Dom 17.08.2003
turismo

EXCURSIONES TALAMPAYA Y VALLE DE LA LUNA

Un mundo misterioso

Desde Villa Unión, en plena precordillera, excursiones a los principales destinos de La Rioja y San Juan: el Parque Nacional Talampaya, La Cuesta de Miranda, Laguna Brava y El Valle de la Luna. Una cómoda estadía en un hotel ubicado en un punto clave para hacer esos recorridos en varios días.

La visita en un mismo día al Parque Nacional Talampaya y al vecino Valle de la Luna, en la provincia de San Juan, implica una excursión que parte al amanecer y culmina por la noche. Los viajeros terminan contentos pero algo extenuados, y en muchos casos pasados de calor. Pero desde hace dos años existe la alternativa de alojarse en la localidad de Villa Unión, donde hay un hotel 4 estrellas ubicado en un punto clave para visitar los dos famosos parques, la Cuesta de Miranda y la deslumbrante y casi desconocida Laguna Brava.
Talampaya. El principal destino turístico al que se accede desde Villa Unión es el Parque Nacional Talampaya, distante 50 kilómetros por la Ruta Nacional 76. Este inmenso desierto rojo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido al valor geológico de sus extrañas formaciones de arenisca del período triásico. Sus erosionadas paredes condensan 250 millones de años de historia, conformando un viaje al inicio de los tiempos, hasta un desolado parque de 215.000 hectáreas donde pareciera que en cualquier momento surgirán volando tras los murallones un grupo de pterodáctilos. Al recorrerlo descubrimos un frágil mundo de esculturas de arena que sobreviven inmunes al tiempo.
Además de los circuitos clásicos, hay otro llamado Ciudad Perdida, que es realizado apenas por el uno por ciento de los visitantes, debido a la falta de tiempo, ya que hace falta regresar al día siguiente de la visita principal. Esta es otra de las ventajas de alojarse en la zona; la de poder visitar todo en detalle. El circuito Ciudad Perdida requiere de unas 6 horas combinando la camioneta a través del lecho seco de un río y también el avance a pie. Durante la travesía en vehículo se sortean con facilidad elevadas dunas y pampas pobladas por guanacos. Al llegar a un mirador natural sobre una elevación del terreno, el desértico panorama nos concede un impresionante cráter a ras del suelo –de 3 kilómetros de extensión– con fantásticas formaciones en su interior que se asemejan a una ciudad fantasma. Por un flanco se desciende caminando al interior del cráter para recorrer sus interminables laberintos diseñados por las corrientes de agua de lluvia, que cada verano renuevan estos misteriosos recintos de arenisca. Entre los tesoros escondidos en la Ciudad Perdida hay un gran cono de sedimentos casi perfecto, y un pozo de 100 metros de ancho y 30 de profundidad.

Valle de la Luna. Al segundo o tercer día de estadía en la zona se puede visitar el Valle de la Luna –ubicado justo enfrente de Talampaya– que hace 200 millones de años era una selva con lagos donde habitaron los dinosaurios más antiguos del mundo. Y sus restos, protegidos por la arenisca del valle, llegaron hasta nuestros días y ahora se exhiben en los museos provinciales. A este Parque Provincial de San Juan se accede por la misma Ruta Nacional 76 –totalmente pavimentada– que lleva a Talampaya, y está a sólo 120 kilómetros de Villa Unión.

La Cuesta de Miranda. Este espectacular camino de cornisa flanqueado por profundos valles y desfiladeros avanza junto a unos colosales paredones al rojo vivo a lo largo de 10 kilómetros. Está ubicado en paralelo a la precordillera de los Andes, al sur de la provincia.
Los precipicios junto al camino de tierra en buen estado superan los 200 metros de altura, y su particularidad es el rojo intenso del paisaje. Para llegar a la Cuesta de Miranda desde Villa Unión se debe tomar la Ruta Nacional 40 hacia Nonogasta. Una vez en la espectacular cuesta, se perfilará ante nuestra mirada la formación de Los Colorados, con sus montañas de intenso color rojo cercano al carmesí. El paisaje es bastante distinto a Talampaya, debido al contraste con el verde de otras montañas y el celeste del firmamento, que conforman la postal perfecta de La Rioja.

Laguna Brava. A 100 kilómetros de Villa Unión, la cordillera riojana forma un descomunal valle multicolor entre cumbres nevadas, suaves lomadas y lagunas azul zafiro. En el camino se atraviesa la Quebrada del Peñón, algunos refugios históricos y glaciares de altura, hasta llegar a la Laguna Brava, a más de 4000 metros sobre el nivel del mar. Por último el camino continúa a campo traviesa por la montaña hasta el Cráter Corona del Inca, a 5400 metros.
La panorámica del paisaje se asemeja a un desierto de dunas blancas cubiertas por la nieve conformando un mundo que parece haberse vestido de punta en blanco. En el último tramo los vehículos suben por la ladera de la montaña casi en forma vertical hasta llegar a un cráter de cinco kilómetros de diámetro, rodeado por glaciares y penitentes de hielo cristalino. En el centro, el lago refleja la belleza invertida de las montañas sobre la calma de las aguas color turquesa.

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