Dom 03.05.2009
turismo

CAMPIÑA > EL TURISMO RURAL

Tiempo de campo y descanso

Estancias, hoteles de campo, posadas, siempre en medio del verde. Un otoño templado invita a descansar sin irse demasiado lejos, con propuestas que incluyen también historia y naturaleza.

› Por Graciela Cutuli

Apenas estamos en mayo, y ya llegó la tentación de tomarse un fin de semana, más cerca o más lejos, para hacer una pausa en un año que comenzó con todo. En torno de Buenos Aires propuestas no faltan: desde antiguas estancias cuyos cascos fueron reconvertidos en hoteles de campo hasta posadas y establecimientos termales en zonas de mucha historia, hay posibilidades para todos los gustos y (casi) todos los bolsillos. Un abanico variado, para ir pensándolo y agendar propuestas.

Senderos de Otamendi La Reserva Otamendi es una de las opciones más cercanas a Buenos Aires para ver cómo era el humedal pampeano en su estado puro, antes de que la agricultura y la ganadería modificaran para siempre los ecosistemas de la región. A orillas del Paraná de las Palmas, entre Escobar y Campana, los pajonales y bosques espinosos que cubrían el territorio bonaerense están protegidos sobre una superficie de 3000 hectáreas, que también se convirtieron en refugio ideal para la fauna autóctona. El paisaje es variado, y pasa de los sectores de pastizales de pampa ondulada a los talares y la zona de Delta e islas: desde el centro de interpretación donde comienza la reserva se pueden elegir así distintos senderos de distintas características y variada dificultad. Con tiempo, paciencia y a la mejor hora se pueden ver carpinchos, cuises y coipos; habría que tener mucha suerte para avistar el ciervo de los pantanos, el cérvido autóctono más grande de Sudamérica. Lo que no falta, sin duda, son aves: pavas de monte, gallinetas, federal, boyeros negros, cuyos nidos colgantes se ven sobre el monte ribereño. Entre los distintos senderos, el más dificultoso es el de Laguna Grande (sólo se recorre con guías), en tanto Historias del Pastizal, que desemboca en el bosque de talas y un mirador, es más accesible (también se puede seguir por Guardianas de la Barranca, para internarse en el talar).

Datos útiles
Reserva Natural Otamendi
Av. Rivadavia 978 (2804) Campana. Tel.: (03489) 447505.
Ingreso libre todos los días de 9 a 19.

Sierra de los Padres Es un clásico de los veranos en Mar del Plata, pero también uno de los pueblos serranos más lindos que se pueden visitar en un fin de semana sin alejarse demasiado de Buenos Aires. La Laguna de los Padres, de más de 600 hectáreas, permite pasear en bote y pescar, o simplemente disfrutar de un día al aire libre en sus orillas. A los chicos les encanta subir a la cumbre de la Sierra, que pertenece al sistema de Tandilia, con unos 150 metros de altura sobre el nivel del mar. Un punto panorámico permite divisar desde lo alto la “ruta jardín” (la RP 226) y la Laguna de los Padres. Toda la zona de la laguna y de las sierras es ideal para el avistaje de aves acuáticas y no acuáticas: garzas, macás, patos, cisnes de cuello negro y teros frecuentan la zona cercana a la costa, mientras en la zona de pastizal abundan las lechuzas, águilas moras, picaflores, horneros y tijeretas. Pero la Sierra permite hacer dos altos muy interesantes también para quienes siguen itinerarios histórico-culturales: uno es el Museo Municipal José Hernández, en el viejo casco de la Estancia Laguna de los Padres, donde el autor del Martín Fierro se alojó durante más de diez años. El otro es la reducción Nuestra Señora del Pilar, fundada en 1746 en lo que se llamaba entonces la Laguna de las Cabrillas: allí había intención de asentar a las antiguas tribus nómades de la región, aunque no con mucho éxito, ya que en 1751 el experimento terminó. Lo que se visita hoy es una réplica realizada hace algunos años en el lugar de la reducción original.

