SANTA CRUZ > EN LA CAPITAL DEL TREKKING
El pueblo de El Chaltén comienza a salir de su letargo invernal y se prepara para recibir a los primeros viajeros de la primavera. Excursiones lacustres, caminatas sobre el glaciar Viedma y trekking por los senderos de las montañas, donde se va derritiendo la nieve y afloran los tonos verdes de uno de los paisajes más virginales de la Patagonia.
› Por Julián Varsavsky
El Chaltén fue creado en 1985 y es uno de los pueblos más jóvenes de la Argentina. Y acaso por su corta edad aún no le llegó la señal de celular, ni los bancos. Aunque hay Internet y cajeros automáticos, no es por cierto un lugar para los amantes de las tecnologías y el ritmo vertiginoso de la vida moderna. En El Chaltén todo es “al natural” y el medio principal para desplazarse son los pies, además de alguna embarcación.
Algo que debe quedar claro desde un principio es que a El Chaltén se viene, principalmente, a caminar. La variedad de paseos es incontable y los senderos se entrecruzan unos a otros. Se trata entonces de un viaje muy activo, pero al mismo tiempo relajado y sin grandes esfuerzos. Quien lo desee puede escalar el pico del cerro Torre o dar la Vuelta al Hielo Continental, pero básicamente la propuesta es caminar por senderos con pendientes poco pronunciadas. Por todo esto El Chaltén fue declarado Capital Nacional del Trekking. Y para preservar ese título, todos los turistas deben visitar el centro de interpretación de la seccional norte del Parque Nacional Los Glaciares, donde se les indica que han llegado a un ecosistema muy frágil, por lo cual tendrán que cumplir una serie de estrictas reglas para atenuar el daño sobre el ambiente, en especial durante los trekkings.
Con la llegada de la primavera comienza, de a poco, la temporada turística en El Chaltén. Con la nieve ya derretida afloran los primeros verdes en el paisaje, que contrastan con el rojo de la mata guanacó, el amarillo de los zapatitos de virgen y las paramelas recién florecidos, y el rosa de la flor silvestre llamada topa topa. En los senderos de trekking quedan todavía algunos manchones de nieve que parecen chisporrotear con los rayos del sol.
EL GLACIAR VIEDMA El Chaltén está en un valle de origen glaciario que semeja un gigantesco anfiteatro de cerros con las cumbres nevadas. Casi desde cualquier punto del pueblo se ve el severo perfil del cerro Fitz Roy (3448 metros), con su filoso pico de granito apuntando hacia el cielo como una flecha gigante. La excursión más espectacular que se hace desde El Chaltén es para muchos la navegación y trekking al glaciar Viedma.
La pared de este glaciar es una gran muralla blanca y agrietada de 2,5 km de ancho que deja traslucir entre las “hendijas” sus entrañas azules. A la distancia se ven millares de picos de hielo como cúpulas amontonadas en forma caótica hasta el infinito. Hay también torres de hielo a medio caer que parecen edificios inclinados como la Torre de Pisa. Detrás de ese caos de fulgores blancos, el cuerpo combado del glaciar se pierde, viboreando como una lengua de hielo hacia el fondo de un gran valle. Y es allí a donde todos quieren llegar.
La superficie total del glaciar Viedma es de casi 1000 km cuadrados, el triple que el célebre Perito Moreno. Cada tanto suele desprenderse un gran fragmento de pared del glaciar, produciendo un estrépito que retumba en todo el valle. Estos fragmentos son como largas estelas de piedra blanca –altas como un edificio de 5 pisos– que caen hacia delante en cámara lenta, se hunden en el lago y salen a flote convertidas en apacibles témpanos.
CAMINATA SOBRE EL HIELO Luego de una hora y media de navegación se desembarca para caminar sobre el glaciar (hay una caminata más corta y una que dura dos horas más e incluye escalada en el hielo). Con los grampones colocados bajo las botas, se parte en grupos de 15 personas que avanzan en fila india. Los primeros pasos de robot sobre el hielo son algo torpes por las dentadas suelas que se clavan en el glaciar.
