NOROESTE UN ITINERARIO POR LOS SITIOS ARQUEOLóGICOS
Más que una barrera, la Cordillera fue desde tiempos muy antiguos la columna vertebral de un complejo sistema de intercambios entre pueblos y regiones culturales distintas. El Imperio Inca llegó a extender su dominio hasta las actuales provincias de San Juan y La Rioja, y su pujante civilización se recuerda todavía en algunos sitios de la Puna. Los arqueólogos establecieron una clasificación de las distintas culturas que encontraron, según su antigüedad (se destacan un Período Inicial, un Período Temprano, un Período Medio y Período Tardío) y según algunos rasgos distintivos (es así que se determinaron la cultura Cóndor Huasi -temprana– y la cultura Santamaría –tardía–). En los museos de la región, pero sobre todo en el pequeño museo de Belén, un pueblito de Catamarca, estas clasificaciones científicas empiezan a perder parte de su misterio, y con un poco de atención y de interés es posible sumarse a este mundo fascinante que es la arqueología. Por suerte, todo el Noroeste argentino es un inmenso museo al aire libre para quien quiere conocer la Argentina anterior a la llegada de los conquistadores.
EN
TIERRAS RIOJANAS
El Imperio Inca llegó a extender su dominio hasta las actuales
provincias de Mendoza y San Juan, pero es sobre todo en La Rioja y Catamarca
donde se encuentran los vestigios más importantes de culturas que fueron
absorbidas o se desarrollaron bajo la influencia de la dominante cultura incaica.
En la ciudad de La Rioja, el Museo Inca Huasi conserva una de las colecciones
arqueológicas más valiosas del país. Este museo fue armado
sobre la base de una colección de piezas recolectadas a principios de
siglo por un sacerdote, y hoy puede presentar un interesante panorama de las
civilizaciones que ocupaban esta porción de los Andes, con objetos de
cocina, urnas funerarias, armas, objetos rituales y fragmentos de cerámica
de distintos objetos usuales.
A unos veinte kilómetros de distancia de La Rioja capital hay otro museo,
esta vez en pleno campo, al pie de la Cordillera, que muestra más objetos
de las culturas prehispánicas de la región que ocupa hoy la provincia
de La Rioja. Se trata del Museo Rumi Mayu, o Río de Piedra, un proyecto
que en pocos años permitió el rescate y la preservación
de muchas piezas de gran valor arqueológico. Es impresionante la colección
de decenas de morteros; también hay piezas de cerámica y objetos
de piedra (además de herramientas y carretas del siglo XIX).
En Chilecito, al pie del majestuoso Famatina, el Museo Molino San Francisco
–instalado en un antiguo molino harinero, con colecciones de arte religioso
colonial y de minerales (la mina La Mejicana está muy cerca)– tiene
una interesante colección de material arqueológico proveniente
de lo que era seguramente el más importante centro administrativo del
sur del Imperio Inca. En Tamberías del Inca, en las afueras mismas de
la pequeña ciudad de Chilecito, se pueden ver todavía los restos
de un centro poblacional prehispánico. Esta ciudad original era la sede
del curacazgo más austral del Imperio Inca, y sus riquezas atrajeron
muy tempranamente a los españoles.
BELEN
CATAMARQUEÑO
Para seguir este acercamiento a las culturas prehispánicas
del Noroeste argentino, el Museo Adán Quiroga de Catamarca merece también
una visita. Sus colecciones se remontan hasta las culturas Cóndor Huasi
(hasta el siglo V antes de Cristo). La cultura Aguada, de amplia difusión
en toda la región (en la segunda mitad del Primer Milenio de nuestra
era) está bien representada por valiosas piezas de cerámica. El
Período Tardío (culturas del año 1000 hasta la llegada
de los españoles) está también presente. En Andalgalá,
es justamente el Período Tardío el mejor representado en el pequeño
museo local. Las culturas llamadas Santamaría y Belén son recordadas
por muchos objetos cotidianos y rituales que se encontraron en esta región,
en la Cordillera misma. Por su parte, el nombre de la cultura Belén procede
de la ciudad catamarqueña de Belén, donde se encuentra otro museo
arqueológico. Los especialistas no dudan en considerarlo uno de los más
importantes del país. Las piezas de cerámica de la cultura Belén
son gruesas y rojizas, adornadas de animales estilizados. En el Museo Cóndor
Huasi de la ciudad de Belén se puede ver el desarrollo de esta cultura
y las anteriores, desde los períodos llamados iniciales, con piezas de
confección sencilla, hasta las más sofisticadas culturas que vieron
su desarrollo abruptamente interrumpido por la llegada de los milicianos españoles
a principios del siglo XVI. El nombre de este museo hace eco al sitio Cóndor
Huasi (“la casa del cóndor”, en idioma quechua), que es otro
lugar que dio su nombre a una cultura, por la importancia de los vestigios allí
encontrados. La cultura Cóndor Huasi se desarrolló en el llamado
Período Temprano, del IV al VI siglo de nuestra era. El sitio de Cóndor
Huasi era, vale recordar, un núcleo poblacional diaguita de importancia.
