RIO NEGRO > LAS GRUTAS, ESTEPA JUNTO AL MAR
Vacaciones en uno de los balnearios más australes de la Argentina, pero con las aguas más cálidas del litoral marítimo. En Las Grutas la estepa, el mar y la playa se unen con aires tan patagónicos como mediterráneos, como atestiguan sus plantaciones de olivo y sus costaneras blancas.
› Por Mariana Lafont
A orillas del Golfo San Matías, el bonito balneario de Las Grutas aún conserva calles de tierra. Cuenta la historia que el nombre del golfo se debe a la expedición española que arribó a sus aguas el 18 de febrero de 1520, día de San Matías. Y dicen los mapas que Las Grutas está ubicada 185 kilómetros al sur de Viedma y a sólo 15 kilómetros de San Antonio Oeste. La villa, en especial la costanera, tiene cierto aire mediterráneo gracias a la ausencia de líneas rectas y el predominio de tonos blanco y pastel en las construcciones cercanas. Las Grutas fue el primer destino turístico en la costa rionegrina, y es el segundo más importante de la provincia después de Bariloche. Un logro que el balneario les debe a sus tres kilómetros de playas de arena, con amplios médanos y el privilegio de tener doce horas de luminosidad en verano, por cuestiones de la latitud. Sin embargo, lo más llamativo es la temperatura del agua: gracias a una serie de factores oceanográficos, geográficos y atmosféricos la temperatura del mar ronda los 24°C-27°C, la más cálida del litoral marítimo argentino. El mar es muy transparente, intensamente azul, y la diferencia de mareas es de diez metros cada seis horas. Además llueve muy poco, y los atardeceres son muy agradables para salir a caminar o andar en bicicleta con poco abrigo encima.
COSTA DE ACANTILADOS Si bien toda la Patagonia costera es acantilada, en Las Grutas hay una peculiaridad que da nombre al balneario: la presencia de grandes cavidades esculpidas en las rocas sedimentarias marinas durante millones de años de erosión. Estas cuevas tienen entre tres y cuatro metros de alto y un ancho de veinte metros, pero aunque su sombra es tentadora conviene no meterse, ya que puede haber desmoronamientos. La blanca y larga costanera se encuentra sobre las grutas propiamente dichas, interrumpida por numerosas bajadas para acceder a las playas con sus paradores y terrazas al mar. A lo largo del paseo llama la atención ver pocas gaviotas, que parecen haber sido reemplazadas por innumerables loros barranqueros, todo un toque de color en la costa. Las bajadas más céntricas dan a playas de arena, mientras las más alejadas dan a restingas, amplias extensiones de rocas por donde se puede caminar y encontrar mejillones, caracoles, cangrejos, camarones, estrellitas de mar y sabrosos pulpitos. Además es el lugar que eligen para alimentarse los chorlos, loros barranqueros, gaviotas, teros, cormoranes y flamencos.
A pesar de su milenaria historia geológica, los orígenes urbanos de Las Grutas son muy recientes. Cuando todavía no existía como pueblo, alrededor de 1925, los pobladores de San Antonio Oeste ya conocían el lugar: sólo había una huella, pero solían transitarla en camiones para pasar el día y hacer picnic en la playa. A fines de 1959 el entonces intendente de San Antonio Oeste, Celso Ruben Bresciano, viajó a Viedma y solicitó al gobernador de Río Negro tramitar la creación del balneario, que se concretó el 30 de enero de 1960, actual aniversario de Las Grutas. Poco a poco el flamante pueblo fue creciendo y pasó, de los pocos cientos de casas que había a fines de los ‘70, a un auge que sigue sin detenerse. Durante el año la población estable del balneario es de unos tres mil habitantes, pero en enero y febrero explota de gente y puede llegar a albergar a unos doscientos mil turistas, muchos de la Patagonia pero cada vez más también del resto del país.
PASEOS EN LAS AFUERAS Para quienes quieren algo más que playa o aprovechar un día de poco sol, en los alrededores de Las Grutas hay mucho para ver. El paseo más cercano es Piedras Coloradas, seis kilómetros al sur. Esta playa de rústica belleza y rojizas rocas milenarias no tiene infraestructura y es ideal para los que buscan más tranquilidad. Se puede llegar caminando con marea baja y es un buen lugar para pescar y hacer sandboard. Continuando por el mismo camino, a 13 kilómetros de Las Grutas se encuentra El Sótano, una zona de acantilados (con muy buenos lugares para pescar y pulpear) a la que sólo se puede llegar con vehículos especiales todo terreno y acompañado por un guía. Lo más llamativo de este sitio es que se registra la mayor diferencia de mareas y cerca de allí, a dos kilómetros de caminata, se encuentra el Cañadón de Las Ostras, un yacimiento de grandes ostras fosilizadas pertenecientes al período Terciario Superior, con más de 15 millones de años.
Otro sitio muy popular es el Fuerte Argentino, una imponente meseta de más de 100 metros de altura que le debe el nombre a su aspecto de antigua fortaleza. Se la puede divisar desde muy lejos entre la bruma del Golfo San Matías y tiene, al pie, una laguna de agua salada ideal para hacer snorkel. Además el Fuerte es conocido por algunas teorías –un tanto polémicas pero sin duda pintorescas– según las cuales aquí llegó la Orden de los Templarios antes de que Colón pisara América.
Uno de los platos fuertes de la zona es la visita a la Salina El Gualicho, 60 kilómetros al oeste del balneario. Esta gran depresión natural, la salina más grande de la Argentina, se encuentra a 70 metros bajo el nivel del mar y tiene 328 kilómetros cuadrados de superficie. Pero además El Gualicho es un verdadero festín para los geólogos, ya que aquí abundan rocas de la era Precámbrica y del Jurásico, junto a sedimentos marinos del Terciario. Como en verano las temperaturas en el salar son excesivamente altas, las excursiones suelen salir un poco antes de que se ponga el sol, todo un espectáculo sobre el desierto blanco.
¿ACEITUNAS EN LA PATAGONIA? ¡Imposible! Es lo primero que se piensa al salir a andar en bicicleta y toparse con un gran olivar en plena estepa, a 500 metros del mar. Rara imagen en el paisaje típicamente desértico de la Patagonia... Pero existe, frente a Olivos Patagónicos, un emprendimiento de 30 hectáreas cultivadas con variedades Arbequina y Frantoio. El proyecto comenzó en noviembre de 2001 con 700 plantas y hoy cuenta con 10.500 plantas en 30 hectáreas. En plena plantación se encuentra la blanquísima planta de extracción (la única de la provincia de Río Negro), donde se producen 3000 litros de aceite que sólo se venden, por ahora, en Las Grutas. Además del aspecto productivo este establecimiento es un atractivo más del balneario, ya que se hacen visitas guiadas y degustación a los turistas.
Sin embargo, no es el único sitio en la provincia que apuesta a las aceitunas. Desde el año 2000 Río Negro viene trabajando en la diversificación productiva y, según estudios de los cultivos, el olivo parece ser una gran alternativa a futuro. Actualmente hay, en toda la provincia, 210 hectáreas cultivadas con diversas variedades y con emprendimientos comerciales desde hace más de ocho años. En total hay alrededor de treinta productores con pequeñas plantaciones esparcidos entre las localidades de Río Colorado, Viedma, Conesa, Catriel, Las Grutas y San Antonio Oeste. Si bien al principio parecía una locura pensar que el olivo se diera en estas latitudes, lentamente se fue abriendo paso entre los cultivos alternativos mejor ubicados. Y hoy, en Las Grutas, ¡hay aceitunas!
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