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Rito iniciático hacia la edad adulta, devenir del o la guerrera que se embellece y al mismo tiempo se hace temible para el combate o una manera especial de ornamentar y resaltar ciertas zonas.
Gaby de Nosferatu
Galería Bond Street Local 24/26 Subsuelo
Santa Fe 1670
4812-8330
Uno de los pocos que hace cualquier tipo de perforación, incluso los temidos surface (ingle, panza, nuca). Aprendió hace 13 años experimentando con él mismo “porque para dar dolor hay que conocerlo en carne propia. Soy un enamorado de mi arte, lo disfruto porque embellezco a la gente”. Su de-safío, perforar genitales: clítoris, labios vaginales y, desde el escroto hasta el frenillo, “lo que quieras, incluso la cabeza, aunque es incómodo, duele mucho, corrés el riesgo de romper el condón, y tardás 20 días hasta poder tener relaciones sexuales”. Leyenda o realidad, el más usado en la zona se llama Prince Albert, porque el ex de Lady Di lo tiene. Para las chicas superpoderosas que se atreven a tener uno en el “capullo clítoris”, Gaby promete satisfacción las 24 horas del día. Por favor, ir depiladxs y limpitxs.
Jose de Los Compadres
Local 11 B Galería Bond Street
Santa Fe 1670
4814-4090
Reconoce el origen de los pueblos etnográficos de estas colocaciones “que se atraviesan todo el cuerpo”. “Me gusta perforar la tetilla de manera vertical u horizontal porque es fácil de curar y desinfectar, en 30 días está ok. O la lengua, que es superpersonal, nadie lo ve, y en el sexo oral hace una diferencia en el placer. Pero hay que tomar antiinflamatorios porque durante 4 o 5 días se hincha.” Jose recomienda usar siempre acero quirúrgico 316 L de mayor pureza o el teflón médico, y las marcas importadas como Wildcat o Industrial para que el cuerpo no rechace la colocación. “Comencé hace 15 años en un viaje a Europa y me alucinó cómo quedaba.” Aunque no hay edad para ponerse un piercing y una colocación con la pieza arranca desde $ 30, “esto no es para gente sensible o con poca resistencia al dolor”.
María de Luis Lorenzo Tattoo Estudio
Av. Corrientes 1382 Local 27
4371-3518
Es una de las pocas mujeres en este oficio en el país, y una de las más jóvenes. Sin embargo, María, que estudia medicina, le encanta la anatomía y aprendió a perforar con Agustín D’Atri, es muy sensata y responsable: “No hago nada donde podría producir un grave dolor o una lesión irreversible. Ni surface, ni genitales. Es demasiado peligroso y doloroso. No los recomiendo”. Su especialidad es el ombligo, porque “es una zona cómoda para trabajar la colocación, realmente no duele mucho y queda preciosa, tanto en chicos como chicas, que pueden lucir piezas con strass o colores. Es un arma de seducción”. Otra cuestión a atender es la temporada: como el tatuaje, es mejor “hacerse la colocación en el otoño o el invierno para que esté curada en primavera-verano y poder tomar sol o meterse al mar o a la pileta”.
Diego de El Hombre Ilustrado
R. Falcón 6829
4070-6249
Diego lleva 15 años en esto y 10 en la zona de Liniers con su propio local. Su leitmotiv es “nivelar para arriba”: “Hay muchos colocadores truchos. Algunos luchamos para no ser parias sino profesionales de acuerdo con la reglamentación y las habilitaciones necesarias, trabajo de acuerdo con la ley y con las normas que legislan nuestra disciplina; aunque yo ya contaba con los conceptos sanitarios, soy tatuador hace incluso más años. Me tomo mi trabajo de manera solemne, dándole el respeto que le dan pueblos etnográficos de los cuales yo me enamoré y a partir de los cuales yo empecé con mi propio cuerpo”. Sabe hacer toda suerte de perforación y pocas lo amedrentan, pero prefiere lo que sólo sea piel estrictamente porque no le trae riesgo para el cliente, “y evito problemas legales. Hay zonas de riesgo”.
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