¡EPA!
› Por Naty Menstrual
Y sí, una vez más de lo mismo, se abre el juego en el Circo TV Freak... La última novedad, aunque tal vez a estas horas ya sea penúltima, es un joven de mentón con prognatismo, cualidad conocida popularmente como cara con balcón o cucharón de aceitunas, pelucón lacio largo color castaño colorado, porque de un tiempo a esta parte parece que el pelucón hace a la trans, es la new model vedette Reina Reinaldo que se estrenó en el programa de la vampírica canosa chupasangre de dudoso talento.
“Elegí este color porque usaba rubio y me gritaban cosas desagradables en la calle, me comparaban con ese personaje que aparece en la televisión.” Se refiere a nuestra folclórica Zulma. Quejándose de las ofensas callejeras mueve su pelo, se sienta en el sillón, la carga el equipo con que tenga cuidado que se le va a escapar un huevo, la boca inflada se va para un costado como dos riñones implantados. Y el detalle ecológico: una enorme y arrepollada flor naranja en su pelucón, detalle legranesco si los hay.
Este lánguido muchacho apareció en la escena nacional al contraer matrimonio con Adelfa, la anciana que pasó a mejor vida al toque después de lo cual Reinaldo, reducida a Reina, se destapó luciendo los tapados de piel heredados. Ya está, esto es, alcanza y sobra, el circo freak arma su carpita. Una del panel, travestida parece, y más mala que una araña polino, la gasta despiadadamente: “Reina tiene un rostro femenino, una boca como la de Angelina Jolie, qué encanto”.
Y Reina Reinaldo sonríe sin poder manejar esos labios independientes que miran para cualquier lado cual dos riñones. Quiere irse a EE.UU. a operarse toda y jura volver espléndida. ¿Será que David Coperfield se hizo cirujano?
Qué más da lo que haga o no Reina Reinaldo, al fin y al cabo es su íntima elección, la de pasearse travestido por la vida y la de intentar entrar en el hall de la fama aunque sea por la puerta del costado; lo más importante no es que ella aparezca en cada uno de los programas que la TV argentina se esfuerza en presentar cada día revolviendo un cucharón gigante de espesa mierda bien colorida, el temita es la gente que lo ve y los comentarios que crecen alrededor de ella, es puto, es trava... está loco... qué ridículo el disfrazado. Comentarios que, no nos engañemos, no sólo se dirigen hacia los esclavos del circo, sino a cada puto, lesbiana o travesti que camine por ahi.
Todo sirve para sacar el homofóbico que hay adentro, no importa quién mientras nos podamos reír del ridículo ajeno, tapando el propio, que tanto pesa.
Los romanos tenían su circo para disfrutar de la voracidad de los leones para con los esclavos, luego hubo confortables sillitas para ver guillotinar cabezas y/o ahorcar cuerpitos. Y más acá, en estos años de modernos evolucionados, las peleas de los barrabravas que luchan hasta la muerte por jugosos mangos, la preocupación de si Ricky adopta y dice que es marica después de tantos años, el tema —que se hace largo— de si las personas de mismo sexo nos casamos o no nos casamos...
Pan y circo freak, aunque hay mucho más circo que pan por estos lados, ponga los programas picadoras de carne humana y ríase la gente, total cuando el freak de turno quede desangrado en el suelo como un decapitado, lo patearemos al costado y encontraremos otro más ridiculón y lo tiraremos de siliconadas bruces a nuestro actual circo romano...
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