DANZA
Proyecto Amor Eterno invita a disolver en sudor las concepciones más rancias del amor romántico.
› Por Alejandro Dramis
Seis bailarinxs irrumpen en el escenario desde todos los puntos cardinales para unirse en un destino común: una gran cama que ocupa el centro de un dormitorio instalado en vertical al público. Ya sobre las sábanas, manos y pies en las tetas y en los culos, rodillas en las panzas y en los bultos forman una masa amorfa en la que los labios en las orejas declaran en secreto los placeres mutuos que transcurren entre ellxs. La cama, violando la ley de la gravedad, se convierte en el espacio ideal para poner en tela de juicio cualquier concepto cerrado acerca del amor y la sexualidad: a través de la acrobacia circense, los movimientos contemporáneos y sus representaciones, lxs unxs y lxs otrxs se exploran, se aman y se rechazan, se ambicionan y se manotean en un devenir sudado de cuerpos semidesnudos; la danza se torna orgiástica y el teatro es ya una realidad sensual sobre el deseo irrestricto siempre a punto de estallar.
La puesta de Proyecto Amor Eterno es original y dinámica, y se desarrolla en un amplio pasaje de estados emocionales que recorren un sinfín de variantes desprejuiciadas sobre los infinitos modos de vincularse: la piel como territorio sensual y erótico, el amor ciego y su correlativa confianza plena, el encuentro filial y amistoso, el dominio sado y el placer en el sufrimiento infligido a voluntad y –como un espíritu que sobrevuela todo el tiempo– el amor de todxs con todxs y contra todxs.
A medida que la obra crece, ocurre también que, en más de una oportunidad, el vínculo explícito prometido desde el primer momento parece estancarse en el plano de la perpetua sugerencia y, paradójicamente, la sugerencia se vuelve demasiado explícita como para no concretarse de una buena vez en un contacto carnal entre lxs bailarinxs. La mímesis de la danza, magistralmente ejecutada por todxs, le gana terreno a ese contacto real que parecen pedir las situaciones eróticas representadas y que, reposando en el ademán, no llegan a concretarse efectivamente.
Proyecto Amor Eterno es un discurrir de ideas platónicas que personifica terrenalmente al amor sucio en su verdadero estado y, mientras se ríe de ese único ideal del amor habitante en las lejanías, se burla también de esa tradición que pretende clasificarlo para empobrecerlo, porque, en definitiva, el amor no es más que un eterno proyecto inagotable.
Ultima función: mañana a las 23 en El galpón de Guevara, Guevara 326
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