Dom 14.10.2007
turismo

AUSTRALIA > LA CIUDAD DE MELBOURNE

Marvellous Melbourne

La llaman “Melbourne maravillosa” desde mediados del siglo XIX, cuando conoció un desarrollo asombroso para la ciudad donde poco antes se asentaban tribus aborígenes. Desde entonces, creció hasta convertirse en la pujante segunda ciudad australiana.

› Por Graciela Cutuli

Una gran ciudad verde, surcada por un río, cosmopolita y volcada al culto de las celebraciones deportivas y de las artes. Podría ser el ambicioso proyecto de un urbanista para la ciudad modelo del siglo XXI, pero los mapas revelan que es un sueño que ya existe: es Melbourne, la segunda ciudad más grande de Australia, y una de sus capitales culturales siempre en constante innovación.

Mucha agua corrió por el río desde 1835, cuando John Batman llegó a orillas del Yarra, donde todavía había tribus aborígenes, y eligió el emplazamiento para la fundación de nueva ciudad: probablemente ni él imaginó los cambios profundos y el espectacular desarrollo que tendría la ciudad recién nacida –más tarde llamada Melbourne– en poco más de un siglo y medio de historia. Gran parte se debe al espíritu emprendedor de los primeros colonos, a las riquezas derivadas de la fiebre del oro y a la ola de inmigrantes procedentes de Asia y Europa que moldearon su fisonomía, convirtiendo a Melbourne en capital financiera de Australia para fines del siglo XIX (y también capital parlamentaria, hasta la designación de Canberra). Hoy, Melbourne es sobre todo una ciudad vivible, y amigable con el visitante. A fuerza de codearse con culturas de todo el mundo, logró abrir su inicial espíritu victoriano y también se convirtió en una ciudad interesada en las artes, la innovación tecnológica, el diseño y los eventos deportivos: basta recordar que su cancha de cricket (“cricket ground”) es todo un ícono cultural, y que cada año el Abierto de Tenis local, así como la carrera de Fórmula 1, concentran la atención del mundo en los desafíos que se realizan a orillas del Yarra.

Melbournian Banks

El río que divide en dos a la ciudad separa sus orillas, “north bank” y “south bank”, que aunque bien conectadas tienen caracteres diferentes. Es común ver equipos de remo y regatas en las aguas del Yarra, y si se quiere aprovechar un día de buen tiempo es posible alquilar botes para hacer un poco de ejercicio y ver Melbourne desde el agua. Otra forma original son los paseos que se organizan por la ciudad a bordo de motos Harley Davidson, con guías especializados que manejan la moto y a la vez van contando los secretos de los barrios y edificios.

La orilla sur del Yarra está más orientada a las artes y el diseño. De este lado se encuentra la National Gallery of Victoria (el estado que tiene a Melbourne como capital), imperdible por sus colecciones de arte australiano, en particular el arte aborigen, cargado de simbolismos y colores asociados con la tierra y la cosmovisión del castigado pueblo que ocupó primero el extenso y en gran parte desértico territorio australiano. No está muy lejos el Victorian Arts Centre, sede del Australian Ballet y la Melbourne Theatre Company, pero conocido a los no iniciados sobre todo por su imponente aguja, auténtico landmark de Melbourne de 162 metros de altura, que se ilumina por las noches gracias a miles de metros de fibra óptica y miles de lamparitas incandescentes, que recortan una silueta inspirada a la vez en la Torre Eiffel y el tutú de una bailarina.

Vista desde arriba, Melbourne muestra también grandes manchas verdes: son sus parques, donde la ciudad revela su alma inglesa, como en el Carlton Gardens, Yarra Park, Flagstaff Gardens y muy especialmente el conjunto que forman el Royal Botanic Garden con Kings Domain. Especies exóticas, jardines a la inglesa, avenidas arboladas y lagos entre los cuales se levantan edificios de valor patrimonial, estatuas y monumentos lo convierten en uno de los paseos favoritos de Melbourne, y hacen añorar al viajero procedente de latitudes menos afortunadas la riqueza verde de que gozan los habitantes de la ciudad.

La Melbourne

victoriana

Del otro lado del río, hay que recorrer la Melbourne de carácter más victoriano, que se concentra en el barrio en torno a Swanston Street. Aquí se encuentran los principales edificios públicos: la State Library and Museum of Victoria, que data de mediados del siglo XIX, la catedral de St. Paul, de estilo neogótico; el Town Hall –o municipio–, construido gracias a los beneficios aportados por la “fiebre del oro”, la estación de Flinders Street y, notablemente contrastante, el RMIT Building, sede del Royal Melbourne Institute of Technology, que se atrevió a desafiar el clasicismo imperante con colores primarios y líneas geométricas que habrían escandalizado a los arquitectos del siglo XIX. También se divisa la imponente altura de las Rialto Towers, dos enormes rascacielos que superan los 250 metros de altura: en el piso 55 hay una terraza de observación que regala una vista imponente de toda Melbourne.

