"Generar temor es lo que no hay que hacer para prevenir una pandemia. El terror infundado tiende a producir conductas irracionales y lo que se necesitan son actitudes concretas, únicas y claras", dice Marcelo Losso, médico infectólogo, jefe del Servicio de Inmunocomprometidos del Hospital Ramos Mejía, en donde se elaboró una guía para pacientes del Servicio que comienza advirtiendo: "Es importante estar prevenido y saber que la gran mayoría de los cuadros de gripe resuelven sin secuelas luego de unos días de síntomas". La mayor parte de estas recomendaciones son las que a diario se pueden escuchar o leer en radios o medios de comunicación: cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, lavarse las manos a menudo, especialmente después de toser o estornudar, evitar tocarse los ojos o la boca y evitar el contacto cercano con personas que presenten síntomas. Pero hay otras, más específicas, que está bueno tener en cuenta:

EVITE las visitas innecesarias al hospital.

VACUNESE todos los años contra la gripe estacional. (Aun cuando la recomendación es vacunarse antes de que comience el invierno, frente a esta situación particular hacerlo durante el mes de julio tiene sentido)

Si está enfermo, consulte por teléfono y quédese en casa por 7 días a partir del comienzo de los síntomas. Si puede, permanezca en su casa en un ambiente separado del resto de los convivientes. Esto se hace para evitar infectar a otros y propagar más el virus.

SI USTED PRESENTA FIEBRE de 38º y 2 o MAS DE LOS SIGUIENTES SINTOMAS: Tos, dolores musculares y/o articulares, congestión nasal, dolor de garganta, vómitos y/o diarrea, dolor de cabeza. Debe consultar por teléfono o bien asistir a la consulta; concurra en lo posible con un barbijo y anúnciese cuando llega al médico para evitar retrasos en la atención y así disminuir el riesgo de contagio a otros.

SIGNOS DE ADVERTENCIA IMPORTANTES QUE REQUIEREN ATENCION MEDICA INMEDIATA: Dificultad para respirar o "falta de aire", dolor o presión en el pecho o el abdomen, mareo repentino, confusión, vómitos fuertes o constantes, síntomas similares a los de la influenza o gripe que mejoran pero luego regresan con fiebre y una tos peor.