Dom 08.02.2009
turismo

ESCAPADAS > ESTANCIAS Y CASAS DE CAMPO

Verano campestre

Tres propuestas para escapadas de fin de semana al campo bonaerense. Mucha tranquilidad, paseos a caballo o en sulky, pileta, comida casera, sombra verde y el largo horizonte de la pampa húmeda.

› Por Julián Varsavsky

A fines del siglo XIX, San Pablo era una estancia de 3 mil hectáreas con un casco principal levantado según los lineamientos más modernos de la época: el estilo art nouveau. Hoy en día los terrenos de la estancia han sido loteados, pero sus dueños no se desprendieron del casco, al que han convertido en un refinado hotel de campo con restaurante.

Uno de los rasgos más atractivos de la casona de tres plantas es su diseño art nouveau. Los techos a dos aguas son de chapa inglesa. Dos de las habitaciones tienen una terraza-balcón con vista al jardín, y en lo alto de la fachada hay un reloj a cuerda circular de origen parisino con una campana que antaño marcaba el horario del trabajo en el campo. La decoración interior también es un reflejo de aquellos tiempos. En los cuartos, el antiguo esplendor reluce en las camas y lámparas con las formas más nuevas del art déco, bajo techos de cinco metros de altura. Pero lo más deslumbrante son los ventanales con vista al frondoso parque que rodea el casco.

El parque de la estancia es obra del célebre paisajista francés Carlos Thays, quien diseñó los bosques de Palermo. Su especialidad era mezclar las especies autóctonas con aquellas de origen exótico que tuvieran un gran valor estético. Y en la estancia, el resultado es una proliferación de palmeras egipcias como en un oasis, palmeras pindó de Entre Ríos, magnolias europeas y araucarias patagónicas. Entre las rarezas del parque, llaman la atención una camelia de 150 años, un rincón de cactus norteños entrelazados y “un árbol de Constantinopla” que se brota con unas hermosas flores en forma de pompón color rosa en primavera. Y lo ideal para disfrutar a pleno de los aires de campo es salir a caballo para recorrer las arboledas, los bosquecillos de flora autóctona con talas y acacias, y las lagunas que rodean la zona.

LAS FRAULIS A menos de una hora del centro de Buenos Aires, en la localidad de Los Cardales, la hostería Las Fraulis ofrece descanso con vida al aire libre en su edificio con aires de casco colonial frente a una tentadora piscina y un jardín que invita a pasarse el día entero reposando en una hamaca con buena lectura. Quien quiera un poco de movimiento puede salir a cabalgar a la vera del río Luján, andar en bicicleta por algún camino de tierra entre los campos sembrados, visitar la interesante reserva ecológica de Otamendi o también ponerle un poco más de adrenalina a la jornada e ir a volar en globo o en parapente.

Para completar una jornada intensa, a la noche después de la comida se puede disfrutar de una buena película traída desde casa para verla en la videocasetera, o elegir alguna por DirectTV. Por la noche el silencio es absoluto, aunque si se presta un poco de atención se descubrirá una infinita gama de matices combinados que produce el submundo de los insectos nocturnos. Algún tero anuncia a los gritos la presencia de un intruso del reino animal, y salvo estos agradables sonidos no se oye nada más.

Las Fraulis está ubicada a la vera de una ruta muy angosta y poco transitada que nace de la Panamericana. La zona es muy verde y proliferan las quintas de fin de semana, los campos sembrados y un barrio privado cuya garita de seguridad está justo enfrente de la entrada a la hostería. En total hay seis pequeñas habitaciones dobles que dan a una galería en forma de “ele” bordeando la piscina.

LA POSTA DE VAGUES A cuatro kilómetros de San Antonio de Areco, el pequeño poblado de Vagues dispone de una única posada en medio del campo, equipada con sumo confort. El pueblo de Vagues le debe su nombre a la primera persona que se apostó en este paraje en 1730. Y por cierto el lugar no ha crecido mucho desde aquel entonces, porque sólo tiene un casco urbano de quince casas –algunas muy antiguas–, donde viven unas 90 personas. Además hay una vieja estación de tren abandonada, campos sembrados y haras de caballos de polo en los alrededores.

En este marco de tranquilidad –sin autos y casi sin gente–, está la Posta de Vagues, una casa de campo con pileta en un predio de 8000 metros cuadrados donde, por sobre todas las cosas, se viene a descansar.

Las habitaciones están alineadas en una galería de ladrillos a la vista con un techo decorado con cenefa de chapa recortada y sostenido por troncos rústicos que ofician de columna. Todas las puertas y ventanas de las confortables habitaciones son recicladas de viejas casas de campo de la zona. En la noche el silencio es casi total, salvo por el palmeteo de las hojas de los árboles cuando se levanta brisa, el ruido metálico de las aspas de un molino lejano y los mugidos a deshora de algunas vacas insomnes.

DATOS UTILES

Las Fraulis: Los días de semana el alojamiento cuesta $ 100 por persona (en base doble) con desayuno. Un paquete desde el viernes a la mañana hasta el domingo a la noche cuesta $ 320 por persona, con dos cenas y dos desayunos). Y una estadía desde sábado a domingo con una cena y un desayuno cuesta $ 240 por persona. Reservas al teléfono 02322-492297 Sitio web: www.lasfraulis.com.ar

La Posta de Vagues: la habitación estandar doble cuesta $ 300, con desayuno (check out a las 18). Reservas al teléfono 02326-451008 Sitio web: www.lapostadevagues.com.ar

San Pablo: la habitación doble cuesta $ 300 ($ 100 la media pensión). Reservas al teléfono 5217-7799 y 4952-5222 Sitio web: www.campitosdesanpablo.com.ar

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