SALUD
Avances disponibles en materia de prevención del VIH: tests de tercera y cuarta generación que permiten detectar infecciones en tiempo record. Y recomendaciones en torno de la profilaxis antes y después.
› Por Matías Máximo
Hace 30 años se pusieron a punto las primeras pruebas de laboratorio para detectar anticuerpos contra el VIH, lo que marcó un eje de partida en el largo camino de acceso a la información para borrar estigmas. Desde entonces las investigaciones prometen la desaparición del virus y también la vacuna, aunque los expertos son prudentes y prefieren hablar, por el momento, del fin del status de epidemia en muchas partes del mundo.
La “Presentación de informes sobre los avances en la respuesta mundial al SIDA 2015” (un informe anual que hace la Onusida) plantea como uno de los objetivos de este año “reducir en un 50 por ciento la transmisión sexual del VIH”. El informe, que se puede visitar online, dice que los compromisos con la respuesta al sida deben seguir aumentando para acabar con la epidemia en 2030. Y señala que “se perpetúa principalmente a través de la transmisión sexual de la infección a las generaciones sucesivas de jóvenes” y que “un sólido conocimiento sobre el VIH y el sida es un requisito esencial, si bien en ocasiones insuficiente, para adoptar comportamientos que reduzcan el riesgo de la transmisión del VIH”. SOY navegó por los flujos de información reciente de Norte a Sur. Aquí un relevamiento de lo que hay disponible en materia de prevención.
En un noveno piso de Chelsea, a pocas cuadras de donde fue la revuelta de Stonewall Inn, funciona la “Latino Comission on Aids”, una de las organizaciones que acompañan a las personas que viven con VIH en Nueva York o que quieren prevenirlo. Gustavo Morales, director de cuidados médicos, pincha un dedo y dice que vino de Puerto Rico hace dos años para tener la experiencia de un tiempo en otra ciudad: “Con la gota de sangre y en sólo un minuto, el Insti puede identificar infecciones contraídas en un período de tres meses, o dos meses y medio. Es lo que se llama de testeo de ‘tercera generación’ y detecta si hay anticuerpos que tu organismo esté produciendo para atacar el virus. Este método tan rápido se usa por lo general para la comunidad médica que se clava una aguja o casos en los que se quiere un resultado automático”.
Por convención mundial se establece el lapso de tres meses como el momento en que la mayoría de las personas desarrollan anticuerpos contra el VIH detectables. A este periodo se lo llama “ventana” y por él es que se precisa el test Elisa (ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas) para un resultado confiable. Morales pincha otro dedo: “El estudio de ‘cuarta generación’ es más moderno y puede detectar en 20 minutos el virus. La diferencia es que también busca antígenos, que se forman antes que los anticuerpos y permiten saber si hubo infección en un período de aproximadamente 40 días”.
Los veinte minutos son todo a la vez: rápidos y eternos. Son veinte minutos: “Todas las pruebas instantáneas son de tipo ‘Elisa’. En caso de dar positivo también analizamos con la ‘Western Blot’”. Con lo que tiene a mano, Morales se para y ejemplifica: “La prueba Elisa hace esto: ‘aquí hay algo suave, aquí hay algo duro, aquí hay algo más blando’. La ‘Western Blot’ dice ‘esto es suave porque es una cortina, esto es más duro porque es una pared y esto es blando porque es un brazo’. El Western detecta cosas que el rápido no tiene capacidad, pero el rápido ayuda a empezar antes con los tratamientos y hace ganar un tiempo crucial”.
El Western Blot es un test confirmatorio que sólo se hace si el Elisa da positivo. Puede dar un resultado positivo, negativo o indeterminado, y los resultados indeterminados no son positivos ni negativos: generalmente significan que una persona recién comienza la conversión serológica en el momento en que se le hace la prueba. En los raros casos en que esto pasa, debe repetirse la prueba un mes después. En lugar de la prueba WB se puede usar el ensayo por inmunofluorescencia indirecta (IFA). Ambos métodos detectan la presencia de anticuerpos en una muestra de sangre, pero para el segundo se usa un microscopio y el resultado puede estar más rápido.
En las góndolas de las farmacias neoyorquinas y por 42 dólares se pueden comprar tests como el Oraquick, que es un hisopo que detecta el virus con la saliva. Es de tercera generación, lo que significa que, al igual que el INSTI, es efectivo para detectar el virus en períodos de tres meses. La caja del test da consejos: “La mayoría de la gente se pone un poco nerviosa cuando se hace la prueba del VIH. Si le causa mucho nerviosismo, quizá sería más conveniente hacérsela después de acudir a su doctor o a una clínica”.
