amargarse ni criticar. Si no, después tendremos que hacer como ese ministro que pidió disculpas. ¡Qué caballero! ¿No?

Antes yo decía “piensa mal y acertarás”. Ahora no, yo ahora todos los días rezo, canto y recito “piensa bien y te alegrarás”. Y después me digo: “segundo semestre, segundo semestre y si no, que sea Nito Mestre”. Y que nadie crea que lo digo por el fabricante de mentiras. Finalmente, con euforia grito “Sí, se puede”. Pero lo pronuncio bien clarito porque no quiero que Lilita me acuse de ser un marxista que anda gritando “Zizek puede”.

Y qué humildad la de ese otro ministro que dijo que están aprendiendo sobre la marcha. “¿Sobre qué marcha?” se preguntaron algunos. No, no; no están aprendiendo sobre la marcha militar. Es que ellos no se la dan de sabelotodo, no se la creen porque ellos son normales.

Yo fui, lo admito, uno de los que creyeron que era normal tener un empleo, comprarme un celular o irme de vacaciones. Y como dijo Gaby, hay pobres y normales y yo no era normal. Bueno, no seré normal pero cambié y estoy alegre.

Si no cambiamos seguimos igual. ¿Y quién quiere seguir como antes? Hasta hace poco uno encontraba ofertas tipo “2 x 1”, “4 x 2”, etc. Ahora podemos encontrar muy buenas ofertas del tipo “1 x 2”. No, no estoy hablando de cómo Mauricio duplicó su patrimonio. Uno va a comprar una sola cosa y la va a pagar como si fueran 2 o 4. ¿No es muy bueno eso? Porque eso quiere decir que ahora pagamos precios sinceros y aunque compremos menos cosas, vamos a pagar la verdad. ¿Hay algo más importante que la verdad? No, la verdad que no.

Hace unas semanas, esos que ya sabemos quisieron imponerles a los empresarios una ley antidespidos. ¿¿¿Para qué??? ¿Quién podría creer que los empresarios quieren despedir a sus trabajadores? Y Mauricio lo dijo muy claro: con esa ley habrá menos empleo. Mucha gente le gritaba “vete, vete” y entonces él les hizo caso y vetó la ley. Es así nomás. Para que haya empleo los empresarios tienen que sentirse libres y entonces sí van a contratar a miles, ¿qué digo miles? Millones de trabajadores.

No hay que amargarse, porque el que se amarga se enferma y ya sabemos, basta la salud y así piensa el Gobierno. Dijo “basta la salud” y cada vez hay más paros en los hospitales. La gente no colabora. Eso ya lo sabemos.

El otro día conversaba sobre los aumentos, bah, yo creía que eran aumentos, pero no estoy seguro porque ya sé que todo lo que creo después termina siendo anormal. Y una señora me dijo: “estamos pagando toda la que se robaron”. Es que los argentinos venimos a ser como una gran empresa de seguros. Acá hubo un montón de ladrones, que por suerte ya se fueron, y ahora tenemos que pagar el seguro por robo.

Otro señor, creyendo que yo me estaba quejando, me preguntó: “¿Vos creés que con Scioli hubiera sido mejor?”. Le iba a decir que yo creía que Scioli no está en el Gobierno, pero debe ser algo que yo creo y bueno, eso tampoco es normal.

No nos sumemos a la mala onda. Digámonos “soy feliz” y no desperdiciemos esta oportunidad. Dicen que a Mauricio no le importa nada, pero no es cierto, yo veo que está importando de todo. Incluso importó unos 18 palos que son de él, que no los tenía pero que ahora los tiene y no sabemos si después los tendrá.

No importa cómo son las cosas, lo que importa es que nadie crea que son como son.