El aspecto más fascinante de la superficie glaciaria es su irregularidad. Cada metro cuadrado es distinto al otro y surgen en ellos las más extrañas formaciones que se puedan imaginar. La sensación es la de atravesar un sinuoso laberinto con lomadas de hielo y filosos picos que, a veces, forman pirámides casi perfectas. Pero de repente se abren grietas de hasta 40 metros de profundidad, al fondo de las cuales corren caudalosos arroyos virginales del agua más pura que pueda existir.
Lo más asombroso del glaciar son sus efímeros túneles de hielo abiertos por los pequeños cursos de agua. Estos túneles aparecen y desaparecen de manera azarosa, así que encontrar uno es un privilegio que hay que aprovechar para entrar por una boca y salir por la otra.
En cierto momento, la caminata por “La Era de Hielo” se detiene para tomar algo caliente y comer una barrita de cereal frente a un gran sumidero. Así se denomina a los profundos hoyos azules en la superficie del glaciar que miden entre 3 y 10 metros de ancho, cuya profundidad va de los 3 a los 40 metros. Se suelen originar por alguna piedra que al calentarse bajo el sol va derritiendo el hielo y se hunde, abriendo un hoyo. Los sumideros se agrandan y se hacen más profundos cuando los pequeños cursos de agua que caracolean sobre el glaciar caen por esos hoyos. A veces esos arroyitos se convierten en atronadoras gargantas que tragan miles de litros de agua por minuto, horadando el glaciar hasta su lecho de piedra.
El paisaje de los glaciares es sonoro y en constante movimiento. Al rato de estar caminando uno se acostumbra al eco permanente de pequeños y grandes estallidos, que parecen tiroteos lejanos y cañonazos atronadores. Al fondo de la gran masa de hielo parecen ocurrir violentas tempestades y guerras secretas con remansos de paz, en los que sólo se escucha el rumor del agua y el silbido del viento entre las puntas del hielo.
AL CERRO TORRE La otra gran excursión que se realiza desde El Chaltén es un trekking de 30 kilómetros ida y vuelta por la montaña hasta la base del cerro Torre, donde se camina sobre otro glaciar. Si bien la experiencia de la caminata sobre este glaciar es similar a la del Viedma, las dos excursiones valen la pena, ya que los caminos hasta cada glaciar son muy distintos (de las caminatas sobre el hielo alcanza con hacer una sola).
Si el viajero va a realizar el trekking hasta la laguna Torre, puede hacerlo sin guía, simplemente siguiendo los carteles en los senderos. Y quienes vayan a realizar la excursión completa, con la caminata sobre hielo, deben contratar los servicios de una empresa especializada.
Este trekking es de exigencia media, y el tramo más esforzado es el primero, subiendo por la ladera de la montaña por senderos entre bosques de lenga y ñire. A las dos horas de caminata se llega al campamento base Thorwood –cercano a la laguna Torre–, donde hay baños, carpas y se ofrece un refrigerio a los caminantes. En el camping, los guías les colocan arneses a los que siguen hasta el hielo, y una vez recuperado el aire se continúa caminando hasta el nacimiento del río Fitz Roy, que se cruza con la técnica de la tirolesa. A partir de allí comienza una espectacular caminata bordeando una gran hoyada con la laguna Torre abajo. En una hora se llega al glaciar y todos se colocan los grampones para caminar sobre el hielo. La caminata sobre el hielo dura tres horas y también se puede hacer una escalada en una pared congelada. Las alternativas son regresar a El Chaltén esa misma tarde o pernoctar en el sofisticado camping.
