FRANCIA. TRAS LA HUELLA DE BORIS VIAN
Un recorrido por los lugares donde se filmó La espuma de los días, sobre la novela de culto de Boris Vian, y otras películas que hicieron de París una gigantesca locación para la gran pantalla. “Parcours Cinéma” es una iniciativa de la capital francesa para turistas y cinéfilos.
› Por Graciela Cutuli
París, la rive gauche, el Barrio Latino, el jazz en las cuevas de Saint Germain, los primeros rocks en francés y un ciclo de novelas que Boris Vian publicó desde fines de los años ’40, que hicieron volar la imaginación de los lectores y descubrir nuevos horizontes. Son los ingredientes de un universo extraño pero sugestivo, que Vian escribió en la forma de La espuma de los días, La hierba roja, El arrancacorazones. La primera de esas novelas se publicó en 1947: allí están Colin y Chloé, una casa que se estremece, y el gran filósofo Jean-Sol Partre, doble de fantasía de Jean-Paul Sartre. El éxito del libro se hizo rogar. La crítica lo ignoró, pero varias generaciones de lectores que lo conocieron en su adolescencia terminaron por consagrarlo como un clásico, que tuvo dos versiones en la pantalla grande. La primera fue en el revolucionario 1968, como para consagrar “la imaginación al poder”, y fue con Jacques Perrin y Marie-France Pisier. La segunda es de este año, con dos estrellas del joven cine francés: Romain Duris y Audrey Tautou, ex Amélie. Recién estrenada, ya se convirtió en una de las películas del momento, y dio lugar a un paseo cinematográfico por las calles y lugares donde fue filmada.
EN LA CASA VIAN Tantas películas se filman en París que el municipio tiene un servicio especialmente dedicado a esta industria. Para los profesionales que participan en alguna de las 900 filmaciones realizadas anualmente en sus calles, monumentos, edificios y parques, la ciudad tiene catalogadas unas 5000 locaciones a disposición de los cineastas. También tiene mucho para los turistas que quieren recorrer París a través de los lugares emblemáticos de sus películas preferidas, sea El Código Da Vinci, Amélie, Hugo Cabret, Ratatouille, Medianoche en París y tantas, tantas otras. El municipio parisiense edita actualmente quince mapas que se pueden bajar de Internet, para no perderse nada.
En La espuma de los días, Colin y Chloé tienen una especie de vehículo en forma de una pequeña nube. No se podrá hacer el recorrido inspirado en la película a bordo de un auto semejante, pero por suerte queda el subte, porque los sets de filmación están bastante alejados entre sí. Aunque todos se encuentran en la orilla derecha del Sena (curiosamente opuesta a aquella que recuerda las andanzas musicales y el paso por la fama de Boris Vian, en las cuevas de jazz del Saint Germain de los años 1950).
Sin embargo, el espíritu bohemio de la época se puede quizá apreciar en las paredes del pasaje de la Cité Véron, una callecita angosta que lleva a la sede de la Fundación Boris Vian, en lo que fue el departamento donde el escritor vivió hasta su muerte en 1959. Es el 6º bis, en el tercer piso. Vian tenía como vecino a Jacques Prévert y compartían una terraza que había sido bautizada la “Terraza de los Tres Sátrapas”, donde daban fiestas a cuales acudían Queneau, Marx Ernst, Miles Davis, Georges Delerue, Jean-Paul Sartre (el verdadero) y muchos otros. Desde ahí el Recorrido Cine lleva hasta el Forum des Halles, el lugar donde los protagonistas de La espuma de los días se dieron su primera cita. El lugar cambió mucho y Boris Vian no podría reconocer lo que fue el mercado de abasto de la ciudad, transformado en los años ’70 en un centro comercial y cultural que se hunde en la tierra a lo largo de varios pisos. En la actualidad está en plena refacción hasta 2016, luego de años de decadencia y de haberse convertido en un centro de reunión de punks y vagabundos.
La parada siguiente se hace en uno de los edificios más singulares de París: la única construcción del arquitecto brasileño Niemeyer en la capital francesa. Está en el número 2 de la plaza del Colonel Fabien y es la sede del Partido Comunista de Francia. La imponente construcción recuerda otros tiempos, cuando el comunismo era una opción electoral vital en el país. En la película se puede ver la escena surrealista de decenas de mecanógrafas en una inmensa sala curva con ventanas en forma de porotos. El edificio es regularmente utilizado en películas y se lo vio recientemente en el “biopic” sobre Serge Gainsbourg. Para visitarlo intramuros hay que esperar, sin embargo, algunas fechas especiales, como el Día del Patrimonio que se organiza en toda Francia en septiembre de cada año.
