Dom 01.12.2013
turismo

DE ASIA A AMéRICA. CUNAS DE LA CIVILIZACIóN

Ciudades con historia

Algunas de las ciudades más antiguas del mundo, donde nacieron grandes civilizaciones, siguen siendo habitadas hoy y son destinos turísticos que invitan a recorrer el pasado. En Medio Oriente y en el Mediterráneo, pero también en América, un viaje a las raíces de la humanidad.

› Por Graciela Cutuli

Foto de Graciela Cutuli

¿La fundación de Buenos Aires por Juan de Garay en 1580? Ayer. ¿La de Pedro de Mendoza en 1536? Ayer. Para algunas ciudades, la historia no se cuenta en siglos sino en milenios: algunas están en ruinas, fijadas para la eternidad en el recuerdo de una civilización desaparecida; otras supieron reconvertirse a los nuevos tiempos y siguen habitadas todavía hoy. Visitarlas es viajar hacia el origen de las culturas que cimentaron el mundo actual, como sucede en Damasco, Atenas, Luoyang o Biblos. Muchas están situadas en la parte oriental del Mediterráneo y en la Mesopotamia, pero también hay en China y en la India. En cuanto a las Américas, se considera que Caral –que floreció hace más de cuatro milenios– fue la ciudad más antigua del continente, aunque hoy sólo es un sitio arqueológico que levanta sus ruinas en el desierto de la costa de Perú, 180 kilómetros al norte de Lima. En cambio, la ciudad mexicana de Cholula se considera la más antigua todavía habitada en América. Con sus 2200 años, es contemporánea de la expansión de Roma alrededor del Mediterráneo occidental.

MESOPOTAMIA Y PUERTOS FENICIOS Para muchos historiadores la ciudad más antigua aún habitada es Damasco, que en estos días lamentablemente no se puede visitar. Varias civilizaciones transitaron su territorio desde el siglo X antes de nuestra era: de hecho Siria e Irak, con su porción de tierras fértiles entre los ríos Tigris y Eufrates, son la cuna de nuestras civilizaciones, el escenario donde nacieron los primeros pueblos agrícolas y se desarrolló el primer sistema de escritura. Cerca de Damasco, Aleppo también reivindica el título de ciudad habitada más antigua del mundo, pero es otra de las víctimas arrasadas por el conflicto sirio: sólo cuando se aplaque la furia de la guerra civil se la podrá conocer tal como era, con su mercado, la mezquita de los Omeyas, las ruinas y la muralla romana o el Palacio Azem.

Mucho más joven, Biblos totaliza, sin embargo, siete milenios desde que era un pueblo de pescadores del Neolítico hasta la actual Jbeil sobre la costa libanesa. El sitio fenicio, cuando el puerto vivió su edad de oro y extendió su influencia por todo el Mediterráneo oriental, se encuentra sobre una península entre dos bahías. Hace varios milenios este puerto era el más activo del mundo y exportaba madera y vino hacia Grecia, Sicilia y Egipto. Hoy se pueden visitar las antiguas fortificaciones, las tumbas de los reyes fenicios de Biblos y el pozo que fue el lugar de fundación original de la ciudad. Allí se encontró el sarcófago de Ahiram, con la inscripción en alfabeto fenicio más antigua descubierta hasta hoy. El sarcófago no está en Biblos: para verlo hay que ir hasta el Museo Nacional de Beirut. Quedan las ruinas del sitio antiguo, un puerto mencionado en la Biblia, un castillo construido por los cruzados y varios vestigios romanos.

Si Biblos está al norte de Beirut, al sur se encuentran otras dos de las ciudades más antiguas todavía habitadas: Tiro y Sidón, cuyas fundaciones se estiman en torno del año 2700 a.C., gracias a un escrito de Herodoto que las visitó en 450 a.C. Allí también las distintas épocas dejaron sus huellas de ruinas y monumentos: muros fenicios, avenidas bordeadas de columnas de estilo griego, arenas romanas, castillo de los cruzados, una catedral normanda, una calzada bizantina. En Tiro se conservaron un hipódromo y termas romanas en buen estado, en tanto en Sidón hay que ver el castillo San Luis, construido por los cruzados en 1228, el zoco, las mezquitas medievales y un templo fenicio único en todo el Líbano.

