A LA VISTA
El presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, se preguntó: “¿Gallardo tiene sida, que no puede pasar al vestuario?”, aludiendo a que por una suspensión no permitían el ingreso a los vestuarios del DT Marcelo Gallardo en el partido de la Copa Libertadores.
› Por Gustavo Pecoraro
Señor D’Onofrio, le quiero contar que exactamente desde el año 1993 convivo con el virus del VIH. Desde aquel año hasta hoy –no pretendo que lo recuerde– nos hemos encontrado en un mismo avión a un asiento de distancia, un día caminamos por la misma vereda y casi nos chocamos al parar ante el semáforo, un verano me bañé en la misma pileta que su madre, hace como tres meses respiré el aire viciado del mismo subte en el que iba su hermano, una tarde usé el ascensor con el que su hija bajó en un piso 7. Si mal no recuerdo, hace como dos años nos volvimos a ver en una fiesta y el mismo mozo que me ofreció un canapé al rato se lo ofreció a Ud. Ah, y esto es gracioso, con uno de sus colaboradores trabajamos en el Instituto de Sida de la UBA. Probablemente se hayan dado la mano en reiteradas oportunidades: él habla muy bien de usted. Conmigo es más afectuoso, incluso hasta me besa en la mejilla todas las mañanas a pesar de que soy bostero.
Al leer sus declaraciones en el diario me preguntaba a qué se referiría con eso de “¿Gallardo tiene sida, que no puede pasar al vestuario?”. Vivir con VIH no me hace aguafiestas, así que traté de encontrar cuál era el chiste. Pero no hay caso, lo que dijo es estrictamente literal: la única razón extrema por la que podrían no dejar entrar a un vestuario a Gallardo sería el sida. Literal: el que tiene sida debe esconderse, o se le debe negar la entrada, se lo debe excluir para proteger al resto de la humanidad, de lo contrario, la humanidad debe protegerse de él. Y entonces, concluí: Ud., presidente, es un ignorante. Pero además un discriminador prehistórico. Repita conmigo: el VIH no va por el aire como los panaderos, ni se transmite con un roce o un abrazo. Menos que menos si miramos fijo a otro.
¿Estaban culeando en el vestuario? ¿Organizaron gang bang? ¡Pillos! Podrían haber avisado, llevaba forros. De esos que el Programa Nacional de Sida distribuye gratuitamente en todo el país o los que distribuye el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Le cuento algunas cosas más: el sida significa Síndrome (un conjunto de síntomas) de Inmunodeficiencia (que ataca al sistema inmunológico) Adquirida (no es hereditaria, sino causada por un virus), es provocado por un virus que se llama HIV o VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). El VIH se encuentra en todos los líquidos orgánicos de aquella persona que tiene el virus: sangre, semen, saliva, lágrimas, leche, calostro, orina, secreciones uterinas y vaginales y el líquido preseminal. Pero solamente la sangre, el líquido preseminal, el semen, fluidos vaginales y la leche materna presentan una concentración suficiente como para producir la transmisión.
Y por último le cuento algo que parece que no viene al caso pero viene: la Ley Antidiscriminación Nº 23.592 prohíbe cualquier forma de discriminación, quedando de este modo incluida cualquier práctica de exclusión arbitraria hacia las personas que vivimos con el virus. Además de despedirme aconsejándole el uso de preservativos siempre, también le recomiendo que cuide la lengua, no sea cosa que termine en cana y no lo dejen entrar al vestuario...
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