Dom 25.07.2010
turismo

VACACIONES EN EL JARDíN JAPONéS

Mundo Zen

En un ambiente oriental pensado para la contemplación, el Jardín Japonés alberga un activo centro cultural que ofrece en estas vacaciones de invierno variadas actividades para chicos: desde talleres de origami hasta tambores tradicionales taiko, obras de teatro, ikebana y exhibiciones de artes marciales.

› Por Julián Varsavsky

Desde hace milenios en Japón se practica el refinado arte de diseñar jardines. A diferencia de Occidente, donde siempre fueron pensados como simples lugares de paseo, los jardines japoneses tradicionales se conciben como un ámbito para meditar. Un jardín zen es un espacio para la contemplación, ese rasgo característico del budismo japonés. Según esta filosofía, meditar supone lograr la captación directa de la realidad, sin la interferencia del pensamiento y el lenguaje, que alteran las percepciones más puras e instintivas. Para realizar estos ejercicios que aspiran a mantener la mente en blanco, y buscan llegar algún día al nirvana, hace falta un ámbito de armonía natural y silencio perfecto que permita alcanzar profundísimos niveles de concentración. Para este fin, despojados de toda suntuosidad y rebosantes de simbolismo, se crearon los jardines japoneses.

Buenos Aires, prácticamente en las antípodas de Japón, tiene curiosamente uno de los jardines japoneses mejor logrados fuera de Asia. Fue creado en 1967 sobre un predio de dos hectáreas y media ubicado en el barrio de Palermo, y toma como modelo el diseño zen, que generalmente se edifica como acceso previo a un templo.

Un encantador desfile de coloridos kimonos para damas y damitas.

EL SIMBOLISMO DE LOS PUENTES La imagen más emblemática del Jardín Japonés es un puente curvo de color rojo, genéricamente denominado taiko-bashi. Por su forma y sus bajos peldaños resulta complicado de transitar, de modo que conviene hacerlo de costado, tomándose de la baranda. El puente fue diseñado así porque conduce a la “isla de los dioses y los tesoros” y para un mortal no debe ser sencillo llegar a los dioses. En esa isla hay además una pequeña cascada que representa el origen de la vida.

En otro sector del jardín hay un puente muy singular llamado yatsu-hashi, o “puente de las decisiones”, cuya forma en zig-zag deriva del ideograma que simboliza el número 8. El puente es una especie de plataforma truncada, casi al ras del agua, que según manda la tradición las personas deben atravesar antes de tomar una decisión de peso en su vida. El puente conduce a la “isla de los remedios milagrosos”.

Innumerables especies de plantas, flores y árboles –tanto autóctonos como orientales– se encuentran sobre toda la superficie del Jardín Japonés: bambúes, cerezos, ginko bilobas, pinos y plantas japonesas como la sakura, el acer palmatum y las azaleas. En los estanques llaman la atención los coloridos peces carpa, o koi, tan atrevidos que basta con que una persona se acerque a la orilla para que saquen la cabeza abriendo la boca y pidiendo de comer. En uno de los extremos del jardín, el Vivero Kadan ofrece exposiciones de arbolitos bonsai, que también están a la venta. Antes de comprar, sin embargo, conviene recordar que si se los quiere mantener primero habría que hacer el curso de un día que ofrece el vivero. Un bonsai, de hecho, no es una planta modificada genéticamente sino un árbol al que se le cortan sistemáticamente las ramas y raíces para que pueda vivir sin crecer dentro de una maceta. Por eso sin el correspondiente cuidado no se pueden mantener en buenas condiciones.

Muestras de origami, el arte oriental del plegado de papel.

VACACIONES EN JAPONES Para estas vacaciones de invierno el Jardín Japonés tiene programadas una serie de actividades muy originales para chicos, todas relacionadas con la cultura japonesa. Hoy hay una muestra de artes marciales de Corea, China y Japón entre las 14 y las 18; también están previstas exhibiciones de kung fu, sipalki, aikido, karate do y kobudo.

Entretanto, el sábado 31 de julio y domingo 1 de agosto, entre las 10 y las 18, habrá un concurso libre de origami, el arte del plegado de papel que consiste en armar figuras tradicionales con formas de geishas, grullas de la suerte y diversos animalitos. El evento incluye exposición de obras, charlas y demostraciones participativas.

Ya después de las vacaciones, el 8 de agosto para el Día del Niño, habrá en el parque una tarde de tambores taiko, que en Japón se utilizan en importantes festejos con un colorido despliegue físico muy coordinado. Y el fin de semana siguiente, 15 y 16 de agosto de 14 a 18, vuelven las artes marciales con exhibiciones de aikido, iaido, iaijutsu, karate do y kobudo, katori shinto ryu y kendo.

Exhibiciones de kung fu, sipalki, aikido, karate do y kobudo.

Uma semana más tarde, el 22 de agosto, el Jardín Japonés organiza una Ceremonia del Fuego que incluye danzas, tambores y canciones japoneses. El Dondoh es un rito muy antiguo que realizaban los campesinos alrededor del año 1500, y cuyo nombre remite a un sonido onomatopéyico que representa el hecho de golpear la tierra invocando a Yaki, Dios del Fuego, para que el Dios de la Tierra despierte de su sueño invernal. El Dios del Fuego calentará entonces la tierra para que germinen pronto las semillas y proteja las cosechas; entretanto se lo alimenta con el fuego de unas tablillas. Estas se cuelgan en un árbol de hierro para que, al ser quemadas, las llamas suban y eleven las plegarias escritas en ellas. Junto con los tambores se enciende el fuego y comienza la ceremonia, durante la cual el público recibe las tablillas para escribir allí sus deseos y colgarlos en los árboles donde serán quemadas. Por último, del viernes 27 al domingo 29 de agosto, entre las 10 y las 18 habrá una exposición de ikebana, el arte del arreglo floral japonés.zx

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