A pocas cuadras, se puede visitar el Queen Victoria Market, el principal mercado local, que ocupa una superficie de siete hectáreas... en el mismo lugar donde antiguamente existía un cementerio. Hace rato que se acallaron las polémicas por la rareza del emplazamiento, y sólo se recuerda como una anécdota al pasear entre los cientos de puestos que ofrecen una increíble variedad de mercadería fresca procedente de todo el país. El barrio de Swanston tiene también algunas antiguas galerías, como la Royal y la Block Arcade, a pocas cuadras de distancia de Chinatown, el barrio chino. La inmigración china comenzó a volcarse sobre Melbourne en los tiempos de la fiebre del oro, y tuvo comienzos conflictivos y difíciles, durante los cuales sin embargo los recién llegados se organizaron y establecieron sus propias redes sociales y de contacto para enfrentar los prejuicios con que chocaba entre la sociedad australiana. Con los años, la inmigración china se integró y hoy es una más entre las decenas de nacionalidades que conforman el mosaico del “aussie melting pot”. En Chinatown, se encargan de negocios y restaurantes muy frecuentados, además de celebrar cada año con toda la pompa el Año Nuevo Chino. Muy cerca se encuentra Lygon Street, una de las calles donde se establecieron en los años ‘40 numerosos inmigrantes italianos, y que conserva desde entonces un encanto latino que la hace muy popular. La cercanía con el campus de la Universidad de Melbourne también convierte este sector en uno de los favoritos de los estudiantes. Muchos de ellos se vuelcan, del otro lado de Carlton Gardens, hacia la animación de Brunswick Street, una de las que marca las nuevas tendencias entre los jóvenes de la ciudad.

Antes de despedirse de Melbourne, o de dedicarle parte del tiempo de la visita al shopping en sus hermosas galerías antiguas, hay que visitar todavía otros de sus principales puntos de interés, que se encuentran en áreas cercanas: entre ellos, el Nº 120 de Collins Street, un edificio emblemático, el elegante Regent’s Theatre, que tiene bien ganado el apelativo de “Palacio de los Sueños de Melbourne”, la tenebrosa Old Melbourne Goal, una antigua prisión donde se llevaron a cabo numerosas ejecuciones, y el Trobe’s Cottage, una casa totalmente importada de Inglaterra que sirvió durante el siglo XIX como residencia de Charles la Trobe, el primer gobernador de Victoria. Esta casa forma parte del patrimonio histórico de Melbourne y como tal está protegida, del mismo modo que la mansión Rippon Lea, que conserva lo mejor y más representativo de la arquitectura australiana del siglo XIX, con sus exteriores y galerías de ladrillo, el invernadero, la sala de baile y una lujosa pero cálida sala de estar.

Con todos estos recuerdos atesorados, el viajero puede dedicar sus últimas horas en Melbourne a las compras en alguno de sus numerosos centros comerciales (no olvidarse de los caramelos de eucalipto y las macadamias), o bien a un último recorrido por las apacibles orillas del Yarra, que en esta época del año se llena de los colores y perfumes de la primavera.

Datos útiles

  • Victoria Visitor Information Centre: Esquina de las calles Swanston y Collins. Tel. 03 96 58 9955.
  • Para visitar Australia se requiere una visa turística, que se gestiona en forma electrónica. Informes en www.immmi.gov.au
  • Se puede llegar en avión al aeropuerto local (vuelos desde Sydney), que dista unos 25 minutos del centro de la ciudad.
  • Quienes quieran recorrer Melbourne y alrededores en auto deben recordar que Australia conserva la forma inglesa de manejar, con el volante a la derecha, de modo que probablemente es mejor idea visitar la ciudad aprovechando su extensa red de trenes, ómnibus y trams. Se pueden comprar pasajes diarios y semanales.
  • Melbourne tiene una diferencia horaria de Greenwich + 10, con una hora de diferencia durante el período de verano.
  • La ciudad tiene un clima agradable durante todo el año, con temporadas marcadas pero sin extremos. Sin embargo el tiempo tiende a ser imprevisible, por lo que a veces se conoce a Melbourne como “la ciudad de las cuatro estaciones en un día”.

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