Vie 29.08.2008
soy

PRIMER AMOR

Crudo y verídico

Yo tenía una novia, se llamaba Melina. Me dejó. Ella me gustaba, pero no tanto.

Un día, un hombre de pelo largo llamado Marcelo se me hizo muy amigo, de la nada. Corrían los años ’90 y yo era un púber veinteañero que concurría a Ave Porco en busca de alegría extraña, los jueves. El pelilargo Marcelo, que vendía órganos y pianos en Yamaha, me besó muy profundo. Me dijo: “¿Te puedo besar?”. Yo le contesté: “Sí, pero mañana nos olvidamos de todo porque a mí me gustan las chicas”. El me dijo: “Ok, vos te olvidarás, porque yo no me voy a olvidar porque hace tres semanas que te quiero besar, pendejo”. Nos besamos. La boca de otro macho me dio impresión, pero arremetí, porque nunca fui muy maricón...

Nos fuimos a su casa. El me llevaba unos años, pero vivía con su mamá, que era como una Mirtha Legrand de Primera Junta. Subimos a su casa de hijo semi rico sobre la avenida Rivadavia y en su palier de buen nivel nos besamos furiosamente, nos tocamos, nos chupamos y nos refregamos como perros furiosos.

Yo no estaba preocupado, ni mucho memos, porque creía que era algo de la edad... Que quería probar extrañezas y esta extrañeza duraba un tiempo. Esa noche quizá. Al otro día corría a llamarlo y desde ahí fui, sin mucha decisión, de “ser gay”. ¿Mi primer novio fue mi primer amor? No sé...

Durante toda la relación creí que cuando me separara, las mujeres volverían a su lugar central. Pero al separarme me acosté con algunas y extrañaba la cosa dulce, violenta y de igual a igual que se da entre machos, o al menos entre el macho que “soy” y el que elijo para mi cama y mi corazón cada vez. Después me enamoré de un camarógrafo flaco muy creativo. Después, de un médico grandote estructurado y contenedor, ahora de un músico fisicoculturista amante de la diversión y la vida feliz. Siempre el amor que tengo es mejor que el anterior, o eso me creo o me quiero hacer creer.

Esta columna podría ser ficción, pero elegí que no, estoy atravesado por la no ficción y doy culto de eso en Crudo cada sábado en el teatro No Avestruz, un espectáculo sobre mi vida. Vengan a verme, plis. Me gustaría que todos conozcan el puto macho que “soy”. Y este que “soy” es seguro también producto de ese primer amor. ¿Querés más morbo de mi y de mi vida? Seguime en www.crudoteatro.blogspot.com ¿Te parece? o

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