Dom 29.09.2002
turismo

VILLA GENERAL BELGRANO LA FIESTA DE LA CERVEZA

Al gran chopp cordobés

En el Valle de Calamuchita, Villa General Belgrano ya está preparada para realizar su Oktoberfest cordobés. En este pueblo, que parece una réplica de una aldea alpina, la tradición centroeuropea perdura en una fiesta que va por su edición número 39, y que este año se celebrará durante los dos primeros fines de semana del mes de octubre.

Por Julián Varsavsky

El Oktoberfest es una fiesta popular alemana surgida en Munich en 1810, que celebra como a una diosa a la espumante cerveza. Al igual que el carnaval, esa otra celebración pagana surgida hace siglos en Europa, el Oktoberfest se ha desparramado por el mundo anclándose en lugares tan inesperados como Villa General Belgrano.
Al llegar a este pueblo del sur de Córdoba, surge la fantasía de que una aldea alpina se desarraigó de algún rincón centroeuropeo y en un pase mágico reapareció en el Valle de Calamuchita con sus casas y su gente incluidas. El “Pueblo de las Culturas” fue creado en la década del 30 por inmigrantes alemanes, suizos y austríacos, en medio de un verdadero paraíso ecológico rodeado de pinos, abedules, cedros y cipreses, entre los que fueron brotando tejados rojos a dos aguas, paredes de piedra, jardines floridos y balcones y carteles de madera barnizada. En esa escenografía de cuento, donde la arquitectura armoniza con el paisaje serrano, las tradiciones culturales también ocupan su lugar. Por eso, y como todos los años en esta época, Villa General Belgrano ya está dando los últimos toques a la organización del Oktoberfest cordobés que se iniciará el primer fin de semana de octubre en el Parque Cervecero, un predio frente a un gran escenario de madera a cielo abierto, a la sombra de altísimos árboles. La entrada cuesta $ 6, y allí habrá centenares de mesas de madera, stands de las principales marcas de cerveza, parrillas donde se asan suculentas salchichas Frankfurt y costeletas de cerdo, y otros puestos de comida y dulzuras típicas como Selva Negra y Apfelstrudel.
La fiesta comienza a las 13, con un desfile de las distintas colectividades de Villa General Belgrano, encabezado por una mujer enfundada en una túnica con capucha negra, que representa al mítico Monje Negro, un clérigo que en el siglo XVI era el encargado de preparar la cerveza en las aldeas de Baviera. Grandes y chicos vestidos con los coloridos trajes tradicionales de diversos países europeos marchan al ritmo de una banda de música y la fiesta se traslada al Parque Cervecero donde a las 5 de la tarde se realiza el “espiche” de barriles frente al público. Con un martillo se abren simultáneamente unos huecos en varios barriles de cerveza, se insertan unas canillas y el líquido sale a presión mientras todo el mundo se amontona frente al escenario con sus vasos en alto tratando de embocar algún chorro. Se dice que beber de esos barriles trae buena suerte —en los tiempos que corren todos quieren tenerla—, pero en los hechos lo único que consigue la mayoría es terminar bañado en cerveza y con los vasos trágicamente vacíos. Ahora sí, fruto del espumante baño y de los ríos de cerveza que bullen por las venas de los cerveceros, comienza el gran baile tirolés de todos con todos.

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