CORDOBA EL LEGADO JESUITA
El Camino de las Estancias Jesuíticas que serpentea la provincia de Córdoba desde la capital se propone como una síntesis de naturaleza e historia para los viajeros interesados en descubrir las experiencias de una de las culturas más innovadoras que tuvieron lugar en la América española.
En el siglo XVI y hasta
su expulsión de América, los jesuitas edificaron un sistema socioeconómico
que siglos atrás puso en práctica conceptos de agricultura sustentables
y de autogestión, dando forma a construcciones que en la actualidad representan
uno de los testimonios más nítidos de su paso por América.
Actualmente, la herencia jesuítica en Córdoba –además
de lo que se puede admirar en la Manzana histórica de la capital de la
provincia– se mantiene en seis estancias de los siglos XVII y XVIII: Caroya,
Jesús María, Santa Catalina, Alta Gracia, Candelaria y San Ignacio.
Todas ellas fueron grandes establecimientos agroganaderos destinados a sostener
económicamente la tarea que desarrollaba la Manzana Jesuítica.
Contaban con puestos, corrales y potreros para distintos tipos de ganado, huertas,
chacras para cultivo de trigo y maíz, granos, y acequias para el riego
de cultivos y funcionamiento de molinos. Además funcionaron obrajes para
trabajos de carpintería, herrería, curtiembre, tejidos, jabonerías
y panaderías. A continuación, un breve informe sobre cuatro de
estas estancias y sobre la Posta de Sinsacate, uno de los tantos sitios históricos
cordobeses que también habría pertenecido a los jesuitas.
ESTANCIA
CAROYA (1616)
Ubicada en el sector
oeste de la ciudad de Colonia Caroya, 44 kilómetros al norte de la ciudad
de Córdoba por la Ruta Nacional 9, fue el primer establecimiento rural
organizado por la Compañía de Jesús. En el siglo XIX se
convirtió en fábrica de armas del Ejército del Norte, y
en 1876 se dispuso que las tierras de la estancia fueran ocupadas por inmigrantes
del Friuli (Italia). El casco, construido con materiales locales como piedra,
ladrillos, vigas y aberturas de algarrobo, se encuentra organizado en torno
de un amplio claustro central, y constituye un ejemplo de arquitectura residencial
en el medio rural. Es Monumento Histórico Nacional.
Horarios de visita: lunes a domingo. Informes: 03525-426701.
ESTANCIA
SANTA CATALINA (1622) Está
a 70 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Se llega por la Ruta
Nacional 9 hasta Jesús María, y luego por un camino secundario
provincial. Es la más grande del camino de las Estancias Jesuíticas
y fue un gran centro de producción con miles de cabezas de ganado vacuno,
ovino y mular, y también un importante centro de artesanías y
oficios. Tras la expulsión de la Compañía fue adquirida
por Francisco Antonio Díaz y actualmente continúa en manos de
sus descendientes quienes mantienen sus puertas abiertas al turismo. La iglesia,
de imponente fachada, posee dos torres y portal en curva. La gran cúpula
y el atrio sobreelevado muestran cierta influencia barroca centroeuropea. La
arquitectura se conserva casi en su totalidad.
Horarios de visita: martes a domingos. Informes: 03525-421600.
ESTANCIA
DE ALTA GRACIA (1643) Situada en el corazón de la ciudad de
Alta Gracia, frente a la plaza central, y a 36 kilómetros al sudoeste
de la capital de la provincia por Ruta 5, es la más activa de las estancias
jesuíticas. Su templo es hoy la iglesia parroquial de la ciudad y en
la residencia funciona el Museo Nacional “Casa del Virrey Liniers”.
La estancia fue donada a la Compañía de Jesús en 1643.
Allí, los jesuitas montaron un obraje destinado a la producción
textil, aunque la agricultura y la ganadería, en especial el comercio
de mulas, fueron las bases de su economía. Actualmente, la estancia incluye
la iglesia, la residencia con sus patios y locales anexos, el obraje, las ruinas
del molino y el antiguo horno en el primer paredón del sistema de acequias.
Tanto la residencia como sus construcciones aledañas son centros de recreación
y paseo.
Horarios de visita: martes a domingos. Informes: 03547-421303.
ESTANCIA JESUS MARIA (1618) Se encuentra en el sector noroeste de la ciudad de Jesús María, a 48 kilómetros al norte de la ciudad de Córdoba por la Ruta Nacional 9. Esta estancia fue el segundo núcleo productivo del sistema organizado por los jesuitas y se distinguió por su producción vitivinícola, que alcanzó un alto grado de desarrollo y calidad. Actualmente conserva la bodega y restos de antiguos molinos, además de la residencia y la iglesia. Es sede del Museo Jesuítico Nacional y desde 1941, Monumento Histórico Nacional.
POSTA DE SINSACATE A unos cinco kilómetros, continuando hacia el norte por el Camino Real, se llega a la localidad de Sinsacate. Si bien el origen de la Posta aún no se puede precisar fehacientemente, algunas versiones indican que habría pertenecido a los jesuitas y otras lo desmienten. En 1748, con la creación del servicio regular de correos, comenzó a llamarse Posta de Sinsacate, siendo la más trascendente del territorio cordobés. Este era el lugar de recambio de caballos y descanso de los viajeros, quienes también solían escuchar misa.
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