Paula es estudiante de Psicología. Sonia es fotógrafa.

Sonia y yo nos conocimos por Internet hace un año y medio. Es fotógrafa y cuando llegó de Brasil buscaba alguien que la acompañara a sacar fotos. Con esta excusa de las fotos nos encontramos, y a partir de ese día no dejamos de vernos nunca más. También se puede decir que vivimos juntas desde siempre, pero oficialmente desde este verano. Ella alquilaba un departamento, pero se la pasaba acá en casa todo el tiempo. Además, vos viste que las tortas siempre somos de mudarnos enseguida.

Este verano nos fuimos dos meses al sur a ver a mi familia. Cuando mi abuela llama por teléfono me pregunta “¿la nena por dónde está?”. Y Sonia le dice “abuelita Vera”. Después de esos dos meses en el sur, nos fuimos a Brasil un mes para que yo conociera a la suya. Claro que también estuvimos recorriendo Brasil: las playas, todo (que yo no conocía). Ahora me quiero ir a vivir allá (a la playa) y ella a la montaña, a Bariloche.

Sonia es mi compañera y es totalmente diferente de otras parejas que tuve. Nos llevamos bien en todo: nos gusta hacer fotos juntas, disfrutamos todo el tiempo.

Me quiero casar y eso. Para nuestra familia somos una pareja casi como cualquier otra. Mi mamá, por ejemplo, ya está planeando y calculando su jubilación en relación a los nietos y todo el tiempo nos lo está diciendo. Así que hay mucha presión. Jaja.

Nos gusta salir de día (ir a museos por ejemplo) y de noche nos metemos en casa y nos quedamos adentro, somos como muy ancianas.

Tenemos un lenguaje aparte: hablamos un portuñol muy íntimo. Inventamos muchas palabras.