Eso gritábamos al tiempo en que aventábamos globos con pintura rosa contra el edificio del Senado de la República en la última Marcha del Orgullo aquí en el DF. Saltamos un poco a “la fama” el pasado 28 de junio por esas acciones, pero venimos trabajando intensamente desde el año pasado. Integramos Bloque Rosa personas trans, lesbianas, heterodisidentes y un gran etcétera. Si bien nuestro eje es la lucha queer, hay muchos temas que nos interesan y eso nos distancia de otras agrupaciones. Trabajamos de forma horizontal, haciendo proyectos de arte, educación no formal y escraches. Damos talleres que van desde cocina vegana hasta autodefensa. Nos colamos en las marchas para intervenir en las consignas típicas y proponer otras no machistas ni homofóbicas. Hay una frase muy difundida en la protesta: “El que no es Presidente es prostituto o puto de cabaret”. La cambiamos por “El que no es Presidente es asesino, macho, burgués”. Lo mismo con insultos tan instalados como hijo de la chingada. En México estamos hasta la madre de estos niveles de violencia increíble. Basta ver, por ejemplo, las estadísticas de crímenes de odio y femicidios. Al DF, donde nosotros accionamos, no han llegado directamente los crímenes de la cultura hipermachista y homofóbica del narco pero sí sus efectos. Esa cultura narco se cruza con estereotipos añejos como la idea del charro, el mariachi, pero no sólo produce estereotipos masculinos sino también femeninos, como las narcoprincesas. Y casi ninguna sicaria mujer. No nos gusta la etiqueta de “agrupación lgbt”, sino que adscribimos al feminismo cuir. De los grupos lgbt no nos gusta su funcionamiento institucional, la impronta homonormativa y jerárquica, su machismo inconsciente. Nos interesan muchas luchas más además de lo sexogenénerico, no aislamos esos temas de cuestiones indígenas, recursos naturales, el feminismo. No creemos que el universo lgbt pueda vivir aislado del resto de planeta. l