Decir retorno sería absurdo, nunca se ha ido, siempre ha estado ahí, como la vaquera centenaria persistente ya por tres siglos, hace años cada tanto vuelve a ser el mejor ítem del guardarropa, lo unisex retorna básico, más que un vaquero o un minero, otro ser urbano más. Ang Lee la elevó a icono gay en Secreto en la montaña a la camisa vaquera que junto con las botas de minero fueron tapa y vitrina del pasado verano al Norte, cargando de luminoso índigo y discreto añil las calles más humanas, serenas y amigables.

La vaquera en principio fue mucho más simple y sus detalles respondían a la lógica de resistencia y durabilidad. Marcas como Levi’s o Wrangler tienen modelos casi vintage a los que se suman una revisión de los modelos cada temporada. Es ahora casi uniforme unisex, llevada en las calles con los botines de carnaza onda Kickers en versión escolar, que están en vidrieras desde el otoño anterior en modelos lights, en colores arena y apastelados con logo del cocodrilo Lacoste o en versión de lujo en Armand Basi.