Y... lector, si el mundo está en crisis, la Argentina lo va a ayudar. No, no es que estemos fuera del mundo, no es que no nos afecte, sino que... estamos acostumbrados... “mal, pero acostumbrados” parafraseando a Inodoro Pereyra. Porque para el “resto del mundo” (¿se acuerdan de cuándo jugaban al fútbol Argentina vs. “Resto del mundo”, o de chicos, en los picados, “éste, éste, éste y éste” contra “todos los que vengan”?) la cosa está muy complicada. No saben qué hacer. No saben cómo parar lo que se viene. Ni siquiera saben qué es lo que se viene. Se imaginan un Tsunami, un Ciclón, un Huracán, un Boca con suplentes, un Lanús con Pepe Sand, lo que sea, pero que nos gana por goleada. Y cómo no saben lo que se viene, no saben qué hacer.

Nosotros, en cambio, siempre sabemos qué hacer, porque nunca sabemos lo que se viene. Incluso cuando sabemos lo que se viene, no sabemos lo que se viene, porque lo que se viene nunca es lo que sabíamos que se venía, siempre es otra cosa. Por eso sabemos que no sabemos. Y hacemos lo que podemos. “Es lo que hay”, frase que podría estar en nuestro emblema patrio. “La única verdad es la realidad”, dijo el general Perón, y sin embargo... esta crisis parece virtual, parece que algunos vieron “grandes negocios” donde no los había, y convencieron a muchos más, con lo que se crearon “inmensos negocios” de la nada. Hasta que, como en el cuento de Andersen, un nene vio que el rey estaba desnudo, y todo se fue al mismísimo cibercarajo. O algo parecido.

Nosotros, mientras tanto, seguimos haciendo chistes, al mismo precio de siempre, y de la mejor calidad que podemos.

Hasta el sábado, lector.