EN EL ESTE DE PARIS Hasta encontrar a Chloé, Colin vive una vida improbable pero soñada, que se convertirá en pesadilla cuando ella se enferme de un nenúfar en el pulmón derecho. Su casa se estremecerá cada vez más. El surrealismo de la novela tiene su correlato en los efectos especiales de la película: pero los decorados se pueden ver, apreciar y recorrer, como los paseos de la pareja con su amigo en el Parque de las Buttes Chaumont. Es un parque romántico creado a mediados del siglo XIX, bajo el Segundo Imperio (de Napoleón III) donde antes había una enorme cantera. Los paisajistas supieron aprovechar los relieves para crear barrancos, cascadas de agua, un lago artificial, desniveles y senderos que llevan a una cueva que parece totalmente natural pero cuyas estalagmitas son totalmente... artificiales.
Otro lugar emblemático de la película es la iglesia donde se casan Colin y Chloé. Nôtre Dame de la Croix era en realidad muy poco conocida y permaneció totalmente afuera de los circuitos turísticos hasta estas últimas semanas y la proyección de la película. Se trata de una modesta iglesia de barrio del siglo XIX, en la zona de Belleville, en el este de París. Su ubicación sobre la colina de Ménilmontant, un barrio obrero que fue celebrado musicalmente en los años ’20 por Maurice Chevalier, y su arquitectura con una estructura metálica interior que se puede ver desde la nave central, merecen la visita. Que se prolonga además hasta la vecina calle Rémy de Gourmont. En el número 30 está la fachada que sirvió para ubicar el supuesto departamento de la pareja de La espuma de los días. No hay manera de ver esa casa contraerse, pero sí la zona –que está en altura– ofrece lindas vistas sobre París, con Montmartre y el Sagrado Corazón a lo lejos. Estamos cerca del cementerio de Père Lachaise, siempre en el este populoso y otrora obrero de la ciudad. La zona hoy vuelve lentamente a ponerse de moda, y ya abrieron algunos centros –como la Bellevilloise– donde se mezclan los conciertos con otras manifestaciones culturales.
Allí termina el recorrido más nuevo de todos los que se pueden seguir en la Ciudad Luz detrás de las escenas de una película. El éxito de taquilla y el tiempo quizás agregarán otras paradas a este recorrido. Los cinéfilos, por lo tanto, tienen mucho más para caminar, descubrir y fotografiar.
OTRAS PELíCULAS Y PASEOS Algunas películas son más famosas que otras, sobre todo en esta parte del mundo. Pocos vieron Musée haut, musée bas (Museo alto, museo bajo) de Jean-Michel Ribes, un film de autor realizado en varios de los grandes museos parisienses. Muchos recuerdan en cambio Hugo Cabret, una película de Martin Scorsese de 2011 filmada en la biblioteca Sainte-Geneviève (una de las más grandes de Europa, en el barrio del Panteón), en un anfiteatro de la Sorbona y en la Estación de Lyon. Before sunrise y Before sunset, con Julie Delpy, Amélie, con Audrey Tautou (la Chloé de La espuma de los días) y El Código Da Vinci provocaron hace unos años sus propios paseos cinéfilos, algunos todavía organizados por ciertas agencias. La magnífica Medianoche en París de Woody Allen de 2011 es otro clásico que atravesará los tiempos y genera su propia corriente turística. El puente Alejandro III, los vendedores de libros –bouquinistes– de las orillas del Sena o la iglesia Saint Etienne du Mont, en el Barrio Latino, están entre los muchos lugares que parecen haber nacido con alma de locación. Otros paseos evocan la película de animación Un monstruo en París (para visitar el Sagrado Corazón, el Puente de las Artes y el Jardín de las Plantas), El pequeño Nicolás (no sobre el ex presidente Sarkozy sino una adaptación de la tira de Sempé y Goscinny que generaciones de estudiantes de francés leyeron en clase, y que tiene su propio recorrido también).
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