LONDRES
CALCHAQUI
En el vecino pueblo de Londres, las ruinas de Shinkal fueron parcialmente
restauradas y muestran la importancia de este centro que tuvo un papel predominante
en las batallas del Gran Alzamiento Calchaquí, cuando los aborígenes
al mando del cacique Chemelin se alzaron y asediaron la ciudad colonial en 1632.
En el laberinto de calles y de bases de paredes de este sitio, se destacan dos
plazas, unos 70 recintos y centros ceremoniales. Un centro de interpretación
en Londres permite conocer mejor estas ruinas.
En la provincia de Catamarca hay otros lugares de interés para quien
quiere ver más objetos prehispánicos. En Fiambalá, el Museo
del Hombre es una pequeña institución que tiene una interesante
colección, donde se destacan dos cuerpos momificados. En Antofagasta
de la Sierra, el Museo Provincial Eric Boman concentra piezas encontrada en
esta región de gran importancia arqueológica. En las afueras del
pequeño pueblo de Antofagasta de la Sierra también hay vestigios,
en los parajes de Laguna Colorada, en Paicuqui, en Coyparcito y en el Campo
Alumbreras (donde se erigía un pucará, hoy una de las principales
zonas de petroglifos del continente).
EN
LOS VALLES SALTEÑOS
A pesar de la riqueza de las provincias de La Rioja y Catamarca
en sitios arqueológicos, siempre se piensa en Salta cuando se habla de
culturas prehispánicas en el Noroeste argentino. Los Valles Calchaquíes
guardan muchos recuerdos de sus primeros pobladores y las distintas civilizaciones
que vieron florecer. Para disfrutar mejor las visitas de campo, hay que pasar
antes que nada por las salas del Museo Histórico del Norte, en el antiguo
Cabildo de Salta. Una de sus salas está dedicada a una interesante colección
de objetos y testimonios de las culturas del Noroeste. Su pieza más valiosa
es el “Suplicante” (una estatuilla del siglo V antes de Cristo).
LA
CIUDAD DE LOS QUILMES
En la provincia de
Tucumán, cerca de Cafayate, se encuentran las Ruinas de Quilmes, uno
de los principales centros arqueológicos del país. Esta importante
ciudad calchaquí existía ya en el siglo IX de nuestra era, y al
momento de la llegada de los españoles concentraba una población
estimada en 3 mil personas (unas 10 mil en toda su zona de influencia directa).
El alto nivel de civilización de los quilmes les permitió resistir
con éxito a los invasores hasta las guerras calchaquíes, en la
segunda parte del siglo XVII. En Quilmes se erigía una ciudadela, defendida
por dos fortalezas. La zona residencial contaba con un centenar de casas comunales
que servían tanto de residencia como de lugar de trabajo y de almacenamiento;
actualmente, el museo del sitio permite una excelente interpretación
de las ruinas y la historia del lugar.
TASTIL
Y TILCARA
Perdido en la Puna, relativamente cerca de San Antonio de los Cobres, se encuentra
otro sitio deslumbrante, Tastil. Esta importante ciudad, que fue uno de los
principales centros comerciales del Noroeste argentino, fue descubierta recién
a principios de siglo XX. Su apogeo se dio durante el siglo XIV, y logró
concentrar una población estimada en más de 2500 personas en apenas
12 hectáreas.
San Salvador de Jujuy tiene también su museo arqueológico, con
piezas de culturas primitivas y tempranas que tienen más de 25 siglos
de antigüedad. Provienen en su mayoría de sitios de las regiones
de Humahuaca y Tilcara, y San Pedro y Yaví, más al norte. El principal
yacimiento arqueológico de la Quebrada al norte de Jujuy es Tilcara.
Su célebre Pucará es un conjunto arquitectónico que fue
en algunas partes reconstruido, de modo que permite apreciar la particular arquitectura
de las casas, su adecuación con las demás construcciones y con
los pliegues de los terrenos. Es interesante la visita a la necrópolis,
con una gran cantidad de sepulcros. Su museo es reconocido además como
el más importante de toda la región. No sólo tiene valiosas
colección de piezas encontradas en Tilcara sino también en todos
los Andes. Se destaca una momia hallada en el desierto de Atacama, en Chile.
Hay también colecciones de objetos provenientes de Perú y Bolivia.
En una sala se reconstituyó una chullpa, el enterratorio tradicional
practicado en huecos de rocas.
Hay otros yacimientos de menor importancia en otros puntos de la Quebrada de
Humahuaca, con los que se puede concluir el itinerario histórico-arqueológico
por estas fascinantes regiones del Noroeste argentino, y son Coiruro (cerca
de Volcán), Ciénaga Grande (cerca de Purmamarca), Angosto Chico
y Perchel (cerca de Huacalera), Juella y La Isla (en la región de Tilcara).
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