Datos útiles
Se llega desde Mar del Plata por la RP 226, en un trayecto de 30 minutos. En toda la zona hay numerosas cabañas en alquiler, durante todo el año, a partir de $260 por día en temporada baja.
Zoológico El Paraíso: Ruta 226 km 16 (C. de Acceso a Sierra de los Padres). Tel.: (0223) 463-0347.
Laberinto y Juegos La Casualidad: (0223) 15-522-4067. Hay distintos juegos: arquería ($7 diez flechas), muro de escalada ($7), golfito $4. Fines de semana abierto desde las 11.30.
Informes en: www.sierradelospa dres.com.ar.

Campo y frontera Hay que irse al sur, bien al sur, para llegar hasta el extremo donde la provincia de Buenos Aires se toca con Río Negro, allí donde el Río Colorado marcó alguna vez la frontera entre indígenas y nuevos colonos. Aquí, la localidad de Pedro Luro se convirtió en un centro turístico de importancia regional por tres buenas razones: en primer lugar las termas, cuyas aguas brotan a 70C gracias a una perforación realizada en 1941 por la Dirección de Minas y Geología. Estas aguas se distinguen en particular porque su salinidad es 3,6 veces más elevada que la del mar y tiene alta concentración de bromuro. Un hotel y spa termal, el Termas de Ceferino Pedro Luro, permite disfrutarlas todo el año en una piscina cubierta y climatizada. La segunda razón es el balneario sobre la laguna, donde se pueden practicar varias actividades náuticas y funciona una escuela de windsurf. La tercera es el Fortín Mercedes, que fue primer núcleo poblacional de Pedro Luro, situado en la línea de frontera durante la Conquista del Desierto. En 1879 recibió a las tropas del General Roca: tal como era entonces se lo puede ver hoy, gracias a una reconstrucción fiel de 1966 que puso nuevamente en su lugar los primitivos puestos militares, el mangrullo, los cañones y algunas barracas donde hoy funciona un museo. No hay que perderse, además, el excelente museo sobre la flora y fauna de esta parte de la provincia que funciona al lado del fortín, y que recuerda también la historia de Ceferino Namuncurá.

Datos útiles
Hotel Termas de Ceferino: a partir de $275 por persona, base doble, dos días y una noche. www.pedrolurotermas.com.ar.
Escuela de windsurf en el lago parque La Salada:
http://www.eltunel-wind.com.ar/
Fortín Mercedes: Tel.: 02928-420323.

San Antonio de Areco Quien dice tradición dice San Antonio de Areco: este viejo pueblo de la provincia de Buenos Aires tuvo origen allá por 1730, cuando José Ruiz de Arellano levantó una capilla en tierras de su estancia y comenzó lo que sería siglos después una ciudad con la vista fija en un pasado tan vivo como presente. Ricardo Güiraldes, que vivió en la estancia La Porteña –fundada por los descendientes de Arellano–, contribuyó con Don Segundo Sombra a darle al pueblo un aire literario, hoy reforzado por las rejas coloniales, las vereditas estrechas, los paredones coloridos que parecen fijados en el tiempo. Además del recorrido tradicional que pasa por el Museo Ricardo Güiraldes, la emblemática pulpería La Blanqueada (donde Fabio y Don Segundo Sombra se encuentran por primera vez en la obra de Güiraldes), el Puente Viejo y los edificios del casco histórico, en estos días hay una nueva y excelente excusa para visitar Areco: se trata de la reciente apertura del nuevo Museo Molina Campos, instalado en una antigua casona totalmente reciclada, cuyo living exhibe decenas de obras del célebre pintor gauchesco. Pasteles, témperas, acuarelas, afiches publicitarios y objetos personales de Molina Campos, incluyendo las pinturas que realizó para los populares almanaques de Alpargatas entre 1931 y 1944, se pueden ver durante la recorrida de la casa. Como curiosidad, no faltan los documentos que atestiguan su relación con los estudios Walt Disney, aunque finalmente Molina Campos se alejó del proyecto.

Datos útiles
Cómo llegar: desde Capital Federal, Acceso Norte, ramal Pilar y RN 8.
Museo Molina Campos: Moreno 279, San Antonio de Areco.

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