ENTREVISTA
Esta semana se proyectó en el Festival de Cannes en Buenos Aires Love, la última película de Gaspar Noé que combina cine de autor con sexo explícito, romances, tríos y orgías con un clima de porno en 3D que sacude la moralina tradicional y las pujas de poder en la monogamia. En su visita a la Argentina, SOY dialogó sobre el proceso del film, las críticas y los escándalos que provocó todo este amor en la pantalla grande.
› Por Alejandro Dramis
Hace años se rumoreaba que Gaspar Noé quería dejarlo todo para dedicarse al porno, y algo de eso resuena hoy al ver Love, su última película, que se estrenará próximamente en Buenos Aires. La historia es sencilla: Murphy, un joven norteamericano que estudia cine en París, despierta el 1 de enero con un llamado telefónico de la madre de su ex novia Electra, preocupada por no saber nada de su hija durante los últimos meses. El inesperado llamado revive en él un pasado tormentoso y pasional que, a pesar de no estar tan alejado en el tiempo, lo está con respecto a su aburrida situación sentimental actual con su pareja Omi, madre de su hijo de dos años. Murphy dedica las dos horas que restan del film a recordar los momentos más intensos de su relación con Electra, abundante en drogas, sexo explícito, eyaculaciones varias, orgías, clubes sexuales y tríos, en uno de los cuales conoció a Omi, embarazada luego por accidente.
Noé nos tiene acostumbradxs a un cine crudo, brutal, extranjero en cualquier tierra. Construye una poética visceral que en 24 cuadros por segundo hace estallar toda represión interior dejando expuestas las miserias más humanas, la búsqueda desesperada del placer a cualquier precio, la violencia en sus variadas manifestaciones, los sueños y las pesadillas más inefables y profundas que habitan en nosotrxs. Pero en Love las cosas son distintas. Love se parece mucho más un manifiesto visual y explícito sobre el deseo libre y la desnudez de los cuerpos, sobre la deconstrucción del concepto tradicional de pareja y la sexualidad normalizada que cualquier otra cosa. Autorreferencial, íntima y mucho más accesible que las anteriores Solo contra todos, Irreversible o Enter the Void, Noé traza un camino sencillo del retrato de la decadencia de la familia occidental, de los tabúes sexuales, evitando grandes discursos y trabajando con la pasión en carne viva, tal como se le escucha decir a Murphy algunos minutos antes de eyacular abundantemente frente a la cámara, salpicando de semen 3D al público: “Una verga no tiene cerebro. Una verga sólo tiene un propósito: coger”. Catalogada por muchxs críticxs como el “primer film porno en 3D” (¿se olvidaron de varias películas que detentan ese rótulo, habrán querido decir que fue el primer film porno 3D en proyectarse en Cannes, o que es el primer film porno “de autor” en 3D?), los escándalos que suelen provocar las películas de Noé no tardaron en aparecer al grito pelado de pornografía y censura.
Mirá, la realidad es la realidad. Cuando yo hago el amor o mis amigos hacen el amor, eso no es porno. Hacer el amor es hacer el amor, estar enamorado es estar enamorado, y la película es sobre una adicción afectiva y yo no veía cómo se puede hacer una película sobre una pasión amorosa sin representar el contacto carnal.
Ese es un gag, hay un gag principal en la película que es ese. A partir de que supe que iba a hacer la película en 3D me dije “aprovechemos que salga algo de la pantalla”, pero si retirás ese detalle de la película, el resto no cambia. Love, que inicialmente tenía que ser un melodramón, muy sensual, carnal, terminó siendo más divertida que lo que había pensado, y eso es por el carácter del actor principal.
Mirá, ni siquiera es un grupo de conservadores. Es un tarado de extrema derecha que es un ex abogado que quiere existir, y que cada vez que hay una película que tiene contenido sexual busca subirle la clasificación, algo que me parece totalmente anacrónico. Irreversible era mucho más traumática y violenta y está clasificada como prohibida para 16. Love está prohibida para 18, cuando no hay nada que no sea sentimental y en todo caso, la única violencia que hay es verbal, cuando los protagonistas se pelean por celos.
Desde que apareció internet cierta gente perdió el control de la censura y justamente por eso se pusieron más duros que antes, porque quieren mostrar más aún que tienen el control. Pero a partir de que las películas entran a internet cualquier persona de cualquier edad puede verlas. Las imágenes de sexo y de amor que la juventud ve hoy en internet son totalmente frías y desconectadas de la realidad, y me parece mucho más sano mostrarle a un público joven imágenes que se parezcan más a la vida sentimental. No sé lo que será del futuro de Francia, pero allá hay como un sentimiento de algo pesado que está recién empezando, que no es algo que se va a interrumpir hoy, sino que es un proceso a largo plazo.
Conozco situaciones similares de la propia vida, tengo amigos que están apasionados por sus novias travestis. La verdad es que las travestis son gente muy divertida, y la secuencia terminó siendo cómica, no tanto porque estaba así escrito en el guion, sino porque ella trajo su energía y esa secuencia pasó a ser una de las más divertidas de la película, pero no me burlo de nada. Yo no soy ni homofóbico, ni transfóbico. Al comienzo, para los papeles principales, pensé que lo mejor sería tener una pareja preexistente que fuera un poco exhibicionista y no los encontré. Después conocí chicas, chicos, y por supuesto cuando la vi a Aomi (Muyock) le propuse el papel y ella me dijo que no, que no quería hacer la película. Seguí buscando y a último momento ella cambió de opinión. Casi que ella y Murphy se besaron por primera vez frente a la cámara.
El personaje sería como un hermanito mío, a veces me reconozco en él y de ratos no. Pensé que si es un estudiante de cine, si se presenta como un director pero en realidad no dirige nada, lo que lo salva es que tiene buen gusto, y puse todas las referencias de las películas que a mí me marcaron y que yo admirada cuando tenía 20 o 25 años. La película, pese a lo que la gente pueda decir, me parece que es más honesta que las anteriores, porque hablo de una realidad que conozco. No fue tanto provocar sino marcar lo que es el derecho: esta es la vida, la ponemos en una pantalla, y no me autocensuro porque no veo cuál es el problema. Enter the Void es más como un viaje mental, Irreversible fue como una oportunidad, no sé si es una película oportunista, pero es más una película que cuando la concebí, la hice casi como un chiste y nunca pensé que podía tener el éxito comercial que tuvo. Love es como un viaje hacia la realidad.
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