“Los recuerdos son como espectador en los ’80, cuando iba a ver los trabajos de Tortonese, Urdapilleta, Batato... Empecé a trabajar con Rubén Szchumacher programando el área de teatro, hasta que me hice cargo del área. Le guardo mucho cariño, es una institución con el espíritu de poder hacer las cosas, aun en momentos difíciles como la apertura democrática. Tiene mística, siempre fue un espacio libre. No reflexioné sobre si aporté o no con la temática gay: simplemente los hechos artísticos se producían y siempre fue el espacio propicio para hacerlo.”
Tantanian
“En el Rojas creé el espacio de la Fotogalería (1995) y previamente el área docente de Fotografía. La Fotogalería resultó ser un lugar de proyección para la nueva generación de artistas fotógrafos, y creo que funciona como un marco de pensamiento sobre la fotografía. También sumé un conjunto de buenos fotógrafos-docentes, que llevan adelante talleres formativos y de producción muy buenos y con muy buena respuesta. Todo esto produjo efectos hacia adentro y hacia afuera de la institución, me parece que abriendo el campo de la fotografía e integrándola con otras disciplinas y formatos. Por ejemplo, la coexistencia de una Fotogalería con un espacio de plástica en los años ‘90, ambos dirigidos por artistas, fue un fenómeno precursor de mucho de lo que se empezó a ver después en la escena de las artes visuales en Buenos Aires. En cuanto al aporte a la diversidad sexual, diría que lo gay forma parte del ADN cósmico del Rojas desde el vamos: Leopoldo Sosa Pujato fue el creador del centro, Batato Barea y Gumier Maier eran dos cabezas descollantes, además del verborrágico Daniel Molina, Rubén Szchumacher, luego yo y varios/as más. Pero en este sentido creo que el mayor aporte está en el hecho de haberse cultivado el desprejuicio y cierta mirada festiva o celebratoria desde todas las áreas del Rojas. O sea: lo gay no sólo como sexualidad, y completamente integrado en el laboratorio, que es un centro cultural. Todo esto con la marca de la Universidad de Buenos Aires.”
Alberto Goldenstein
“El Rojas es como las propagandas de jabones: hay un antes y un después... hasta la piel me cambió. Desde El Teje, donde jugando aprendo y experimento formas de expresión, hasta encontrarme con Noy, por ejemplo,
tejiendo. Es abrir la puerta para ir a jugar y encontrarme con amigos y colegas. Punto de encuentro, reflexión y gestación de nuevos proyectos, siempre. Es donde soy y mis expresiones artísticas fluyen. Hasta el amor me llegó en el Rojas.”
Julia Amore
“El Rojas significó en lo personal el espacio que me abrió las puertas de mi desarrollo artístico y cultural. Trabajé ahí 15 años como docente y artista, y fue mi plataforma de lanzamiento como Mosquito Sancinetto. Los aportes del Rojas a la cultura son trascendentes; mientras que en sus primeros años fue contenedor de los jóvenes, hoy es el museo de arte moderno que nuestra ciudad merece, por ello creo que sus actividades merecen mayor difusión y prensa. El Rojas está haciendo mucho para la diversidad sexual, sobre todo para el colectivo trans. Bienvenido sea.”
Mosquito Sancinetto
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