Somos tortas públicas. Mónica trabaja en la universidad, que es un ambiente relativamente amable para estar afuera. No somos de exhibirnos públicamente, en el colectivo, en reuniones, pero no por miedo sino porque no nos gusta tanto franelearnos delante de gente. Si un flaco en la calle me dice: “¡Qué linda tu hija!” (como ha pasado), Mónica es de contestar: “Sí, yo me la cojo”. Ahora estamos buscando un bebé. No nos bancamos a la torta maestra ciruela que te quiere uniformar estéticamente. Tampoco a la lesbiana pura cepa, ésa para la que si te curtiste a un tipo, no sos lesbiana pura. Como colectivo solemos ser muy estrictas con los casilleros, el lenguaje, la prohibición de incluir hombres en las reuniones. Suena re viejo pero sigue pasando un montón. Sobre todo es insoportable esa postura de nombrar todo en femenino.

“Oración de la lesbiana”
(Mónica Sterki)

Tu nombre invocamos
Madre lesbiana, bendice nuestra vida
Y a todas las hermanas.
Libéranos del patriarcado
Y de aquellos mandatos
Que nos han esclavizado.
Derrama tus dones
Sobre nuestras acciones
Y déjanos caer en tentación
Cada vez que una lesbiana
Nos agite el corazón.
No nos permitas llegar
Al lecho equivocado.
Y si así sucediese
Danos fuerzas
Para salir sin dañarnos
Por el poder de Safo
Amén.