ES MI MUNDO
Son pocas, es cierto, y les cuesta el doble que al resto todavía. Tienen que ser mejores que las mejores o tener una estrella especial que las proteja de todos los males. Pero cada vez son más las artistas trans que llegan a la cima. Así como en nuestra farándula brilla una Florencia de la V, convertida en una diva que viaja a la isla de Caras, acumula tapas de revista, puntos de rating y records de taquilla, en el resto del mundo cada vez más estrellas transexuales consiguen ocupar el espacio que merecen entre las celebridades. El cambio de sexo muchas veces viene acompañado de la fama, y de las posibilidades económicas que ésta trae. La imagen de estas artistas en los escenarios, en las pasarelas y en los medios, dice más que mil palabras para los oídos sordos de aquellas personas que todavía no comprenden que todas las personas tienen derecho a ser, a construirse y a modificarse para sentirse bien con lo que son. ¿No es eso crecer? Interesadxs en crecer, no pierdan de vista la carrera en ascenso de estas cuatro chicas: una de las cantantes del grupo Hercules & The Love Affair, otra cantante que es una Kylie Minogue coreana, una israelí ganadora del festival Eurovisión y una rubia con muñeca propia que ha sido la inspiración suprema para el fotógrafo David La Chapelle y varias marcas de maquillaje. No todas prometen por una única y sencilla razón: ellas ya cumplieron.
› Por Gustavo Lamas
Es cierto que tiene algo de la Leevon Kennedy. Pero Amanda Lepore es la transexual que más factura en el mundo y ha sabido hacer de su imagen un gran negocio. Nació como Armand y decidió cambiarse de sexo de adolescente al ver un especial en la tele. Un psiquiatra la autorizó al cambio y a tomar hormonas que en realidad ya venía consumiendo gracias a intercambiarlas por ropa con un amigo del barrio. La intervención de reasignación de sexo fue a los quince y a manos de su novio del momento, un cirujano plástico. Estuvo casada con un librero y fue ama de casa. Pero lo de ella era otra cosa: la fama. Mientras las diversas operaciones estéticas se multiplicaron, empezó a intervenir en el mundo de la moda y a ser invitada fija a las fiestas de las celebrities. Fue la imagen de varias marcas como Heatherette, los cosméticos MAC, los relojes Swatch y los jeans Mego. Es la musa del fotógrafo David La Chapelle. Ha puesto su voz a varios temas propios como “Champagne” y “My Hair Look Fierce” o cantando con otros como Cazwell o Larry Tee. Pero la cosa no termina ahí. Lanzó varios productos, desde una muñeca hasta su propio perfume de lujo, con envase de cristales y una pizca de champagne Crystal en la fórmula, por el módico precio de 950 dólares. Una ganga.
Ahora su imagen se multiplica en las páginas de las revistas más top del mundo gracias a ser la cantante trans de la revelación ‘08: Hercules & The Love Affair. Pero antes de este reconocimiento actual, Nomi tuvo que pasar por un largo derrotero. Se crió en un barrio de Brooklyn. Tras la pérdida de su padre quedó en manos de su madre y un hermano machista. Recuerda que aprendió a cantar casi antes que a hablar y que durante su infancia complicada la música fue su mundo de fantasía y escape. Lo que sonaba en el barrio era hip-hop, así que adoptó esa música como base para cantar sobre su niñez y la relación con los hombres desde una óptica femenina. En su álbum debut Lost in Lost (2005) se entiende por qué sus referentes son Mary J. Blige y Lauryn Hill. Cuando la convocaron para participar en Hercules & The Love Affair se sorprendió por su falta de background dentro del house, aunque sintió que podía interpretar esas canciones a través de la disco music que permanecía en su inconsciente. Nunca pensó que ese grupo under de NY iba a llegar tan lejos. Ahora que su figura trascendió, prepara un nuevo disco solista que, seguramente esta vez, no pasará desapercibido.
¿Se acuerdan de Ofra Haza, esa especie de odalisca house con su hit “I’m Nin Alu”? Era israelí, igual que el pequeño Jaron Cohen que quedó hipnotizado frente al televisor al verla en el festival Eurovisión. Ese fue el disparador para una carrera artística y también para reafirmar que quería ser mujer, algo que asegura vio con claridad sin llegar a ser un conflicto de identidad. En sus primeras incursiones en los clubes de Tel Aviv, se fascinó con la música pop de la época y con la ambigüedad de artistas como Boy George. En alguno de esos clubes dio sus primeros pasos como drag queen y pronto el DJ Oler Nilsen la hizo entrar en la industria discográfica. Su primer gran éxito, “Saida Sultana”, era un cover de Whitney Houston y tenía la base del tema de Chimo Bayo “Así me gusta a mí”. Con sus primeras ganancias viajó a Londres para practicar el cambio de sexo. Jaron pasaba a ser Sharon, aunque para el público sería Dana International. El éxito se contagió a Egipto y Jordania, donde la prohibieron por mal ejemplo para la juventud, causando el efecto contrario y logrando vender millones de casetes piratas. En el ‘95 tuvo su primera chance en el festival Eurovisión, pero quedó segunda, a pasitos del triunfo. En el ‘98 tuvo revancha y lo ganó con el tema “Diva” que interpretó vestida por Jean Paul Gaultier. Esa fue la llave para que Dana pudiera desarrollar una carrera internacional que continúa hasta hoy.
Lee Gyeong-eum era un chico coreano que viajó a Japón para estudiar peluquería. Allí concretó su operación de cambio de sexo y se rebautizó como Harisu, un derivado de “Hot Issue”, si lo entonamos con acento oriental. Por esos años ingresó al mundo del modelaje y fue la cara de la marca de maquillaje Dodo. Al tiempo grabó su primer disco, Temptation (2001), convirtiéndose en la Kylie Minogue oriental. Regresó a su Corea natal e incursionó en el cine, interpretando papeles en éxitos de la pantalla grande de Oriente como Yello Hair 2 o Possesed. Su condición transexual fue parte de la estrategia de marketing para su ascenso. Algo un poco conflictivo dentro de los cánones de la sociedad en la que vive. Pero ella está dispuesta a ser un referente y a contribuir a la tolerancia de la diversidad. Cuando le consultan sobre su decisión, dice que no tuvo demasiado conflicto familiar y aconseja a quienes están en la duda que no se sientan atrapadas en un cuerpo extraño: “Tomar la decisión con la naturalidad de la que se decide ser maestra. El cambio está en tus manos, sólo necesitas tener la convicción”. En 2007 se casó con su novio rapero Miki y además mostró su generosidad cuando financió la operación a una transexual china, a la que sólo le impedía el cambio su falta de recursos.
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