REDES
Una cuenta de Twitter comparte fotos de patas de hombres famosos, pulidas y trabajadas para la cámara. El fetichismo limpito que le limó las asperezas al morbo podofílico.
› Por Franco Torchia
El “pie famoso” pisa otros suelos: dejó atrás el transporte público y hoy se deja fotografiar con fondos de piscinas, colchas de cama grande o bañaderas rodeadas de durlock en departamentos de 2 ambientes con amenities. El “pie famoso” no suda: vive aireado y en el aire, encremado con los mismos productos que lustran hasta el límite del plástico botoxeril rostros de modelos, conductores de radio y TV, y actores de séptima u octava selección. El “pie famoso” vale doble, porque incluso con la imperfección de uñas irregulares o falanges en conflicto —verdaderos vecinos en guerra con evidentes problemas de medianera entre dedo y dedo— luce su carácter aurático en la cuenta de Twitter y el perfil de Tumblr @PiesMasculinos, que debutó en 2010 con una foto de las extremidades inferiores del presentador rosarino Monchi Balestra enviada por él mismo. Con la parquedad del fan respetuoso, el administrador del caso —un anónimo gay veinteañero de zona oeste que empezó la tarea con la ayuda de una amiga— emprende a diario un proselitismo meloso con campañas de captación de imágenes de garras célebres: “Las fotos que compartimos son las que nos envían los famosos. Otras las subimos nosotros, sacadas de foros, grupos de Facebook o buscadores. También publicamos capturas de pantalla de novelas o programas”. La estrategia del perfil es la del onanista temeroso y derrotado, tan convencido de su fetiche como aterrado por la latente extrañeza que puede despertar en sus tristemente heterocélebres patones su obsesión por los pies inodoros: “#LosFansPiden que el bello, carismático, humilde y talentoso @LeandroLeunis suba una #SelfieDescalzo de cuerpo entero” sale a decir a diario, por ejemplo. De esta forma, cambia el destinatario, pero no desaparecen nunca esos adjetivos “sobrecalificadores”, porque para este estudiante de traductorado de inglés que trabaja en el microcentro porteño y fantasea con lamer las hawaianas pulcras de su locutor favorito, todos ellos son, siempre, bellos, talentosos, simpáticos y —el más polémico y sin dudas disparatado de los epítetos— humildes. “@PiesMasculinos fue creada para compartir pies limpios y cuidados. No hay desnudos, ni malas palabras. Si algún seguidor se comporta así, lo bloqueo. Quiero preservar el orden y el respeto”, asegura. Le costó convencer al ¿cantante? Emanuel Ortega y le costó convencer al ¿modelo? y ex Big Brother local Pablo Heredia: sin embargo, cachó una escena de la telenovela Camino al amor con el ¿galán? Mariano Martínez descalzo. Publicó la imagen, arrobó al actor “y una grata sorpresa es que él empezó a seguirme”. Cholulismo pédico y deseo desinfectado en una fototeca deliberadamente “no gay”: colaborar con la empresa garantiza para muchos de los que acceden a mostrarse no tener que salir del armario jamás y ser cancheros en una justa, fresca y desodorizada medida. Son varoncitos indiscutibles, con pisos de madera aislante, zapatillas de primeras marcas, paraísos playeros enfrente o televisores gigantes con mesitas ratonas sobre las que exhiben una podología de colección: en la era del porno casero, @PiesMasculinos evade las escenas de succión y promueve la contemplación renacentista; al parecer, acá sí que nadie chupa ni sustituye manos por quesos para la tarea masturbatoria. Dos plantas de piecitos aniñados, dibujadas con espíritu de jardín de infantes y habilitadas para hacer las veces de invitación a fiesta de cumple de 7 añitos, componen el logo. “Uno de los pocos famosos que reaccionó mal fue Federico Bal. Primero compartió mi pedido con todos sus fans y agregó ‘¡Qué morbo!’. Al poco tiempo subió una foto de sus pies porque quiso, así que no sé por qué hizo tanto escándalo.”
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