› Por Rudy
Deudor, ¿como le va, lector, cómo anda? ¡Alegre como CEO de petrolera devenido ministro? ¿Desorientado como dueño de pyme esperando la boleta? ¿Más angustiado que patriota tratando de independizarse de España? ¿Envalentonado como Jubilado desarmado “reprimiendo a empujones” a los policías? ¿Empoderado? ¿Emparamado?
Sea como sea, usted tiene que tener un espacio, un lugar, un ámbito en el que pueda resolver sus tensiones. Una terapia Hoy en día la terapia es como un vaso de agua, no se le niega a nadie. Aunque el agua está cada vez mas cara. Y la terapia…
¿Hablando de síntomas? ¿Se enteró que Mauricio se psicoanaliza?
En serio… ¡salió en la tapa de una revista política! ¿Usted me pregunta qué tiene que ver esa noticia con la política? ¿y qu´w quiere, que salga en una revista de psicología? ¡Ninguna revista seria hablaría de las intimidades de un tratamiento ni deschavaría quien es paciente de quién!
Pero hablemos del caso, sin dar detalles reales, que no tenemos ni queremos tener. Pero si podemos darnos el gusto de plantearnos la situación, como humoristas que somos.
¡Está muy bien que Mauricio se analice! ¡Sí, que alguien le saque las angustias, las ansiedades, las fobias! ¡Después de todo lo que él nos saca a nosotros, que alguien le saque un poco a él! ¡A ver si aprende que a nadie le gusta que le saquen lo que tiene!!
Porque, eso es el psicoanálisis, un aprendizaje sobre nuestras propias neurosis. Y el gobierno dijo que ellos van aprendiendo mientras gobiernan; así que si les sale mal lo del tarifazo, el plan económico o la apertura, dicen “uy, fue un lapsus, fue un fallido”, ¡y ya está!
¡Qué difícil debe ser analizarlo a Mauricio! ¡Su psicoanalista será macrista? Una vez yo tuve uno, que me dijo que ponga todos los síntomas a nombre de mi papá.
Pero nuestro Mauricio no va a tener un psicoanalista radical, porque entonces va a terminar el tratamiento seis meses antes! ¡Uno peronista tampoco!: “Mire Mauricio, usted debería entender que los pobres también son personas y tienen derecho” “¡Lógico licenciado, ellos tienen derecho a la pobreza, y noso- tros a la riqueza…! ¿Se imagina, lector? ¡En vez de aumentarle los honorarios, llamaría a paritarias!
¿Tendrá un analista lacaniano, con una sesión que dure 6,7,8 minutos? Naaaaa
No debe ser simple ser analista de Mauricio ¿Se lo imagina, en sesión?
“Licenciado, es terrible el estado en el que nos dejó el gobierno anterior” “¿Y qué piensa hacer usted en los 4 años de su gobierno?” “¡Hablar del estado en el que nos dejó el gobierno anterior!”
“estoy angustiado, agobiado, aburrido, abatido, ansioso, atribulado, anoréxico, hipomaniaco, apático, ciclotímico, bulímico, disperso, paranoide, compulsivo, indiferente,-agorafóbico, inapetente, disociado, depresivo, agresivo, logorreico” “¿Todos esos síntomas tiene?” “Esos son los que tengo acá, me falta contarle los que tengo en Panamá”
“Licenciado, otra vez soñé con que había un montón de gente que era muy pobre y la pasaba mal por culpa mía!” “Tranquilo Mauricio, eso no es un sueño, esa es la realidad” Ups… mala mía… pero licenciado, ¿uno cómo hace para darse cuenta de la diferencia?” “Ay Mauricio, ese es “el tema” del psicoanálisis: ¡la diferencia! ¡Cómo la gente trata de negar la diferencia, de ocultarla!” “Yo cada vez que hago una diferencia, la oculto en el Caribe, licenciado!
“Licenciado, soñé que yo estoy en un palacio, lleno de plata, y de pronto al lado hay un pobre en una casucha horrible y desquiciada que me dice: “cambiemos, cambiemos”.
“Licenciado, el otro día me paré frente a una puerta cerrada, y me puse a gritar “ Sí, se puede, si se puede, si se puede” Y desde adentro me respondieron “¡No, no se puede, está ocupado!” ¡Fue terrible!” “Mauricio, va a tener que aprender a controlar… ciertos impulsos”
“Hay días que sueño con una yegua a la que persigo, persigo, pero nunca la alcanzo” –“bueno, Mauricio, los sueños son deseos reprimidos” “Yo no reprimo nada, de eso se encarga Patricia”
“Digame, licenciado, Freud ¿vendría a ser el CEO del psicoanálisis?
“Mauricio, ese tema de sus miedos a la pobreza vamos a volver a verlo” “¡Licenciado No me diga, “vamos a volver” que me broto todo y me salen empresas offshore en todo el cuerpo
“Licenciado, no puedo dormir” “Mauricio, relájese, cierre los ojos, imagine una plaza llena, cuente vallas”
n Y el final de la entrevista: ”Bueno Mauricio, ¿me paga la sesión?” “Esa te la debo”
No sabemos, lector, si las sesiones serán así. Si se las pasa del Edipo, con un Layo dueño de un montonazo de empresas, y un Tiresias (el adivino, en la tragedia), devenido Duran Barba, o Sri Sri.
Pero más allá del “Caso Mauricio”, la vida sigue, no digamos que igual, sino más cara, desangelada, fría y oscura (la luz está muy cara ).
Y en medio de todo este país, de este mundo, de nuestro suplemento número 1500 (el del sábado que viene, ¿no le parece increíble, lector, 1500 sábados juntos?), los niños tienen su día.
Que ahora es el tercer domingo de agosto
Saludamos entonces a los niños y a las niñas, al niño que fuimos, y al que seguimos siendo, al niño que pregunta y al que mira con curiosidad. Al niño que llevamos dentro, y al que llevamos fuera. Al que ríe, al que balbucea, al que no para de preguntar, al que aprende, al que juega.
Hasta la semana que viene, lector.
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