En Buenos Aires el test de 20 minutos de tercera generación se puede hacer en Nexo y ATTTA (Callao 339, 6to.), en el Centro de Atención Primaria de Villa Lugano y en el Hospital Ramos Mejía, entre otros hospitales que se van sumando. Es importante repetir el test a los tres meses si el resultado es no reactivo.
La PPE está disponible en Argentina desde el 2000 y es altamente efectiva para prevenir el VIH. “La posibilidad de contraer el VIH es menor del uno por ciento si se toma la profilaxis tempranamente. Se debe iniciar antes de las 72 horas porque hay evidencia biológica que desde el momento en que te exponés a una situación de riesgo se necesitan aproximadamente tres días para que el virus sea recogido por una célula dendrítica, lo lleve hasta el ganglio más próximo y ahí lo presente a todos los linfocitos y los infecte. Entonces se vuelve imposible frenar la situación”, dijo a SOY Omar Sued, director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped. “Lo que hay que saber antes de empezar la PPE es la importancia de terminar el tratamiento. En las estadísticas el personal médico que inicia PPE suele tener una mala tolerancia a continuar con la medicación, porque no es nada lindo tener que tomar medicamentos por un accidente de trabajo. Pero en los casos de PPE sexual que recibe la pareja de una persona con VIH, la tolerancia es mucho mejor”, explicó Sued.
El cóctel de PPE está compuesto por antirretrovirales que deben tomarse por 28 días, cumpliendo un régimen de horarios. Está incluido dentro de los planes de salud y cualquier persona que llegue a pedirlo a un hospital público será atendida o derivada a donde el cóctel esté disponible. Si después de terminar un tratamiento se vuelve a pasar por una situación de riesgo, la PPE puede repetirse, aunque la asesoría médica apunta a que sea una alternativa para casos de emergencia y no algo recurrente, ya que entre las contraindicaciones aparecen molestias en el estómago. “En algún momento se planteó resistencia a indicar PPE sexual. La gente decía ‘¿qué va a pasar?, las personas van a salir a tener sexo sin protección y van a venir a buscar la PPE todos los meses’. O también se escuchó ‘¿ahora tenemos que pagarle la PPE a las personas que tienen sexo sin preservativo?’. Después se vio que no es así, que la disponibilidad de la PPE no aumenta el riesgo de exposición, porque las personas no salen a exponerse simplemente porque existe un tratamiento”, dijo Sued.
Morales cuenta que hace dos meses decidió empezar a tomar el PREP como un método para sumarle a la profilaxis del preservativo, que usa con su pareja que es VIH positivo: “El PREP fue aprobado por el gobierno de la ciudad de Nueva York en 2012 y se trata de una pastilla diaria. En mi caso, tomo Truvada, que ingerida todos los días y de forma regular previene el contagio en niveles altísimos. Es como una pastilla anticonceptiva pero de VIH”.
Organizaciones como aquellas en las que trabaja Morales dan Truvada de forma gratuita después de análisis de sangre y control médico. En el protocolo no se pregunta por qué razón se pide el tratamiento, si es por tener relaciones entre hombres o por estar en situación de prostitución. Sólo se contraindica cuando aparecen factores como insuficiencias hepáticas, por ejemplo, y se advierte que al principio puede traer algunas contraindicaciones como dolores de cabeza.
“La profilaxis pre exposición, consistente en administrar drogas ARV a personas VIH negativas, ha sido objeto de intensos debates en los últimos años, a raíz de los resultados contradictorios generados en diferentes estudios. Mientras que los estudios que incluyeron a hombres que tienen sexo con hombres (HSH) presentaron en general resultados favorables, los estudios en parejas heterosexuales mostraron resultados mixtos, con mayor efecto protector en hombres que en mujeres”, escribió Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped, acerca de la Conferencia anual sobre retrovirus e infecciones oportunistas (CROI) 2015.
En varios artículos internacionales se dice que el PREP (al igual que en algún momento pasó con el PPE) podría generar que las personas dejen el uso preservativos y que se potencien otras enfermedades de transmisión sexual. “Los estudios dicen que no es así, en particular con la población de mujeres del sur de los Estados Unidos se está teniendo buenos resultados y cumple con la medicación. Lo que aún se estudia es una forma de administración alternativa, que es tomar Truvada un día antes de la exposición al sexo con riesgo y dos días después”, dijo Morales.
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