EN TIERRA SANTA En Israel y Palestina, las dos ciudades más antiguas son Jerusalén y Jericó, cuya fundación puede remontarse al noveno milenio antes de Cristo. Según el Libro de Josué, Jericó es la primera ciudad de Canaan: su conquista por los hebreos es uno de los episodios más famosos de la Biblia, sea la Torá o el Antiguo Testamento. En 1493 a.C. las murallas que la defendían se derrumbaron por voluntad divina, luego de haber sonado las famosas trompetas que retuvo la historia. Aunque Jericó fue arrasada tras la conquista, se la reconstruyó y siempre estuvo habitada. En su larga historia, el episodio bíblico se podría considerar como relativamente reciente: ocurrió hace apenas unos 3500 años. Las primeras paredes defensivas, con un primer templo y una torre de ocho metros de altura, fueron datadas en torno del noveno milenio antes de nuestra era. Sus ruinas son el vestigio de edificio público más antiguo del mundo. En torno de la Jericó actual hay unos 20 sitios arqueológicos, muchos de ellos relacionados con episodios bíblicos. Entre los monumentos más emblemáticos de hoy está la sinagoga Shalom Al Yisrael, de la época bizantina, cuyas ruinas fueron redescubiertas en 1936. La sinagoga fue una fuente de conflictos durante las recientes Intifadas, y los israelíes pueden ir en peregrinaje actualmente una sola vez por mes. Jerusalén es el otro sitio habitado más antiguo de la Tierra Santa. Aquí se encontraron fragmentos de cerámica del siglo IV a.C.; sin embargo, la ocupación continua del lugar está documentada desde el año 3000 a.C., cuando se construyeron las primeras casas rectangulares y se realizaron las primeras sepulturas en las rocas. Las excavaciones de la misión Parker en 1909 encontraron las tumbas en unas grutas y se considera desde entonces que la colina sur fue el primer núcleo de la expansión de Jerusalén. Sin embargo, las cuevas no suelen visitarse durante una visita turística a la capital de las tres religiones, cuyas grandes atracciones son el Muro de los Lamentos, la mezquita Al Aqsa, el Domo de la Roca, el Santo Sepulcro y la Ciudad Antigua.

ROMA O ATENAS Entre las dos, la historia se inclinó hacia la primera por su aplastante superioridad militar. Pero en cuanto a sus orígenes, Atenas lleva la delantera: el sitio de la Acrópolis ya estaba ocupado durante el Neolítico, cuatro milenios antes de nuestra era, pero los libros cuentan que la ciudad fue formalmente fundada hacia el año 800 a.C, luego de las invasiones jónicas en la región de Atica. Según la leyenda fue Teseo, el vencedor del Minotauro, quien unificó a los distintos pueblos que formaron la ciudad (el plural del nombre de Atenas recordaría este múltiple origen). Roma, por su parte, fue fundada medio siglo más tarde, el 21 de abril del año 753 a.C., según otra leyenda: la de Rómulo y Remo. El Monte Palatino, una de las siete colinas, fue el lugar fundacional donde los hermanos crearon la ciudad, aunque en realidad las excavaciones arqueológicas demostraron que el sitio ya estaba ocupado por pastores varios siglos antes.

La gran rival de Roma, Cartago, fue fundada, por su parte, en el 814 a.C. por colonos fenicios. Hoy es un barrio residencial de clase alta de la capital tunecina, mientras que del otro lado del Mediterráneo, Marsella –que nació en el 600 a.C., con la llegada de colonos griegos– sigue siendo uno de los principales puertos de la región.

