“Bienvenidas y bienvenidos al curso de capacitación para encuestadores/as”, así me cuenta Diana Sacayán que comenzó el trabajo Rubén Nigita, director nacional de Estadísticas Sociales y Población del Indec luego de un desayuno de bebidas calientes y magdalenas. El grupo estaba integrado por chicas de MAL (Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación), Putos Peronistas, Miser (Movimiento de Integración Sexual y Religioso), Cooperativa Sylvia Rivera y Cooperativa Amazonas de Oeste. La capacitación no sólo se orientaba sobre cómo se hace una encuesta sino cómo ajustarse a cualquier particularidad que demande esta tarea puntual frente a un colectivo ¿desconocido? Y sí, objetivamente, el Estado está desconociendo las condiciones de existencia concretas de las personas trans y, por ende, sus necesidades y urgencias. El objetivo es conocernos focalizando en las experiencias de discriminación y nuestros vínculos con el ámbito judicial. Las preguntas están orientadas a saber cómo nos autopercibimos, qué edad tenemos y con quién vivimos, dónde hemos nacido y dónde estamos viviendo ahora, qué sabemos acerca de nuestros derechos, si alguna vez hemos reclamado. Esta tarea, que tiene antecedentes activistas como lo fue el ya histórico libro La Gesta del Nombre Propio y Cumbia, Copeteo y Lágrimas desde Alitt, con Lohana Berkins al frente, ahora cuenta con el apoyo del Estado. Luego de la ley de identidad de género, éste es un paso para el camino que lleva a que la gente trans sea reconocida como sujeto de derechos e incluida en la agenda pública con políticas especificas social, sanitaria, educativa y laboralmente.

Cómo se hace para participar

Desde el 18 hasta el 29 de junio se está llevando a cabo esta encuesta piloto en La Matanza. Es una encuesta y no un censo todavía, ya que dará una muestra del universo trans en esa parte tan grande e inconmensurable de la provincia de Buenos Aires. No es poco, como bien explica Nigita comparando esta muestra con un análisis de sangre: ¿o acaso extraemos toda la sangre para un análisis? Es cierto, saber, aunque sea un saber aproximado, permitirá ajustar políticas públicas para optimizar el trabajo que los distintos institutos del Estado deberán enfrentar, entre ellos, el Inadi. La idea es realizar un censo en todo el país el año que viene.

No se trata de un cuestionario que irá casa por casa sino que las personas trans deberán acercarse a los centros para responder a las preguntas de las y los encuestadores entrenadxs para hacer las cosas bien. Hay que participar de modo personal y a la vez las respuestas son anónimas. Nadie quede escrachado por responder a lxs compañerxs.

Las sedes son: el Centro de Atención local del Ministerio de Desarrollo Social (Laferrère), El Centro de Salud Giovinazzo (Isidro Casanova) y el Centro de Salud Dr. Domingo Roca N0 2 (Virrey el Pino).

Entretelones

Una de las grandes preguntas fue cómo convocar a las personas. Se comenzó con los vínculos de las organizaciones y referentes trans, pero la pobreza y precariedad de nuestras organizaciones es histórica y además resulta imposible conocernos todxs en una región tan extensa y densamente poblada. Por eso se ha recurrido a otras organizaciones, centros de Salud y de Integración Comunitaria donde los mismos vecinos se suman a la divulgación en incluso a la señalización de dónde están aquellxs que no vemos, ni siquiera nosotrxs. Diana Sacayán, que de esto y el partido sabe mucho, ya evalúa positivamente el salto cualitativo que va a tener la muestra al ser potenciada por el Estado. Diana fue al barrio Nicol (que no tiene ni colegio, ni llegan colectivos), ubicado a la vera de un basural del Ceamse, y comprobó que la noticia ya había llegado por dos vías: la salita médica y la 26 de Julio de la JP Evita.

Ahora sólo resta concurrir a responder con TU verdad sin dejarse llevar por la apatía.

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