Dom 12.07.2009
turismo

NEUQUEN > INVIERNO EN VILLA LA ANGOSTURA

Con esquíes y raquetas

Con las grandes nevadas del fin de semana pasado, las pistas de esquí de Cerro Bayo ya tienen nieve desde el pie hasta la cima de la montaña. Y para admirar el paisaje sin los esquíes puestos, dos espectaculares travesías con raquetas por las montañas nevadas.

› Por Julián Varsavsky

Villa La Angostura comenzó a forjar su destino turístico en 1917, cuando un italiano llamado Primo Capraro construyó una casa de madera junto a la desembocadura del río Correntoso en el Nahuel Huapi y comenzó a recibir amigos. Desde aquel entonces las cosas han cambiado mucho, pero todavía existe aquella casa que fue el germen de Villa La Angostura, convertida ahora en el sofisticado hotel Correntoso, uno del centenar y medio de complejos hoteleros de esta ciudad que en el invierno se llena de esquiadores.

Como viene ocurriendo en los últimos años, la nieve tarda cada vez más en llegar a la Patagonia, aunque esta vez los azares jugaron a favor del centro de esquí Cerro Bayo, que abrió sus puertas el 20 de junio pasado. Además, el fin de semana pasado cayó nieve en cantidad, tapizando el cerro desde el pie hasta la cima. Por eso muchos turistas que llegaban a Bariloche se fueron a esquiar al Cerro Bayo.

La gripe A es, por supuesto, uno de los temas del que más se habla en Villa La Angostura en este momento, donde aún no se han registrado casos. Y en el Cerro Bayo comenzaron a limpiar los picaportes de todos los lugares públicos con alcohol en gel, además de usar termómetros digitales para controlar a toda persona con malestar.

A ESQUIAR El centro de esquí Cerro Bayo está a 9 kilómetros de la ciudad de Villa La Angostura, donde reina la tranquilidad de una aldea de montaña, sin muchedumbres ni estudiantes en viaje de egresados, que se disfruta ya sea alojándose en hoteles o en cabañas con hogar a leña, a veces rodeadas de nieve.

Desde las laderas del Cerro Bayo se ven el lago Nahuel Huapi y la isla Victoria, con una serie de cumbres nevadas alrededor. Fue creado hace 31 años y hoy es un centro de esquí pequeño y sofisticado, con 22 pistas rodeadas de bosques. Esta variedad incluye desde pistas verdes para principiantes hasta negras para los más expertos. También hay estrechos caminos de nieve que cruzan el bosque por la mitad, y el máximo descenso ininterrumpido que se puede hacer es de 6 kilómetros.

Esta temporada se inauguró en Cerro Bayo el llamado Espacio Regenerativo, donde dos expertos masajistas les brindan a los esquiadores una completa sesión de masajes y elongamiento con técnicas tailandesas, antes y después del deporte. Para los chicos las novedades son la Pista Cartoon Network y un parque de nieve de 200 metros con juegos interactivos en la nieve. Y aquellos que no esquíen tienen una opción muy divertida llamada tubing, que consiste en lanzarse acostados sobre una cámara de goma de camión inflada, sobre una pista de 300 metros con lomos y saltos.

Una de las actividades más divertidas que se hacen en Cerro Bayo es el canopy entre los árboles nevados. Tiene un circuito de diez estaciones donde la primera plataforma de lanzamiento está apenas a dos metros del suelo para atenuar el miedo inicial, hasta llegar a los 40 metros en que está la más alta. El circuito recorre un total de un kilómetro entre árboles coihue, cipreses y cañas coihues, que por lo general están cargados de nieve. El precio de la excursión es $ 125 los adultos y $ 100 los menores.

EL FUERA DE PISTA Una característica singular de Cerro Bayo es la facilidad con que se llega al sector de esquí fuera de pista, que normalmente en otros lugares implica una extenuante caminata con los esquíes o la tabla de snowboard al hombro. El circuito más requerido es el Cañadón del Bayo, al que se llega directamente con la telesilla Lenga, que termina en la cota 1700. Este cañadón está en la ladera sur del Cerro Bayo –donde da menos sol y la nieve casi no se derrite–, y tiene un desnivel de 250 metros con una inclinación muy pronunciada. Se trata por supuesto de una opción de esquí extremo con nieve en polvo que al esquiar sale salpicada hacia los costados como si fuese agua. En este sector, donde una caída implica quedar enterrado en la nieve hasta la cintura, los esquiadores más fanáticos buscan ser los primeros de la temporada en rayar las nieves vírgenes.