Lo curioso del origen de El Chaltén es que un lugar tan paradisíaco haya surgido como consecuencia indirecta de un enfrentamiento armado. En el año 1965, una patrulla de reconocimiento de la Gendarmería argentina se topó en los bosques que rodean al Lago del Desierto con otra de carabineros chilenos. Allí, junto al lago, en uno de los rincones más hermosos, virginales y pacíficos del mundo, ocurrió un enfrentamiento armado entre las dos patrullas que generó un conflicto limítrofe entre los dos países por la posesión de ese maravilloso lago rodeado de frondosos bosques. Como estrategia geopolítica en la Patagonia, el Estado argentino creó en 1985 el poblado de El Chaltén, casi al pie del cerro Fitz Roy. En 1994, un tribunal internacional falló que la soberanía le correspondía a la Argentina, y poco después el idílico poblado comenzó a atraer a escaladores de alto nivel y a caminantes en busca de la Patagonia más agreste.
Una excursión relajada, sin esfuerzo físico alguno y con paisajes espectaculares, es la navegación por el Lago del Desierto, a 37 kilómetros de El Chaltén. El lago, con 12 kilómetros de extensión, se atraviesa de un lado al otro mientras a lo lejos se observa el glaciar Huemul en lo alto de una montaña. Junto a la costa –y subiendo por las laderas– crecen los bosques andino-patagónicos, poblados principalmente por tres especies de árboles muy parecidos entre sí. Al ñire se lo reconoce por su tronco retorcido que crece hasta los 15 metros de altura, generalmente cerca del agua. Los árboles de lenga tienen su angosto tallo muy recto y liso, proliferando en las laderas hasta los 1200 metros. Y el guindo tiene un tronco de 70 centímetros de diámetro que se eleva hasta los 40 metros, por lo general en los valles más amplios. En la otra punta del lago se desembarca para realizar una breve caminata hasta el Mirador Centinela, con una imponente vista del lago con el Fitz Roy de fondo.
El Hielo Continental Patagónico Sur es la superficie de hielo más grande de Sudamérica, con un tamaño equivalente a la mitad de Suiza y formado por unos 300 glaciares. Desde El Chaltén se realiza una travesía que penetra en las entrañas de esta muestra de lo que fue gran parte del planeta hace 18 mil años, en tiempos de las glaciaciones. La travesía parte desde las calles de El Chaltén y consiste en rodear el Fitz Roy y el cerro Torre para regresar al punto de partida (90 kilómetros en total). Se necesitan seis días netos de caminata, aunque se calcula un máximo de 10 días, ya que a veces la partida se atrasa por malas condiciones climáticas. La mayor parte del tiempo se camina y se duerme sobre la nieve y el hielo. Los prestadores organizan la Vuelta al Hielo Continental a partir de octubre y aclaran de antemano que se trata de un trekking muy exigente.
Cómo llegar. La empresa El Chaltén Travel tiene micros que unen El Calafate con El Chaltén ($ 100 ida y vuelta, www.chaltentravel.com).
Excursiones. La empresa Patagonia Aventura ofrece la navegación con trekking sobre el glaciar Viedma ($ 350). La navegación sola cuesta $ 100. El trekking sobre el glaciar Torre cuesta $ 300. La navegación por el Lago del Desierto cuesta $ 90 (www.patagonia-aventura.com.ar).
El mínimo ideal para recorrer El Chaltén son cuatro días, aunque todo dependerá de la complejidad y las variedades de trekking que el viajero tenga interés en realizar. Para hacer solamente las navegaciones y algún trekking corto, alcanzan tres días completos.
Dónde alojarse. La Hostería Kalenshen (www.kalenshen.com.ar) ofrece habitaciones dobles por $ 250. En la Hostería El Puma, la habitación doble con desayuno cuesta U$S 160.
Más información. Centro de Información Turística de Santa Cruz en Buenos Aires. Suipacha 1120. Tel.: 4325-3098 / 4325-3102, www.epatagonia.gov.ar
Comisión de Fomento de El Chaltén, tel.: 02962-493270. E-mail: [email protected]
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