Vie 29.04.2011
soy

Todas las voces, todas

En el aire, o mejor dicho en red, cada vez más radios y programas destinados a celebrar la diversidad sexual van abriéndose paso entre los oyentes, sobre todo para llegar a aquellos lugares donde todavía hay que sintonizar desde el closet.

› Por Paula Jiménez

El vahído

Jueves de 20 a 22 por www.radiosentidos.com.ar

Según el diccionario Larousse, un vahído es “una leve turbación del sentido”: algo interfiere momentáneamente en nuestras percepciones ordinarias para hacernos vivir una experiencia distinta y algo caótica. Buen nombre. Cuenta Gustavo Pecoraro, director de El vahído, que su amigo Carlos Jáuregui, ya enfermo, usaba la expresión para hablar de los mareos. “Tengo un vahído” era un latiguillo muy gracioso en él que en vez de descansar se tomaba una cerveza y salía. El nombre del programa es en su homenaje y a Oscar Vitelesky, el jefe de redacción de NX. Diego Tedeschi, coconductor junto a la actriz trans Vida Morant, también viene de la revista y de aquellos años clave para las organizaciones Glttbi, por eso el motor que hoy impulsa este programa ruge con la fuerza de aquellos tiempos: combativo, crítico, reivindicativo. “Sentimos que hay que recuperar un espacio de debate que no se da actualmente, como también a las voces que iniciaron todo esto 20 años atrás. Estoy hablando de gente de la CHA, de la Federación, intelectuales como Modarelli, Meccia, Mabel Bellucci, María Rachid, César Cigliutti”, dice Tedeschi. Pero no se trata sólo de homenajear: sigue habiendo una intención, un fin transformador. Según el equipo, es necesario dirigirse a los medios desde los medios mismos. “Durante mucho tiempo tuvimos que luchar por nuestros derechos y, ahora que los vamos conquistando, los medios dan el discurso que ellos quieren. Creemos que hoy en día hay un intento de apropiación de nuestro discurso a través de ciertos personajes como Ford, Süller, Zulma Lobato. Es el discurso del escándalo.” Bibi Lorenzano, una de las primeras integrantes de la ya legendaria agrupación Lesbianas a la Vista, forma parte también del staff con un espacio que recrea textos de vida de chicas lesbianas que cuentan sus primeras experiencias. El humor está a cargo de Vida Morant, quien, con un poco de Violencia Rivas en su sangre, ha creado a la maestra Chavela Bacacay. Además, al disidente equipo de El vahído lo conforman Julio Talavera, integrante de H.I.J.O.S. y activista, y Leandro Fuentes, que se encarga de la música: “Nos nutre de lo moderno y lo actual. Si tuviéramos que hacerlo nosotros, pondríamos solo Bárbara Streisand, Liza Minelli y Marilina Ross”, reflexiona Diego y se ríe.

“Este tipo de programas es un faro para muchas personas que viven en las provincias. Nosotros no apuntamos sólo al público de Buenos Aires. Creemos que nos pueden estar escuchando en cualquier parte”, concluye este conductor consciente de los alcances de la web, que al comenzar el programa saluda a sus oyentes de China y de Hawai. Hispanoparlantes, suponemos...