CON RAQUETAS Una caminata de una hora con raquetas por el bosque nevado es una de las alternativas de Cerro Bayo para quienes no esquían. El esquí es un deporte que requiere de cierto aprendizaje y estado físico, mientras que un paseo con raquetas es casi tan simple como caminar por la calle.

El sistema de las raquetas de nieve fue ideado por los esquimales para caminar por lugares donde, si pisaban con un calzado común, se hundían hasta la cintura o incluso más. Las originales eran de madera, pero ahora las deportivas son de una aleación de plástico con aluminio y pesan 300 gramos cada una. La única ayuda para caminar es un bastón que se apoya hacia la pendiente. Y resbalarse resulta imposible –aunque se quiera–, así que una explicación previa de cinco minutos es suficiente para largarse a caminar.

El recorrido pasa por lugares de nieve virgen donde por supuesto hace frío, pero un bosque de lenga sirve de protección contra el viento. El circuito de caminatas con raquetas está bien delimitado en el Cerro Bayo y no se puede hacer sin guía, ya que si uno se sale de la senda puede chocar con los esquiadores. El objetivo final es un mirador natural donde se ve parte de la isla Victoria y la península de Quetrihué con su famoso Bosque de Arrayanes.

Para quienes tengan un mínimo de estado físico –alguien que pueda caminar diez cuadras sin cansarse– hay una alternativa más larga que es una travesía por El Caizal, un sector de lengas y coihues. Se parte desde una altura de 1500 metros sobre el nivel del mar y al final, luego de dos horas y media, se desciende hasta la base del cerro trazando largas “eses” para atenuar la inclinación. En el camino es común encontrar huellitas de ciervos y zorros. Además suelen divisarse pájaros carpinteros sobre algún tronco, delatado, asimismo, por su picoteo en la madera.

Desde Villa La Angostura hay otra alternativa muy interesante de paseo con raquetas hasta el cerro Mirador, en los alrededores del paso internacional Cardenal Samoré, a 2300 metros de altura. La excursión se organiza desde el hotel Correntoso y comienza en la mañana con un vehículo que se interna por la ruta nacional 231. En apenas 20 minutos se llega a la aduana argentina y se hacen los trámites de migración. Allí mismo, en el hito limítrofe, comienza la caminata con las raquetas por un tupido bosque de lengas hasta que se desemboca en una inmensidad plana que parece cubierta por un manto blanco. Luego se asciende por los faldeos del cerro Mirador. Al fondo se levantan los volcanes chilenos Osorno, Puyehue y Puntiagudo, y el famoso cerro Tronador, que tiene un pico chileno y otro argentino.

El almuerzo, con vajilla y todo, se sirve en unas mesas y sillas de hielo talladas en la nieve por los guías. La comida incluye una picada de ahumados, sándwiches y un guiso caliente para reponer calorías. Una variante más compleja de esta excursión consiste en subir un poco más y bajar con esquíes de travesía. La excursión cuesta $ 135 por persona (www.correntoso.com).

EL BOSQUE ENCANTADO

El pequeño Parque Nacional Bosque de Arrayanes es uno de los más idílicos de nuestro país. Ubicado dentro de una angosta península sobre el lago Nahuel Huapi, su fama se debe al árbol que lo puebla: el arrayán. Y lo puebla con tal densidad que el bosque es considerado el único tan numeroso de esta especie que existe en el mundo. Admirado por su belleza, el arrayán tiene un tronco muy ramificado con una superficie suave de color canela. El bosque ocupa 12 hectáreas cubiertas por estos árboles “amuchados”, entre los que se filtran los rayos del sol formando un fascinante juego de luces y sombras que crea la ilusión de estar en un bosque encantado, especialmente en el invierno, cuando se cubren de blanco después de una nevada.

DATOS UTILES

Cómo llegar: LAN tiene hasta 7 frecuencias diarias a Bariloche desde Buenos Aires y la tarifa ida y vuelta cuesta desde $ 855. Tel.: 0810-9999-526 www.lan.com Desde Bariloche hasta Villa La Angostura hay 83 kilómetros de asfalto.

Hotel Correntoso Ubicado sobre una especie de acantilado, al borde mismo del lago Nahuel Huapi, este hotel es un clásico de Villa La Angostura y las habitaciones tienen ventanales con una vista panorámica del lago. Reservas en Buenos Aires: 4803-0030 www.correntoso.com

Más información: Centro de esquí Cerro Bayo. Tel. (02944) 494-189 www.cerrobayoweb.com www.villalaangostura.gov.ar

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