Volviendo a Grecia, Argos se fundó hace cuatro milenios y junto con Micenas es uno de los epicentros de las primeras grandes civilizaciones griegas. Vajillas en cerámica y metales preciosos, joyas de ámbar y máscaras funerarias son los vestigios hallados para atestiguar el altísimo nivel que habían alcanzado estas ciudades ya en torno del 1800 a.C. Gran parte del material se puede ver en el Museo Arqueológico de Atenas, pero nada reemplaza la visita al sitio de Micenas, con su Puerta de las Leones. Sin embargo, la antigua capital de Agamenón hoy es sólo un vestigio arqueológico, mientras Argos sigue siendo habitada por unas 24.000 personas, orgullosas de haber nacido por voluntad de un hijo de Zeus.

Del otro lado del Egeo, en Egipto, Alejandría es una ciudad “nueva” comparada con las griegas: pese a haber tenido la biblioteca más antigua del mundo. Cuenta “solamente” con unos 2300 años. Luxor, a orillas del Nilo y más al sur, ya totalizaba tres milenios cuando Alejandro Magno ordenó su construcción. Es uno de los sitios más antiguos de Egipto, conocido en los libros de historia como Tebas. Hoy tiene medio millón de habitantes, que hasta el conflicto interno egipcio vivían casi exclusivamente del turismo. La caída abrupta de visitantes provocó una grave crisis en esta ciudad que se enorgullece de su templo y de su obelisco (desde 1836 el segundo obelisco de Luxor está sobre la Plaza de la Concordia en París, regalado por el rey de Egipto).

DE ORIENTE A AMéRICA Kioto, la capital imperial de Japón, fue poblada recién en el siglo VII por los hata llegados de Corea. En China, los huesos del Hombre de Pekín hacen remontar las primeras ocupaciones humanas en la región a varios milenios atrás. Sin embargo, recién a fines del primer milenio antes de Cristo fueron construidos los primeros pueblos en torno del sitio de la Pekín actual (Beijing). En realidad Luoyang es la población más antigua de China: su creación se remonta al año 2070. La ciudad tiene una torre observatorio del siglo XIII y se visitan en sus afueras las grutas de Longmen, inscriptas en las listas del Patrimonio de la Unesco. Tiene también el único museo funerario de toda China, mientras su museo de historia muestra reliquias de las dinastías Xia, Shang y Zhou. Luoyang está hermanada con la ciudad búlgara de Plovdiv, que a su vez se considera como la más antigua de toda Europa. Se llamaba Eumolpia en la época de los tracios, y cuando la conquistó Filipo II de Macedonia pasó a llamarse Filipópolis. Los romanos, a su vez, la llamaron Trimontio, la ciudad de las tres colinas.

La India también tiene las ruinas de algunos de los centros urbanos más antiguos del mundo: Varanasi, que hasta hace poco se conocía como Benarés, es una ciudad sagrada para los indios, que hacen abluciones rituales en los ghat –escalinatas que bajan hasta las aguas– a orillas del río Ganges. Las cremaciones que se realizan allí mismo son siempre episodios impresionantes para los occidentales: como en el resto de la India, vida y muerte conviven en todo momento. Los 3200 años de existencia de la ciudad le dejaron algunas joyas monumentales, entre ellas el Templo Dorado, dedicado a Shivá, uno de los grandes lugares de culto del hinduismo.

Finalmente, en América la mexicana Cholula es la más antigua ciudad todavía habitada en la actualidad. Se encuentra a escasos kilómetros del centro de Puebla y fue habitada sin interrupciones desde el período preclásico mesoamericano superior, es decir unos 2500 años antes de nuestra era. El vestigio más importante de Cholula es el Templo de Tláloc, una pirámide que fue uno de los lugares de culto más importantes de todo el centro del actual México. Sus ruinas fueron olvidadas y hasta se construyó una iglesia colonial sobre su montículo. A lo largo de los siglos Cholula tuvo más o menos relevancia, y cuando llegaron los españoles la ciudad estaba totalmente dominada por Tenochtitlan. Sin embargo, nunca dejó de estar habitada y lo está hasta el día de hoy, orgullosa de ser la más antigua de América.

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