Temporada de chongos

Domingos 19 a 21 por www.fmboedo.com.ar

“Nuestro programa no tiene una definición”, explica Chongo con Rímel. Y La Rana completa: “Decimos que somos punk, un poco en chiste, pero haciendo referencia a que lo que nos define es el tema de romper con lugares estáticos”. Son cuatro las conductoras de Temporada de chongos, un programa hecho por chicas y dirigido a todxs, donde también participan Chongo en Vías y Chongo Star. La coordinación de Temporada... está a cargo de Marti —la novia de La Rana—, quien consultada por el rating, aporta: “Una vez estaba en la parada del colectivo con la remera de Temporada de chongos puesta, vino un grupo de chicas, todas tortas que tendrían 14 o 15 años, y una de ellas me dijo que ella también escuchaba el programa. Creo que uno de los secretos de esta relación con el público es que logramos compartir nuestros códigos.” La Rana, o Wanda Rzoncinsky para sus padres, es la creadora del blog de la AACH (Asociación Argentina de Chongos) del cual deriva este programa que también entroniza, en broma, la figura inalcanzable de “el chongo”: identidad que se disuelve con sólo tocarla, un espejismo más. Pero esta mirada queer, lejos de cualquier discurso moralizante, adopta la forma del humor. “En el programa interpretamos a unas viejas homofóbicas que en realidad son tortas reprimidas. Yo hago una locutora que viene del futuro y todo le parece poca cosa. Chongo en Vías hace una uñóloga, que se dedica a revisar las uñas de las mujeres. Cambiar de forma de pensar es cambiar aquello de lo que nos reímos. A mí me parece estúpido ajustarse a lo que es políticamente correcto con cosas que tienen que ver con la diversidad. Nosotras entendemos qué son los temas serios, derechos civiles, ley de identidad de género, pero no por entenderlo una no puede producir humor con eso. Me parece bastante patologizante decir que de los hombres transgénero no se puede hablar porque es un tema delicado.” No están en una radio gay, la explicación la resume La Rana: “Si no, pareciera que porque sos torta sólo podés hablar de cosas de tortas y no es así, porque somos todas personas y nos dedicamos a diferentes cosas. Iría en contra de nuestros propios intereses no poder relacionarnos de igual a igual con gente que no es gay o que incluso no entendiera nuestros códigos”. Y Chongo con Rímel agrega: “Tenemos un público que no es gay y todo el tiempo estamos hablando de que somos tortas, pero no es el tema. Por otra parte es obvio. Cuando debatimos, sacamos experiencias propias que tienen que ver con la vida de una torta”. “Tenemos un público que nos sigue en vivo y otro que se baja el programa. Lo que hacemos es tirar una consigna en Facebook, así tenemos respuestas de gente que en el vivo no nos puede escuchar”, cuenta Marti. “Es una consigna sin género —agrega su novia—. Por ejemplo, ¿cómo te relacionás con tu ex?” Este es un programa largo, con muchísima producción y sin sponsors, que se solventa con el esfuerzo de estos chongos, que tal vez no son tan chongos, ¿o sí? O quizás esto no es estrictamente un programa y sí una continuación del blog, porque nada termina siendo lo que es, al fin de cuentas. “Siempre tratamos de salir de los límites”, croa, entre queer y punk, La Rana.


Open 24

AGR transmite las 24 horas en www.agradio.com.ar

Funciona en el barrio de San Cristóbal. Es un departamento de paredes acustizadas donde se clavan, como vudúes, prendedores y banderas de la diversidad. Sergio Miranda es, además del creador de esta radio, un gentleman que se presenta como un trabajador, un loco y un hombre de los medios. Tiene una voz perfecta cuando conduce y cuando dice: “Yo soy muy conocido en el ambiente”, refiriéndose al amplio abanico que va desde boliches, eventos, fiestas y pubs, a organizaciones como la Federación LGBT, que en algún momento transmitió su propio programa por AGR. “Estamos en un promedio de conexión de 350 usuarios por hora, a lo largo del día esto se multiplica permanentemente, con lo cual es mucha la gente que entra en la radio. Todos los días medimos la audiencia.” Al hombre se le infla el pecho de orgullo gay cuando menciona los premios que AGR ha recibido en estos seis años, desde que comenzó, de la distinción que le fuera otorgada por el Congreso de la Nación durante la presidencia de Néstor Kirchner al Primer Medio de Comunicación Gay abierto, y del prestigio que se ha sabido ganar en el ámbito internacional. “Pero nadie es profeta en su tierra”, concluye, con un dejo de tristeza que sorprende. Sergio Miranda tiene algo de todopoderoso: no delegar nada en nadie excepto en las dos personas con las que comparte este proyecto: con Toto (su actual amor y colaborador) y con su socio. “Mi ex y yo nos asociamos mientras estábamos juntos y armamos esto con mucho esfuerzo. El dinero lo recuperamos con publicidad y programas. Hoy tenemos de todo tipo, como el de El Club de Osos de Buenos Aires o uno, muy interesante, de alto nivel periodístico, que arman tres chicas lesbianas y que sale los domingos a las 21, se llama Con pecado concebidas. La tendencia de AGR es más gay masculina y el grueso de la audiencia es del interior del país. Muchos escuchan a escondidas, en su oficina, mientras trabajan. Recuerdo a un muchacho que trabajaba en un laboratorio en Israel y que nos descubrió en nuestros inicios. Estaba viviendo en pareja, pero su familia en la Argentina no lo sabía. Surgió una charla informal entre nosotros, al aire, y a los dos días nos llamó: ‘Estuve pensando en lo que conversamos —dijo—, acabo de hablar con mi madre. Los está escuchando y se acaba de enterar de que soy gay gracias a ustedes’. Esa historia se repitió muchísimas veces. Para mí la radio ayuda a visibilizar. En la Argentina no hay radios gay sino radios que tienen una tendencia. Sí las hay en Latinoamérica: en Perú hay una de lesbianas, en México una gay, en Colombia está Diversia. AGR es muy respetada en esta parte del continente por ser la primera y la más visible. Hubo muchas agencias que se conectaron con nosotros ni bien nació el proyecto, hicimos programas especiales con muchas cadenas internacionales, lo que habla de que en el mundo se está empezando a respetar la diversidad, no sólo en el terreno de la sexualidad sino también a nivel de los medios”.

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