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El pasado 22 de marzo la noticia circuló rápidamente por las redes sociales: la legendaria disco diva Loleatta Halloway nos había dejado para siempre. En ese vértigo de la Internet 2.0 hubo poco tiempo para que sus gorjeos y alaridos sonaran una vez más antes de que fueran eclipsados por la muerte de Liz Taylor. Pero cómo no homenajear a Loleatta y su voz inolvidable al borde del grito pelado en “Love Sensation” que los Black Box tomaron para el inoxidable hit “Ride on Time”; a la cantante, que los próceres de la disco music como Walter Gibbons y Larry Levan amaban remezclar y que siempre sonaba en el Paradise Garage; a la voz de varios temas memorables de la Salsoul Orchestra y una de las más sampleadas por los productores de house de todos los tiempos que siempre encontraron inspiración en sus cuerdas vocales a la hora de ponerle alma, pasión y éxtasis a sus producciones. Repasamos algunas de sus canciones inolvidables.
› Por Gustavo Lamas
Love Sensation (1980)
Este es su himno más grande. Lo grabó en 1980 junto a Dan Hartman, con quien había colaborado en otro hitazo de la era dorada de la disco, “Relight My Fire”. Ella cuenta que en aquellas sesiones directamente perdió la voz de los gritos que pegaba. Sobre el final de aquella década tuvo un revival inesperado cuando los productores Black Box la samplearon para su éxito “Ride on Time”, que trepó a los rankings. Ni siquiera la habían incluido en los créditos, pero les ganó juicio y tuvo que ser reconocida. En el ’91 Marky Mark volvió a usar el tema para su “Good Vibrations”, que alcanzó el número uno. Esta vez con crédito y reconocimiento como leyenda.
Dreaming (1976)
Uno de sus inolvidables temas del arranque con su etapa disco. Entre el ritmo marchoso y el dégradé de violines Loleatta les canta al amor y los sueños para ponerte la piel de gallina en plena pista con el estribillo que reza: “Vos estás tan sólo soñando con él, tan sólo soñando con él, mientras él sueña conmigo, tan sólo soñando con el amor que deseabas que te diera”.
Hit and Run (1976)
Su introducción al mundo de la música disco fue de la mano del productor Norman Harris, que trabajaba para el sello Gold Mine, pariente de Salsoul Records. Este simple abría el álbum Loleatta, donde ya se la podía escuchar pasando del susurro a los alaridos en pleno groove discotequero. Uno de sus clásicos que supo contar con una remezcla extendida en las manos mágicas del legendario dj Walter Gibbons.
Cry to Me (1974)
Mucho antes de convertirse en una diva disco, Loleatta había comenzado cantando gospel y sus primeras grabaciones como solista tenían que ver con el soul y el r’n’b menos cercanos a la pista de baile. Esta balada es uno de los puntos más altos de esa etapa inicial, donde ya despliega su potencia vocal con cuerpo y alma.
Runaway (1977)
En el ’77, cuando ya se movía como un pez en las aguas de la música disco, firma este simple como cantante de la Salsoul Orchestra, la orquesta dirigida por Vincent Montana Jr. que había sido creado para acompañar a los artistas del sello del mismo nombre. En 1996 los productores de house Masters At Work la regraban bajo el nombre de Nuyorican Soul, junto a la cantante India como un homenaje.
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